POR KIMBERLY LÓPEZ
klopez@lahora.com.gt
La nueva ministra de Salud, Lucrecia Hernández Mack, propone un enfoque distinto al que tradicionalmente se ha utilizado para abordar los problemas del sistema de salud pública. Hernández quiere apostar por el fortalecimiento de la salud preventiva y atención primaria para evitar el congestionamiento de los hospitales nacionales.
Con un presupuesto limitado, Hernández espera cerrar su gestión con menores crisis de desabastecimiento, mejoras en la gestión de recursos y una casa más ordenada en estructura y funcionamiento.
L.H. ¿Cuál es el nivel de gravedad de la situación del Ministerio?
Sí hay algunos asuntos de urgencia que vemos necesarios trabajar. Uno, es la parte de abastecimiento. Tenemos unidades ejecutoras, particularmente hospitales, que están en una situación crítica y que van a entrar en desabastecimiento dentro de poco si no hacemos algo porque su presupuesto está comprometido. El otro asunto es respecto a algunas áreas de salud que están tomadas por el personal y dirigentes sindicales, ese es un asunto que tenemos que negociar porque necesitamos que las instalaciones se liberen para poder seguir trabajando.
Otro asunto es la necesidad de ordenar todo lo que es personal y renglones de contratación dentro del Ministerio. Esos me parecen que son los tres asuntos administrativos y financieros a los cuales hay que entrar de manera urgente. En la medida en que podamos resolver esto urgentemente ya vamos a poder entrar a otros asuntos más importantes incluso, pero que pueden ser a mediano y largo plazo.
L.H. ¿Seguir apostando a la atención hospitalaria en vez de atención primaria y preventiva no contribuye a entretener una crisis sin solución? ¿A qué aspecto apostará su gestión?
L.H.M. Ahí es donde entra el trabajo de política de salud de mediano y largo plazo, que también se empiezan a planificar desde hoy. Sobre eso, nuestra apuesta es hacia el puesto de salud y eso significa fortalecer el primer nivel de atención con un modelo incluyente de salud que ya se está implementando en casi cien puestos de salud del Ministerio, que tiene la perspectiva del derecho a la salud, pertenencia intercultural, género y relación con el medio ambiente. Además, trabaja en el ámbito individual, familiar y comunitario.
Esto ya ha tenido resultados buenos en términos materno-infantiles y también de desnutrición crónica, además de que da atención a las personas en todos sus ciclos de vida. La idea es implementar este modelo de forma muy bien planificada, gradual, paulatina, empezando por espacios prioritarios y pensarlo como una política nacional de fortalecimiento del primer nivel.
Si fortalecemos el primer nivel de atención y logramos que este espacio sea más preventivo y atienda más problemas de salud, eso va ayudar a descongestionar el resto de la red de servicios, tanto en el segundo como en el tercer nivel, que es lo que estamos viendo: congestionamiento de problemas que llegan a hospitales y generar una mayor demanda de problemas que podrían haber sido resueltos desde antes.
L.H. ¿Considera que el Ministerio de Finanzas está priorizando a la cartera de salud? ¿Cuáles son las propuestas para dar más recursos al Ministerio?
L.H.M. La política se da en el presupuesto. A pesar de que siempre ha habido un presupuesto bastante magro (débil) para el Ministerio de Salud, consideramos que tanto la Presidencia como el Ministerio de Finanzas sí han tenido un interés particular en el Ministerio de Salud y han hecho varios esfuerzos para apoyarlo. Tanto así que en este momento ya tuvimos la entrega de Q 415 millones adicionales al presupuesto inicial y se está gestionando un monto adicional para que nos permita terminar el 2016 sin tanto problema de desabastecimiento.
Además hay esfuerzos de tener un 2017 un poco más fuerte que el 2016.
L.H. Sin embargo, según dijo el Ministro de Finanzas, las acciones resultan insuficientes para que la cartera pueda pensar en hacer inversión en salud sino hasta 2018 o 2019. ¿Qué se puede esperar en el mediano y largo plazo si no hay posibilidad de hacer inversión?
L.H.M. Lo que sucede es que no podemos tampoco pedir ya presupuesto para inversión si no tenemos un plan de inversión. Idealmente, lo primero es que, por ejemplo, en el primer nivel tenemos que hacer un ordenamiento territorial, ver dónde necesitamos nuevos puestos de salud, costearlos, ver dónde iniciar, dónde continuar… Sobre eso hacer un plan de inversión en infraestructura, por lo menos para el primer nivel de atención y después de eso ver cuánto nos cuesta equiparlo. A partir de eso ya podemos ver cuánto cuesta que funcione un puesto de salud nuevo, por ejemplo.
En términos de inversión tiene que haber algo bien planificado para saber en dónde vamos a construir puestos de salud de forma gradual. O sea, si estamos pensando en cuatro mil puestos de salud nuevos hay que dosificarlos a lo largo de diez o quince años, porque obviamente eso no se puede hacer en tres años, pero sí hay que hacer ese plan. Con ese plan, de manera técnica, fundamentar por qué lo necesitamos
Eso no solamente en el primer nivel, sino también en el segundo y tercero. La idea es que en el 2017, o incluso este año, hacer esa planificación de inversión y gestionar los recursos ya sea vía préstamos, donaciones o presupuesto público.
