POR SAIRA RAMOS
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El exceso de personal en el Congreso provocó que los diputados de los diferentes bloques legislativos pusieran a disposición de Recursos Humanos a los trabajadores contratados bajo el renglón 011, quienes se desempeñaban como asistentes, taquígrafas, secretarias y ujieres, y que recientemente fueron ubicados en el área del «palomar”.

El “palomar”, como le llaman los 33 empleados que están a la espera de ser llamados a trabajar por cualquier dirección o congresista, pese a tener un contrato, es un espacio reducido donde los trabajadores pasan su jornada laboral en un espacio incómodo, con muebles y sillas inservibles y a veces con el fuerte olor a palomas que mueren en el techo, declaró una de las asalariadas que prefirió no ser citada.

En ese lugar hay auxiliares de archivo que devengan mensualmente salarios de más de Q18 mil, secretarias de Q26 mil y Q30 mil, así como asistentes de Q16 mil y Q33 mil, y pese a eso ninguna autoridad en el Legislativo quiere llamarlos a sus oficinas para buscarles un espacio donde puedan laborar dignamente, dijo otro empleado que leía uno que otro documento en el “palomar”.

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