POR SAIRA RAMOS
sramos@lahora.com.gt

Las redes sociales son parte de la vida diaria ya que estas diluyen fronteras y conectan a personas sin importar la distancia, además que dentro de las mismas hay diversidad de información útil para millones de ciudadanos. Sin embargo, a pesar de los muchos beneficios, existen organizaciones sociales que piden prestar atención al uso de las redes para fines delictivos, políticos o de marketing.

La Fundación Sobrevivientes y Refugio de la Niñez advierten sobre los peligros de las redes recordando el caso de las adolescentes Heydi Isabel Montúfar Lorenzana, de 16 años, y Geisi Alexandra Mercado Santos, de 18, quienes fueron asesinadas a finales de agosto del 2011 por dos hombres desconocidos que las contactaron a través de Facebook.

Los cuerpos de las jóvenes oriundas de Escuintla fueron localizados por las fuerzas de seguridad enterrados en una fosa clandestina dentro de la finca Belén, ubicada en el kilómetro 32.5 en la circunvalación al lago de Amatitlán.

Según las investigaciones, el 26 de agosto del 2011, Montúfar Lorenzana y Mercado Santos salieron de sus casas con el pretexto de que dedicarían su tiempo para hacer trabajos académicos. Sin embargo, estas decidieron encontrarse con sus “novios virtuales”, Saúl Eliézer García de 27 años, identificado como “vaquero indomable”, y Eduardo Chen.

De acuerdo con la Fundación Sobrevivientes, las menores se reunieron en la finca Belén, la cual supuestamente era propiedad de García, ya que sus publicaciones en su perfil Facebook aparentaban que provenía de una familia adinerada; mientras que Chen, era un taxista de la zona 18 de la Ciudad Capital. El dato que las adolescentes no conocían es que este último tenía nexos con la Mara 18.

Después del encuentro entre las parejas virtuales, las menores se dieron cuenta de las intenciones que tenían sus “novios” e intentaron huir. Sin embargo, previo a que las féminas pudieran hacerlo, el “vaquero indomable” y su amigo las agredieron física y sexualmente aprovechándose del estado etílico en el que estaban las menores escuintlecas.

El plan de García y Chen fue más allá, y contactaron a las familias de Montúfar Lorenzana y Mercado Santos para exigirles un rescate de medio millón de quetzales a cambio de liberarlas, pese a que sus cuerpos ya estaban enterrados en la fosa que excavó el guardia de la finca Belén, según relató este después a los tribunales de justicia en donde los agresores fueron condenados a 200 años de prisión tras el asesinato.

A partir de este caso conocido con el nombre de Facebook, Refugio de la Niñez ha registrado más de 20 casos similares y es muy probable que haya muchos más que estén en el anonimato, dijo Leonel Dubón, de dicha entidad.

Dentro de dichos casos, hay dos de menores de edad que fueron contactadas por desconocidos a través de Facebook y que desde el 2012 no aparecen; uno de una joven que apareció en el Sur de México tras haber desaparecido luego de concertar una cita en Tactic, Alta Verapaz; cuatro más están relacionados con la trata de personas y otros cuatro con pornografía infantil, según refirió Dubón.

PERFILES FALSOS Y POLÍTICA

En Guatemala, casi tres millones de personas tienen acceso a Internet fijo y el 29 por ciento de ellos lo utiliza por más de dos horas diarias, según las estadísticas que maneja la organización digital Red Ciudadana. Esta organización no mide el impacto que tienen las personas con un celular y acceso a Internet.

El acceso a estos medios se da en un 43 por ciento desde la casa, 20 por ciento desde el trabajo, 14 por ciento de los café internet, 13 por ciento desde universidades y 10 por ciento desde otros lugares, entre estos centros comerciales y restaurantes.

En la actualidad, Red Ciudadana estima que el 89 por ciento de las personas que utilizan Internet lo usan para conectarse en las redes sociales, escuchar música, revisar su correo electrónico, chatear, ver videos, leer noticias y hacer compras. El resto lo utilizan los interesados en obtener Internet como fuente de información.

La organización digital estimó, con datos de entidades internacionales, que a finales del 2013, dos años después del asesinato de las jóvenes escuintlecas, que en Twitter había 23 millones de perfiles falsos y en Facebook unos 100 millones. Lo que hacían un total de 1 mil 280 millones de cuentas falsas a nivel mundial.

En el caso de Guatemala, según Red Ciudadana, un entramado de perfiles falsos puede llegar a costar hasta Q40 mil y estos se pueden utilizar por personas particulares que tienen un fin determinado, como los casos que registra el Refugio de la Niñez; o, bien, por políticos y sus allegados que buscan desviar un tema o generar simpatía.

Ahora bien, para personas individuales que no buscan incidir de forma masiva, tener un perfil falso es de lo más sencillo del mundo.