L.H. ¿Entonces, cuándo podríamos esperar acciones de inversiones, hasta el 2018 o 2019?
L.H.M. Nosotros esperamos que entre este año y principios del otro podamos tener ese plan de inversión. Sin embargo, debido a que el presupuesto se gestiona durante este año, no estoy segura si para el año entrante podríamos tener definida la inversión.
L.H. La administración del exministro Alfonso Cabrera había anunciado la implementación de la subasta inversa como una medida para transparentar la compra de insumos en el Ministerio. Supuestamente se comenzaría en junio, pero no se hizo. ¿Qué pasó con esta iniciativa? ¿Cuáles son sus propuestas para garantizar la transparencia en las compras?
L.H.M. La subasta inversa es un ejercicio que tenemos que poner a prueba, hay que habilitarlo, hay que empezarlo pero no nos resuelve del todo. Hay que hacer la prueba e iniciar el proceso. Quizá en este momento el mecanismo al que tenemos que darle prioridad, para transparentar y hacer eficiente el gasto, es el contrato abierto. Estábamos revisando con el Ministerio de Finanzas cómo están los contratos y hay varios que hay que impulsar en este momento, antes de que se venzan, nos quedemos sin ellos y tengamos que recurrir a otro tipo de compras directas o de otro tipo de gastos.
L.H. ¿Y cómo garantizar que esas compras serán eficientes y transparentes?
L.H.M. Lo que tenemos que hacer es buscar que quienes sean los responsables sean personas de confianza, honorables, y tiene que haber mucha transparencia, pero también mucho interés ciudadano de ver cómo se llevan a cabo estos procesos.
L.H. ¿Ya se ha hecho de un equipo de confianza, además de sus viceministros?
L.H.M. Sí, ya tenemos completo nuestro equipo en las direcciones generales. También están definiéndose otros puestos y la verdad es que en el Ministerio de Salud hay gente buena y lo que hay que hacer es tener mucha claridad hacia dónde ir. A veces el problema puede ser más de conducción y visión del rumbo. Tampoco hay que idealizar, sabemos que vamos a encontrarnos con personas no tan buenas, pero sobre eso habría que hacer evaluaciones y llevar los procesos de la mejor manera para identificar a estas personas que puedan estar haciendo más mal que bien.
L.H. También, durante la gestión de Alfonso Cabrera, se anunció una reforma al sector salud, de la mano de la Vicepresidencia. ¿Se dará continuidad a esta reforma? ¿Trabajará usted también con la Vicepresidencia?
L.H.M La propuesta de reformas tiene algunos puntos de interés para nosotros, particularmente, el fortalecimiento de los mecanismos de participación ciudadana, consultas a través de los Consejos de Desarrollo. Tenemos poco tiempo y ya hemos definido una reunión con la Vicepresidencia para ir asumiendo la conducción de este proceso.
Las cuestiones que nos interesan principalmente son el fortalecimiento a la participación ciudadana, el fortalecimiento del sistema de información, la regulación por parte del Ministerio de Salud, la carrera sanitaria. Además hay aspectos que valen la pena discutir más, por ejemplo, el rol de las municipalidades en salud.
La propuesta técnica que originalmente se planteó hablaba de ir transfiriendo funciones de prestación a las municipalidades. En nuestro caso pensamos que antes de hacer algo como eso es mejor fortalecer a las municipalidades en su rol de garantizar agua potable y saneamiento ambiental, que es clave para la salud. Entonces, necesitamos que las municipalidades sean muy fuertes en ese ámbito. Mucho antes que venir y pensar que ellas van a dar servicios de salud.
L.H. Usted habló en su primera conferencia de prensa sobre irregularidades en la contratación de personal. ¿Qué tipo de irregularidades son estas? ¿Se han encontrado indicios ya de algo que pueda llevar una investigación de tipo penal?
L.H.M. Todavía no podemos hablar de procesos penales, estamos todavía poniéndonos al día de cómo está la situación. Lo que hemos visto en personal es que se ha estado contratando personal a través de renglones no adecuados. Necesitamos ver qué es lo que ha estado ocurriendo, pero eso es una cuestión de ir más sobre las unidades ejecutoras específicas. En este momento, la Dirección General de Recursos Humanos está en un proceso de inventario de personal y de limpieza de información para que podamos tener una mejor idea de cuántos somos, en qué renglones estamos, si no hay una duplicación de contratación. De esto último hay informes de la Contraloría General de Cuentas (CGC), donde hay ese tipo de hallazgos.
L.H. Sabemos que mafias del Ministerio de Salud no vieron con buenos ojos su nombramiento. ¿Ha recibido presiones de algún tipo para limitar su trabajo? ¿Qué hará si las recibe?
