POR GRECIA ORTÍZ
gortiz@lahora.com.gt

Cada vez son más las personas que deciden donar sus órganos y dar vida para formar parte de una larga lista de héroes anónimos en Guatemala. La cultura de donación ha ido en aumento, pues cada vez más personas se unen para dar esperanza a quienes lo necesitan, explica la Asociación Donaré.

Por iniciativa de dos madres nace la Fundación Donaré en 2004, con la idea de fomentar la cultura de donación de órganos y tejidos para personas cuya vida depende de un trasplante.

Marta Azmitia de Hernández, de la Fundación Donaré, explicó en una entrevista para La Hora Departamental que la organización nació en 2004, tras la muerte de su hija, en conjunto con otra madre, quien decidió donar los órganos de su hijo.

Al darse cuenta la falta de equipo para realizar trasplante de órganos, decidieron aportar con el equipamiento de una unidad disponible para cualquier guatemalteco.

Como resultado de este esfuerzo, en 2006 se equipó la Unidad de Trasplante Renal con el apoyo de la Cervecería Centro Americana y en 2008 un benefactor anónimo donó el equipo para dotar al Hospital General San Juan de Dios del primer laboratorio de histocompatibilidad en el área de Salud Pública.

Según la entrevistada, se han logrado avances en cuando a la cultura de donación de órganos, pues ahora las personas entienden cómo es el procedimiento a realizar.

“De cada diez donantes, tenemos más o menos tres efectivos, digamos, todos los demás se pierden por la negatividad de las familias a donar los órganos”, aseguró.

En ese sentido, expresó que es necesario que las familias estén enteradas de que siempre existe respeto hacia los restos de sus familiares. “Todo se hace con cirujanos, es un regalo a una persona, de amor supremo, en donde usted le regala vida a otra persona que va a morir”, explicó.

Actualmente en Guatemala solo se pueden realizar trasplantes de riñón y de córneas, pues en el caso del hígado y la médula ósea aún no ha sido posible desarrollar el procedimiento.

Por ello, Azmitia también busca acercamientos con el Congreso para que se puedan regular los procedimientos quirúrgicos y se incluyan nuevos trasplantes. “Esto no puede seguirse haciendo como se hace ahora. Estamos amparados en la Ley 91-96, pero seguimos en el año de 1996, de hace 20 años, las políticas de trasplante han mejorado a nivel mundial”, señaló.

El procedimiento para la donación inicia con la intervención de los médicos de los principales hospitales, quienes realizan un recorrido y al observar pacientes en terapia intensiva, que tengan muerte cerebral, se acercan y hablan con sus familiares sobre la posibilidad de dar vida a otros.

“Se acercan a la familia y les preguntan si alguna vez hablaron de donación de órganos. Generalmente de diez, unos tres aceptan y entonces se sigue con el procedimiento, se hacen los exámenes, se llama al receptor y se hacen los trasplantes”, indicó.

Si bien la persona que muere ya no está físicamente con sus familiares, su presencia queda parcialmente con quienes poseen sus órganos, agregó la entrevistada.

“Las donaciones son totalmente transparentes, van al enfermo que más lo necesita. No nos podemos sesgar hacia el favoritismo, los doctores en los hospitales, sobre todo en el Hospital General y el Hospital Roosevelt, tienen una lista de espera de pacientes que no tienen un familiar que les pueda donar un riñón”, aseguró.

Un donador puede beneficiar a cuatro personas, pero si se hicieran otros tipos de trasplantes serían hasta 14 pacientes los beneficiados. “Hay que actualizar la legislación”, señala Azmitia.

¿DESEA SUMARSE A LA INICIATIVA?

Quienes deseen ser donadores deben informar a sus familiares sobre su decisión para solicitar respeto a la misma. Además de comunicarlo a su entorno familiar y amistades, si lo desea puede llenar y firmar un carné como donante. Para más información puede escribir al correo info@donare.org.gt
“Puede hacer todo el trámite, pero lo más importante de esto es que lo sepa su familia, porque son quienes firman los protocolos de extracción y aunque haya dicho que sí quiere donarlos, si su familia no firma, no se hace. Por eso es tan importante que estén enterados”, indicó.

“Las donaciones son totalmente transparentes, van al enfermo que más lo necesita. No nos podemos sesgar hacia el favoritismo, los doctores en los hospitales, sobre todo en el General y el Hospital Roosevelt, tienen una lista de espera de pacientes que no tienen un familiar que les pueda donar un riñón”.
“Todo se hace con cirujanos, es un regalo a una persona, de amor supremo, en donde usted le regala vida a otra persona que va a morir”.
MARTA AZMITIA -FUNDACIÓN DONARÉ-

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