POR GRECIA ORTIZ
gortiz@lahora.com.gt

Las remesas que los migrantes envían a Guatemala representan una importante generación de divisas, que supera a los cuatro principales productos de exportación y deja en evidencia la entrega de los chapines en el trabajo. Sin embargo, detrás de esas cifras positivas para el país hay historias de tristeza, sufrimiento y dolor que exponen la falta de oportunidades para la mayoría de guatemaltecos.

Raúl Espinoza es un guatemalteco que desde hace siete años vive en Los Ángeles, California, donde envía puntualmente hacia Guatemala, todos los meses, una remesa para su esposa y sus hijos, quienes viven en Asunción Mita, Jutiapa.

Espinoza está orgulloso de que su trabajo como electricista garantice el bienestar de su familia, pero admite también que la separación del núcleo familiar resulta muy dolorosa, al punto que ha pensado en regresar al país para convivir con sus hijos.

“Es muy duro ver a mis hijos solo en fotos o videos. Los dejé cuando estaban muy pequeños y no los he visto, no los he besado ni abrazado. No sé cómo sería reencontrarme con ellos porque no hemos convivido”, dijo.

Espinoza contó que su esposa intentó migrar de forma irregular, pero no consiguió cruzar el territorio mexicano y se frustró su intento de llegar a Estados Unidos; esta situación complicó la situación económica de la familia, pero también elevó las tensiones provocadas por el distanciamiento.

“El chance de migrar nos ha mantenido bien durante varios años, pero también es triste dejar a un lado a mi familia, a mi mamá, mis hermanos y sobrinas; es muy doloroso saber que por un lado se construye una casa y se colabora con la familia y por otro, uno se aparta de la gente que quiere”, cuenta Espinoza, quien expone el rostro difícil de las remesas.

Por otro lado, Marleny Rafael, 27 años, cuenta la difícil situación de quienes se encuentran en el país; actualmente vive en el departamento de Santa Rosa, donde trabaja en una empresa que se dedica a la siembra de frutas y vegetales. “Yo soy madre soltera, y tengo que mantener a mis dos niños con el sueldo que recibo, es muy poco; no es el mínimo ni siquiera, pero la mayoría no tenemos otra opción, aquí uno tiene que aceptar el trabajo que sea, en donde paguen algo al menos”, afirmó.

Para la entrevistada, la situación no siempre ha sido así. Con la visión de mejorar económicamente migró hacia Estados Unidos hace cinco años pero fue deportada. “Me fui con la intención de ganar más porque aquí no pagan lo que debería ser y si lo hacen ni alcanza”. No intentó emprender el viaje de nuevo, porque no tenía los recursos para hacerlo.

En la misma línea, Adolfo Cano, un migrante guatemalteco residente en Estados Unidos desde hace más de 15 años, indicó que la situación para los guatemaltecos se complica aún más cuando no tienen una vivienda propia.

Cano considera que la opción de los salarios diferenciados no es viable, porque si no se cuenta con vivienda, cómo podrían llegar a pagar el alquiler de una casa con un sueldo inferior al mínimo. “Por eso mismo pienso que la gente va seguir migrando”.

“Todo está caro, no alcanza para nada. La gente va seguir arriesgando la vida para venir al Norte. Los pobres siguen igual o peor, y los ricos más ricos”, comentó Cano.

Los casos expuestos anteriormente dejan en evidencia las bondades de las remesas familiares, que contrastan con el impacto humano y social de la migración irregular, que a la vez deja en evidencia la incapacidad de un país para generar empleos dignos.

LA AGRICULTURA ABSORBE LA FUERZA DE TRABAJO

El Instituto Nacional de Estadística (INE) señaló en un estudio de 2014, que la agricultura es la actividad económica que absorbe mayor cantidad de fuerza de trabajo, pues representa un 31 por ciento de la población ocupada, seguido del comercio con un 26.4 por ciento, mientras la industria manufacturera es representada con un 14.4 por ciento.

En relación a la distribución de población de acuerdo a sus ocupaciones, un 37.5% es empleado privado, seguido de personas que trabajan por cuenta propia, mientras un 24.5 % se ocupa como jornalero, o en el sector agrícola.

Asimismo el INE destaca que la actividad económica que completa el mayor porcentaje de personas ocupadas en el sector informal corresponde a la agricultura con un 43.7 por ciento, seguido del comercio con 27.9 % y las industrias manufactureras con un 11.2 por ciento.

¿QUÉ HA PASADO EN EL SECTOR PRIVADO?

Según Carla Caballeros, de la Cámara del Agro, el sector de exportación de banano contribuye con la generación de 37 mil empleos directos, el azúcar lo hace con 425 mil empleos directos e indirectos –incluyendo 33 mil cortadores de caña–, en tanto al café se le atribuyen alrededor de 113 mil empleos directos y 291 mil empleos pertenecientes al sector temporal.

