POR MARIELA CASTAÑÓN
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El pasado domingo fueron localizadas dos armas de fuego en una caleta en la cárcel de Pavoncito, donde se encuentran recluidos los colaboradores eficaces Juan Carlos Monzón y Salvador Estuardo González. Según el Sistema Penitenciario (SP) se han adoptado medidas de seguridad especiales para estas personas.

La Hora buscó al director del SP, Luis Carlos de León, para conocer algunos aspectos que han considerado para proteger la vida de Monzón y González; el funcionario respondió que existen protocolos a implementar en estos casos.

“Se adoptaron medidas de seguridad especiales para la atención de la vulnerabilidad de los colaboradores, eso quiere decir que como esto tampoco estaba en protocolos de seguridad, lo hemos enfocado en el factor de vulnerabilidad que genera estar en un centro y por su condición de colaboradores”, explicó el entrevistado.

El Director agregó: “El protocolo de seguridad se diseña en base a tres factores: Uno, la vulnerabilidad que puede generar en el uso de la seguridad penitenciaria, dos, su condición de colaboradores eficaces, y tres la intensidad mediática del caso, quizás van haber otros colaboradores eficaces que no tienen la connotación mediática que tienen –estas personas-”, dijo.

De León reiteró que el Ministerio Público (MP) realiza una investigación de oficio por estos hechos, mientras que el SP, también realiza sus propias pesquisas para determinar cómo ingresaron las armas de fuego.

HASTA Q10 MIL POR EL INGRESO

Las armas de fuego fueron localizadas el pasado domingo, en un agujero o una caleta en la Granja Penal Pavoncito.

El SP difundió fotografías que supuestamente corresponden al hallazgo de esos objetos no permitidos en la cárcel.

Este vespertino consultó al ministro de Gobernación (Mingob), Francisco Rivas, para determinar si esas armas estaban registradas en la Dirección General de Control de Armas (Digecam) o eran ilegales, pero respondió que esos datos aún estaban en análisis.

Por otro lado, según fuentes de Presidios, el ingreso de un arma de fuego puede costar entre Q5 mil a Q10 mil, la misma entra en “un paquete”, el cual guardias y reos denominan “fierro”.

De acuerdo con las fuentes, las armas tienen varios usos: defensa personal para un reo o para intimidar a otros, o bien para darle muerte a alguien.

Según las fuentes, estos objetos ingresan recurrentemente en las cárceles, con autorización de guardias y directores de centros.

Fuentes del Sistema Penitenciario (SP), explicaron que el ingreso de un arma de fuego a las cárceles del país puede costar hasta Q10 mil; monto que puede ser negociado con el director del centro y los guardias del SP.

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