Sobre este último uso de las redes sociales, la directora de proyectos de Red Ciudadana cree que “quienes recurren a estas prácticas generalmente buscan parecer como personas influyentes y aceptadas en redes sociales, por la cantidad de seguidores, o también utilizan estos perfiles falsos para tratar de desviar el tema o generar comentarios a favor de ellos y en contra de sus oponentes”, como sucedió en las elecciones 2015.

A la fecha, ni Fundación Sobrevivientes, Refugio de la Niñez ni Red Ciudadana conocen a grupos, movimientos o personas que hayan intentado comprar un perfil para influir en un tema o contactar a internautas con fines específicos, aunque admiten reconocer a varios perfiles con indicios de ser falsos por su foto de perfil, usuario, comentarios y sus escasos amigos, seguidores y publicaciones.

VENTA Y FANPAGES

Al ingresar a las redes sociales es usual que aparezcan distintos anuncios publicitarios haciendo recomendaciones de productos, restaurantes y empresas, los cuales pueden tener un costo alto, explicó Red Ciudadana.

Sin embargo, esas sugerencias que aparecen de la “nada” según las preferencias de los usuarios de Facebook, Twitter e Instagram, no son casualidad, ya que las plataformas cibernéticas utilizan la información proporcionada por las personas y las “venden a las grandes compañías y gobiernos”, de una forma que aún se desconoce.

El temor que existe por estas prácticas es que con esa información se puedan “hacer movidas de inteligencia o de terrorismo como ha pasado en otros países”. Por esa razón, organizaciones a nivel mundial han sugerido a los gobiernos suscribirse a tratados cibernéticos internacionales para garantizar la información de los ciudadanos. Guatemala nunca ha firmado un acuerdo de este tipo.

Además, Red Ciudadana recomienda que los internautas lean con atención y detenidamente los permisos y cláusulas que extienden a las redes sociales al momento de abrir o actualizar una de sus cuentas, ya que dentro de estas se podría estar facilitando el acceso a la información personal.

En 2016, Facebook reporta 1.6 billones de usuarios, dentro de estos, más 50 millones administraban las fanpages; mientras que en Twitter, registra 316 millones de usuarios, de estos, más del 50 por ciento de perfiles activos twitteaban 500 millones de tweets diarios.

Actualmente, las redes sociales con las comunidades más grandes en todo el mundo son Facebook y Twitter con el equivalente de más usuarios en países como China, India y Estados Unidos. A dichas redes los internautas ingresan en su mayoría de veces por medio de un teléfono celular.

IDENTIFICACIÓN Y DENUNCIA

Ante lo expuesto, la Fundación Sobrevivientes recomendó a los internautas ser más cuidadosos con las solicitudes de amistad que aceptan, a los padres tener un mejor control de las redes de sus hijos y a las autoridades lanzar campañas de información del uso adecuado del Internet y redes sociales.

La organización pidió a los usuarios en redes sociales denunciar cuando identifiquen que una persona desconocida con un perfil sospechoso los invite a salir, ya que se podría tratar de un pedófilo que actúa solo; también, cuando un usuario no identificado empiece a seducirlos en los chats, ya que podría ser un “dromming”. O bien, cuando un usuario después de varias conversaciones en los chats les pida que le compartan fotografías hasta llegar a requerir imágenes con contenido sexual. A este perfil, la Fundación Sobrevivientes lo cataloga como “sexing”.

La denuncia, de acuerdo con esa entidad, también debe hacerse cuando personas o “empresas” busquen a menores o adolescentes para fines fotográficos o modelaje, ya que a dichas prácticas recurren los grupos dedicados a la prostitución y trata de personas, según Claudia Hernández, de Fundación Sobrevivientes.


MONITOREO DESDE EL INGUAT

En el Gobierno del Partido Patriota (PP), se confirmó por Comunicación Social de la Presidencia, que esa dependencia creó un centro para monitorear la información pública y redes sociales que operaba desde el nivel trece del edificio del Instituto Guatemalteco de Turismo (Inguat).

El dato lo confirmó el entonces subsecretario de Comunicación, Óscar Ismatul, en una citación legislativa, en donde afirmó que dicho centro defendía al Gobierno y a sus gobernantes Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti en contra de los detractores. Por este monitoreo, el PP contrató a once personas para hacer el trabajo.

Meses después, el Instituto Guatemalteco del Seguro Social (IGSS), buscó contratar un servicio privado para la atención de medios de comunicación masiva, orientado al monitoreo de información, comentarios y publicaciones acerca de temas relacionados con sus funciones y servicios, según las especificaciones del contrato.

Sin embargo, la acción que deseaba implementar el expresidente del Seguro, Juan de Dios Rodríguez, no se concretó ante las críticas de que esa contratación se haría para controlar las instituciones y organizaciones civiles y sociales que señalaban al designado funcionario por distintos actos anómalos.

La Hora consultó a Heinz Heimann, vocero de la Presidencia, sobre si el Nivel 13 del Inguat seguía operando. El comunicador indicó que en ese lugar ahora se ubica un salón de reuniones.

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