“En los últimos tres o cuatro años, los precios internacionales del café, azúcar y hule principalmente han venido bajando y esto se refleja en los productos de exportación que la mayoría utiliza como referencia las cifras en valores y no en volumen, hay una baja en valores debido a los precios internacionales”, apuntó.

En el caso del banano, se ha registrado un incremento porque ha ido creciendo la productividad misma de los productos, mientras el azúcar que ha tenido una reducción en su precio, pero se ha ido recuperando.

Caballeros indicó que el sector agrícola es el principal empleador a nivel nacional y dentro del mismo existen sectores que tienen una vinculación directa a las exportaciones. Las remesas familiares “son una clara evidencia”, de que a pesar que existe confianza por parte de empresarios, no es suficiente, porque el país no ofrece condiciones para que exista “inversión, y que se puedan generar empleos formales”, señala Caballeros.

“Como país los gobiernos no han sido efectivos, ni han tenido la voluntad política de concentrarse en la importancia de generar las condiciones de efectividad de clima de negocios, que aseguren que vamos a traer el suficiente capital para que existan muchas más empresas y mucho más empleo formal y que la gente no emigre”, aseveró.

EL SECTOR DEL VESTUARIO: SALARIOS MÍNIMOS MÁS BAJOS

Según Alejandro Ceballos del sector Vestuario y Textiles (Vestex) esa industria representa el 8.9 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB) y representa el 2.5 por ciento de la generación de trabajo, en donde se estima se generan 180 mil empleos directos e indirectos.

Ese sector además señala que existen unas 43 empresas de tejidos, 155 empresas dedicadas a la confección de prendas.

A nivel de Centro América, Vestex indica que El Salvador, Honduras y Nicaragua “tienen herramientas para la atracción de inversión y todos cuentan con salarios mínimos más bajos”, y en cuanto a la competencia internacional destaca que el Sur Este Asiático posee una mayor cantidad de mano de obra y menores salarios, en donde el mínimo oscila entre 68 y 237 dólares.

Entre Honduras, El Salvador y Nicaragua ese sector destaca que existe una “desventaja competitiva”, pues Guatemala posee un estimado del salario mínimo de US$457.61, en tanto el resto oscila de 197.41 a 369.52 dólares.

Ceballos indicó que el comportamiento de las exportaciones en el sector de vestuario depende del mercado y demanda que se presente en Estados Unidos, en donde a pesar que es año electoral el panorama se vislumbra positivo pues existe un incremento a lo presentado en exportaciones el año pasado.

“Ya contamos con una Ley y eso hizo que las exportaciones se fueran para arriba porque se consolidaron varias inversiones que se tenían”, comentó.

Ceballos agregó que en los últimos años se han observado aumentos constantes en las exportaciones, así también que se han generado empleos directos e indirectos y añadió que Guatemala es una de las sectores más pequeños que aportan al mercado de Estados Unidos.

“Somos el más pequeño de Centro América, incluso Haití está a punto de pasarnos, aquí el salario mínimo es el más alto. Nosotros hacemos un producto muy elaborado, porque no podemos vender barato”, indicó.

Sobre el salario añadió que el problema no es que paguen menos, en donde incluso un operario en El Salvador gana más que uno de aquí, “si usted no trabaja y tiene mil empleados, le costó cada día 100 mil quetzales, que les tuvo que pagar y no trabajaron, ese es el problema”, apuntó.

El vicepresidente de la Asociación Guatemalteca de Exportadores (Agexport), Antonio Malouf, refirió que en 2015 la variante en las exportaciones radicó en que los precios se comprimieron, y por eso en los primeros meses de este año, a pesar de que se está exportando más volumen están ingresando menos divisas y eso se debe a que los precios han bajado en el 2016.

“En lo que respecta a vestuario y textiles que ahora está liderando el ingreso de divisas, ha bajado el precio, pero se ha mantenido gracias a que ya se logró la Ley de Vestuario y Textiles, el decreto de la Ley 19-2016, comentó.

Indicó que la diferencia entre el banano y café radica en que este último está saliendo del problema de la roya, acotando que el azúcar representa un aporte importante.

EL ANÁLISIS

Carlos Martínez analista económico independiente, expresó que las exportaciones vienen perdiendo espacio desde hace unos 50 años, pues en ese tiempo ocupaban el primer lugar en ingresos.

“La producción tradicional ha venido perdiendo peso”, aseveró Martínez, “entonces podría decirse que esa reducción se ha presentado de manera progresiva por décadas; el impacto de la caída de materias primas a nivel internacional y la preferencia por los cultivos tradicionales explicaría su evolución lenta”.

El analista destacó que las remesas familiares ahora han cobrado una mayor importancia ya que han mantenido un ascenso mucho más dinámico que otros productos, aunque no es producto de exportación, si es un factor que incide en la economía. “La migración es mucho más dinámica que cualquier actividad económica”, apuntó.