L.H.M. Al menos de forma directa, no hemos recibido ningún tipo de presión y tampoco hemos visto una expresión de rechazo o resistencia, pero el hecho de que hay grupos sindicales haciendo manifestaciones o que siguen tomando áreas, podría ser interpretado como una resistencia.
Ahora que estamos empezando el trabajo venimos con más disposición de tener primero contactos y conocer inquietudes, desde los directores de área y hospitales hasta los sindicatos. Hoy nos reunimos con los directores y mañana tendremos una reunión con los sindicatos. Lo que queremos saber son sus inquietudes, cuáles son sus demandas, pero una cosa es hacer demandas sobre el pacto colectivo, desabastecimiento, demandas de conflictos laborales… Entonces, tenemos que tener un mapa de las principales inquietudes para poder darles respuesta.
L.H. ¿Entonces ya ha habido un acercamiento con los sindicatos?
L.H.M. Ya hay una convocatoria para la primera reunión mañana. Sería la primera vez que nos reunimos. Entendemos que el sindicato mayoritario va asistir, otros sindicatos ya han confirmado su participación. El problema es que ahorita no sabemos ni siquiera cuántos sindicatos están abiertos y vamos a ver mañana cuáles son las inquietudes y conocerlos.
L.H. ¿Van a renegociar el pacto colectivo? ¿Cuál será la ruta a seguir?
L.H.M Hay qué ver cuáles son las inquietudes principales sobre este tema, contrastarlo con los recursos que tenemos. Tenemos un presupuesto de sobrevivencia y sobre eso ver qué se puede cumplir y qué otras cosas debemos renegociar.
Necesitamos ver que el cumplimiento de algunos puntos del pacto colectivo puede afectar el abastecimiento de algunos servicios de salud. Hay que hacer una revisión de eso y una negociación de esos puntos.
L.H. Ya recibió su primera citación en el Congreso, este fue uno de los problemas del exministro Cabrera. ¿Qué postura piensa tomar si estas citaciones se dan con mucha frecuencia?
L.H.M Ahora tenemos que ir documentando qué ocurre en cada una de las citaciones, tenemos que ver la frecuencia con la que se dan las citaciones, la manera en que se desarrollan y los asuntos que desean abordarse.
Si vemos que hay un patrón orientado más al desgaste que a la fiscalización, tendremos que plantearlo ante la Presidencia como ante el Congreso y la ciudadanía. De nuevo, reconocemos que el Congreso está para fiscalizar y estamos en la disposición de dar toda la información que se necesite con ánimos de mejorar el trabajo.
Pero si a la hora de la hora se busca un desgaste, eso lo que hace es medrar nuestro trabajo y nos impide avanzar en el derecho a la salud que es precisamente lo que necesitamos garantizar.
L.H. Usted dijo que en salud la corrupción es sinónimo de muerte. ¿Cómo hacer frente a la corrupción dentro del Ministerio?
L.H.M La idea es conformar una unidad o grupo que pueda identificar focos de corrupción que pueden ser en la parte de gastos y compras, como en la parte contratación de personal por motivaciones de clientelismo político. Eso estaría drenando de recursos el Ministerio de Salud.
Estamos armando ese equipo y un plan de trabajo, para identificar focos de corrupción e impulsar una cultura de transparencia. No solamente es ver lo que se está haciendo, si existen actos de corrupción, pero también trabajar en una ética de trabajo transparente.
L.H. Al presentar su plan de trabajo usted pidió a la población “expectativas aterrizadas”. ¿A qué se refiere con esto y, entonces, cuál sería el escenario más optimista que podemos esperar para la salud en los próximos años de su gestión?
L.H.M. Cuando me refiero a expectativas aterrizadas es porque no vamos a ver un servicio de salud o nuevos puestos de salud en los próximos tres meses. Lo más seguro es que en ese tiempo podamos evitar que haya un desabastecimiento, pero al mismo tiempo que estamos respondiendo a esta crisis. Tenemos que empezar la planificación de mejora de servicios de salud y esos resultados se van a ver dentro de un año.
Hay algunos aspectos que urgen mucho, pero el desabastecimiento es algo que se ve cuando ocurre y el abastecimiento no. Es como el trabajo doméstico, solo se nota cuando no se hace.
Puede ser que haya medidas que la población no note y van a haber otras, como el fortalecimiento a la red de servicios que pueden esperarse para el próximo año y no en las próximas semanas.
Los procesos que hay que impulsar pueden iniciarse en estos tres años, pero tienen que ser sostenibles a partir de las nuevas autoridades o ciudadanía. Yo esperaría que en los próximos años podamos ver menores crisis de desabastecimiento a partir de aumentos de presupuesto y una mejora en la gestión de recursos, una casa más ordenada en estructura y funcionamiento; y procesos de mejora de servicios desde el primer nivel de atención. Eso esperamos tener en los próximos tres años.
En el caso del primer nivel de atención tenemos un rezago tan grande que no se va lograr cerrar en los próximos tres años. Esperamos arrancar estos procesos y que se mantengan posteriormente, como sentar las bases.