POR SAIRA RAMOS
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Desde finales de abril de 2015 la ciudadanía ha demandado cambios al sistema político-electoral por considerar que este se presta a vicios y actos de corrupción. Sin embargo, los que tienen la llave para hacer las modificaciones son los diputados, que desde el inicio de la octava legislatura han dado muestras de desinterés y divisionismo.

Foto-grande-InfografiaLa primera muestra de ello se evidencia con el transfuguismo que inició a finales de diciembre de 2015, y que se agudizó horas después de la juramentación de diputados, cincuenta de los cuales decidieron abandonar al partido que los llevó al Congreso, para integrar otro bloque desde el cual seguramente cabildearan leyes que les genere cierto beneficio.

En la actual legislatura hay 83 parlamentarios que llegaron por primera vez al Legislativo, entre ellos, uno con solicitud de antejuicio por los delitos de desaparición forzada y deberes contra la humanidad, y 75 reelectos con experiencia en la aprobación de leyes, reformas y préstamos internacionales.

La bancada más grande, según la Dirección Legislativa es la Unidad Nacional de la Esperanza (UNE), seguida del bloque independiente Legislativo Reformador, TODOS, Pro-Progresista, Alianza Ciudadana, Encuentro por Guatemala (EG), CREO-Unionista y el Frente de Convergencia Nacional (FCN).

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