Mario Rodríguez, analista del Instituto de Problemas Nacionales de la Universidad de San Carlos (Ipnusac), agregó que la situación en las exportaciones de los últimos años es considerada estable, puesto que varios de los productos incrementaron a nivel internacional, aunque el café se ha visto afectado por la roya.

El analista del Ipnusac, cree que uno de los problemas del empleo agrícola es la estacionalidad porque no siempre los jornaleros pueden trabajar por las cosechas, por lo que el resto del tiempo las personas no logran complementar sus necesidades.

“Lo que buscan estos productos de exportación es pagar lo mínimo, porque eso les representa mayores utilidades mayor ingreso de divisas, por lo tanto no les interesa que el mercado interno se fortalezca”, aseveró.

La expectativa en cuanto al comportamiento de las exportaciones de los productos tradicionales, según Martínez es que perderán ritmo, aunque eso no significa que desaparezcan, pero Rodríguez opinó que también se podría ver mayor volumen de producto, que se pagaría a menor precio.

“El problema de depender de algunos productos de exportación es crítico y es un problema que hemos tenido durante muchos años. En tiempos de la colonia fue la grana, la cochinilla, algodón y ahora estamos dependiendo de estos cuatro productos que ya se mencionaron, el problema es que no podemos salir del subdesarrollo”, puntualizó.

EL VOLUMEN DE LAS REMESAS

El volumen de las exportaciones de los principales cuatro productos del país, es menor en comparación a las remesas familias, pues el banano, azúcar, café y la industria del vestuario representaron en dos años US$7 mil 134 millones 250,447, siendo los artículos de vestuario los que se posicionan primero; la perspectiva según analistas es crítica porque el depender de estos productos, nos mantiene en un nivel de subdesarrollo.

De acuerdo a cifras del Banco de Guatemala, el sector de industrias agropecuarias representó US$5 mil 142 millones 129,854, de los cuales las exportaciones de banano representaron un total deUS$1,398,133,890, durante 2014 y 2015, este último con cifras preliminares, en tanto el café que se había posicionado por delante en 2014, descendió para sumar US$1 mil 331 millones 243,047.

Seguidamente las industrias manufactureras fueron las que se catalogaron con un mayor crecimiento durante 2015, pues el azúcar que se ubica como el segundo mayor producto de exportación sumo US$1 mil 802 millones 342,91, en tanto los artículos de vestuario se posicionaron en primer lugar con US$2 mil 602 millones 530, 593.

No obstante, del aporte de los cuatro principales productos de exportación en 2015 por US$3 mil 585, 556,279, estos no lograron superar el volumen de las remesas familiares que se posicionaron con US$6 mil 284 millones 977 mil 800 solo en 2015, y se han mantenido en un constante aumento, dejando atrás a los productos de exportación más representativos.


GENERACIÓN DE EMPLEO

37 mil empleos directos son generados por la exportación de banano.
425 mil empleos directos e indirectos son el aporte del azúcar.
113 mil empleos directos y 291 mil temporales son generados por el café.
180 mil empleos directos e indirectos son el aporte del sector de vestuario y textiles.
*Fuente. Cámara del Agro y Vestex.

“El chance de migrar nos ha mantenido bien durante varios años, pero también es triste dejar a un lado a mi familia, a mi mamá, mis hermanos y sobrinas; es muy doloroso saber que por  un lado se construye una casa y se colabora con la familia, y por otro, uno se aparta de la gente que quiere”.
RAÚL ESPINOZA –MIGRANTE GUATEMALTECO-

“En los últimos tres o cuatro años, los precios internacionales del café y azúcar y hule principalmente han venido bajando y esto se refleja en los productos de exportación que la mayoría utiliza como referencia las cifras en valores y no en volumen, hay una baja en valores debido a los precios internacionales”.
CARLA CABALLEROS –CAMAGRO-

“Ya contamos con una Ley y eso hizo que las exportaciones se fueran para arriba porque se consolidaron varias inversiones que se tenían”.
ALEJANDRO CEBALLOS –VESTEX-

“Entonces podría decirse que esa reducción se ha presentado de manera progresiva por décadas; el impacto de la caída de materias primas a nivel internacional y la preferencia por los cultivos tradicionales explicaría su evolución lenta”.
CARLOS MARTÍNEZ –ANALISTA INDEPENDIENTE-

“El problema de depender de algunos productos de exportación es crítico y es un problema que hemos tenido durante muchos años. En tiempos de la colonia fue la grana, la cochinilla, algodón y ahora estamos dependiendo de estos cuatro productos que ya se mencionaron, el problema es que no podemos salir del subdesarrollo”.
MARIO RODRÍGUEZ –ANALISTA IPNUSAC-

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