POR REDACCIÓN LA HORA
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El expresidente Otto Pérez Molina concedió una entrevista al diario español El País, en la que responsabiliza por la persecución penal en su contra a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y Estados Unidos, que a su juicio, intenta expandir su presencia en Latinoamérica, aunque no deja claro su papel en una disputa por la hegemonía en el continente americano.
«El Ministerio Público se convirtió en una herramienta de la CICIG, y esta, a su vez, en una de Estados Unidos», declaró el exmandatario al periodista Jan Martínez Ahrens, al intentar explicar cómo, en cuestión de meses, pasó de ser el Presidente de Guatemala a un recluso dentro de una prisión militar. «Estoy aquí por la ambición, el egocentrismo y las ganas de sobresalir del comisionado (de la CICIG) Iván Velásquez», puntualizó.
La teoría de Pérez Molina es que «el interés de Estados Unidos es extender su presencia en el área frente a Nicaragua y Venezuela, pero también frente al avance de los chinos y los rusos».
Sin embargo, no deja claro cuál es su supuesto papel en la disputa por la hegemonía continental, y la relación entre la política exterior con la acusación en su contra por su presunta responsabilidad en el caso de lavado y evasión conocido como La Línea.
El exmandatario no tiene problema en acusar a Estados Unidos por su supuesta responsabilidad en la organización de las manifestaciones ciudadanas que exigían el cese de la corrupción. «Detrás de eso estuvo Estados Unidos, mandando mensajes que exaltaban los ánimos», indicó.
SIN CREDIBILIDAD
Respecto a las declaraciones de Otto Pérez Molina a El País, el politólogo Luis Chávez, opinó que las mismas carecen de fundamento, ya que el exmandatario ya no goza de credibilidad ante la ciudadanía guatemalteca.
Luis Mack, analista de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), en cambio, expresó que Pérez Molina debería dilucidar su situación jurídica en los tribunales, y no con la prensa.