POR WALESKA HERNÁNDEZ
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Una persona que sirvió en las fuerzas armadas, testigo protegido del Ministerio Público (MP), identificó al teniente Steelmer Francisco Reyes Girón, como el encargado del destacamento militar Sepur Zarco, de quien dijo que aterrorizaba a la población. El testimonio fue escuchado en el quinto día del juicio por esclavitud sexual que se realiza en la Sala de Vistas de la Corte Suprema de Justicia (CSJ).

El soldado, que estuvo cuatro meses y medio en Sepur Zarco, presentó su testimonio a través de videoconferencia. En la misma refirió que su pelotón llegó al lugar para relevar al que se encontraba bajo las órdenes del teniente.

Al poco tiempo de estar allí, los pobladores les dijeron que sentían tranquilidad de que Reyes y su gente se hubieran ido y les contaron que las mujeres eran obligadas a servir a los soldados, lavarles la ropa y cocinarles.

Además, los pobladores señalaron que hubo muchas violaciones sexuales a las mujeres. Los lugareños estaban preocupados y asustados por el personal que estaba destacado allí.

Según el testigo, a partir de que ellos llegaron, el oficial a cargo no permitió el ingreso de mujeres al destacamento. Incluso un cocinero designado acompañaba a la tropa, por lo que no tenían necesidad de que nadie llegara a atenderlos.

UNA GRAN SORPRESA

El soldado refirió que un día se presentaron siete mujeres a reclamar por sus esposos. De acuerdo con las señoras, el teniente Steelmer les había convocado a una reunión, pero nunca regresaron.

Ellas procedían de la aldea Semococh, que quedaba a 2 horas de camino del destacamento y no era jurisdicción del mismo.

Las mujeres preguntaban qué había pasado con sus convivientes, sin embargo, ellos no tenían idea de qué podría haber sucedido con estos pobladores. Fueron los vecinos quienes le informaron que el sindicado había dado la orden de matarlos y enterrarlos dentro de las instalaciones militares.

Según el relato, notaron que había un área cerca de la cocina y el comedor que tenía tierra removida. De acuerdo con las declaraciones que dieron los testigos, el teniente les obligó a enterrar a estos 7 campesinos. Los mismos fueron asesinados con una granada y con fusil. Nunca lograron determinar que fueran guerrilleros.

LOS PRISIONEROS

El testigo relató que en un “buzón” (calabozo) que se encontraba a 3 metros bajo tierra, en un espacio de 3×2.5 metros cuadrados, sobre nylon y unas hojas, había dos supuestos guerrilleros que dejó el teniente Steelmer Reyes, que llevaban más de 15 días sin comer ni beber agua.

Lo enviaron a ver cómo estaban y que los alimentara. Al ver que tenían pulso, su comandante le ordenó que les llevara agua y comida.

Sintió lástima de las personas porque apenas tenían vida. Cómo pudo les fue alimentando, aunque su garganta les tronó al primer sorbo de agua. Poco a poco fueron recobrando las fuerzas hasta que lograron abrir los ojos y hablar.

Ellos no tenían idea de porqué los tenían en esa situación, ya que no eran guerrilleros. Al recuperarse los dejaron libres y solo les pidieron que regresaran a firmar cada semana.

“¿Por qué en aquel entonces, mi teniente Steelmer, porqué procedió en esa forma?”, señaló el testigo.

La audiencia se aplazó para el lunes 8 de febrero, a las 8:30 de la mañana en la Sala de Vistas de la CSJ.

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