POR REDACCIÓN LA HORA
lahora@lahora.com.gt
“Bajo el disfraz de ladina”, artículo de opinión de Sandra Xinico Batz publicado en el último ‘Suplemento Cultural de La Hora’, puso sobre la mesa dos temas cotidianos sobre los que no se debate lo suficiente: la identidad étnica y la discriminación. A continuación algunas de las reacciones que el artículo generó en redes sociales.
Opine en Facebook, Twitter y en nuestro portal web
“Emigré a la ciudad de Guatemala cuando tenía 15 años, ya que en mi comunidad no había muchas opciones para formarme como maestra, lo cual era necesario para poder cumplir mi meta: trabajar en educación y estudiar en la universidad. Uno de los primeros cambios radicales que experimenté fue dejar de vestir mi traje maya en la cotidianidad, justificándolo con “comodidad” al tomar el bus, con que era más barato y sencillo comprar un pantalón y una blusa y, además, lavar y tender cortes y güipiles en un pequeño apartamento de un cuarto nivel parecía una inversión de tiempo y esfuerzo que no estaba dispuesta a mantener. Así transcurrieron un par de años, sintiéndome cómoda pasando desapercibida entre las personas de la ciudad, evitándome insultos y miradas incómodas (lo cual ya había experimentado en esas pocas veces que venía a la ciudad con mi traje maya)”. La historia de Xinico tuvo eco en los internautas, quienes respondieron de la siguiente manera a su mensaje.
Vea el artículo “Bajo el disfraz de ladina”
Ana K. Acabal: Me sentí identificada con el artículo (creía que solo yo me sentía así) el sentimiento que surge cuando con tanta facilidad se nos discrimina y a veces resulta menos doloroso y más fácil (cobardemente) pasar desapercibida. Gracias por inspirarme a luchar por mi identidad.
Luis Alberto Foronda: La lucha contra la discriminación tiene que combatirse en todos los niveles, empezando desde las autoridades. Si es posible crear leyes que castiguen el racismo y toda clase de discriminación. Nadie es más que otro, ante los ojos de Dios todos somos iguales y como tal se debe conducir toda la sociedad.
Cecy Martínez F: Todos somos guatemaltecos, ya no más división. Respeto y hermandad es lo que nos hace falta, porque dividiéndonos es como siempre nos han vencido y seguirán venciéndonos. Humildad es lo que a todos nos hace falta para reconocer lo bueno del prójimo y perdonar su falta.
Luis Lozano: Guatemala es un país bello y todos merecemos respeto, y nadie vale más que otro. El racismo es propio de gente inhumana, estúpida y acomplejada.
Francisco José: Me alegra su actitud hasta cierto punto. Cierto es que nadie debe de ser discriminado por ninguna razón, pero fabricar pertenencia discriminativa es un delito moral. Vivo a la par de cackchiqueles y son un lunar más en la comunidad, y veo que soy feliz, aunque me costó ser aceptado, cosa que usted pretende decir de sus mestizos, y si consideramos sus quejas podría decir que es un caso de conmiseración.
No pretendo hacer daño, solo aclarar. Usted dice ser antropóloga y si así es podría leer que existió un historiador con Colón, el cual certificó que al venir encontraron seres que se cubrían con taparrabos y las mujeres con sus pechos al aire. Esto confirma que los trajes nacieron como una identidad étnica de los dueños de condados para que no pudieran escapar y así identificarlos.
Cierto es que los españoles esclavizaron y la Iglesia introdujo la paz esclavizada, pero esto fue mejor que la extinción que hicieron en USA. Ahora veamos, sobre el patrimonio maya, este se extinguió, y de ello se crearon algunas etnias actuales, pero esto no quiere decir que son dueños de esa verdad.
Si consideramos a estas fechas el que se crea maya puro ya no existe, al menos tiene un 10% de otras razas. El que se crea español puro está más jodido, ya que al menos tiene otro 10% de cualquier etnia y, además, morenos, arios u otra raza.
Debido a esto el mestizaje es mundial, ya no existen razas puras y nadie se puede abrogar potestad sobre cualquier patrimonio, solo los países donde campearon. Si quiere una pertenencia yo la invito a una guatemalidad de respeto mutuo y voluntad para querer cambiar lo malo de todos nosotros y así cambiar a un gobierno para todos los guatemaltecos. ¡Viva Gandhi!
Yessika Ponce: Da tristeza todo esto, deberíamos respetarnos unos a otros. Es muy evidente que de parte de indígenas y ladinos hay discriminación, pero podemos empezar por nosotros mismos a respetar a cada persona.
Arnoldo Chox: La verdad es: “Cuando una persona discrimina o se siente discriminada es por un desequilibrio en su autoestima. Al final todos somos iguales y podemos hacer algo mejor cada día de nosotros y nuestro mundo”.
Zonia Paz: Las personas valemos por lo que somos, no por nuestra vestimenta, ni por nuestra apariencia, sino por nuestra capacidad, nuestros valores y sentimientos.
Piedad Vargas: Estudié derecho en la Usac. Era la única mujer que vestía mi traje maya en esa época, nunca me lo he quitado. Siempre pensé que quien quería aceptarme tendría que aceptarme tal como soy. ADELANTE, no permitamos que nos hagan de menos, porque la verdad la mayor parte de discriminación está dentro de nosotros mismos.
Augusto César: Racismo ya no hay, lo que hay es un negocio de esos grupos.
Pablo Moreira: Nuestro país es un país dividido por gran variedad de cosas: por clases, por etnias, por color, por apariencia, por género. La discriminación se vive en todo momento, porque aquí como te ven, te tratan, si vas al banco, al comercial, a cualquier lado, pero creo que la discriminación que recibe el indígena y la mujer es mayor.
Stuardo P. Hernández: Son las mujeres las promotoras de la cultura de los pueblos del mundo. Todos somos diferentes, pero iguales en derechos y nadie debe de ser discriminado por su estilo de vida.
Steeve L. Fuentes: Los indígenas en sus pueblos son peores que los ladinos. Sólo salgan al interior y se darán cuenta. En aldeas de Quiché me han tratado mal, insultan y se burlan en su dialecto. En Cobán en un accidente que tuve por poco me linchan, a pesar que yo asumí la culpa, y lo peor es que el licenciado de ellos sólo dialecto hablaba, lo cual creo que fue en mi contra.
Gdraco: La verdad que sí es la información generalizada la de que el traje que usan actualmente es el que les pusieron los españoles para distinguir a quien le «pertenecía» cada individuo. Tuve maestros que incluso eran de raza indígena y manejaban esa versión. Bajo esa información, siempre pensé que era tonto que los usaran, pues era como tener una marca de esclavitud, como si un judío le bordaran la estrella amarilla a todas sus ropas o un afroamericano anduviera con una soga en el cuello.
Creo que en ese caso es necesario que luchen por difundir la educación correcta, no solo acá en la capital, sino en sus propios pueblos. Porque cada vez somos más los que tomamos como cierta la otra versión.
Lu Cía M: Me encanta saber que la historia no es como nos la enseñaron. Siempre he amado sus textiles, y siempre he sabido que en ellos van entretejidas historias.
Leyendo su artículo pensé que en realidad lo que nos separa es la ignorancia. La verdad es que desconocemos tanto de la cosmovisión de los pueblos, y lo poco que aprendemos nos llega tamizado para empate con la «realidad» que hemos «conocido».
En parte es responsabilidad de los pueblos mayas, que han guardado celosamente su historia y su conocimiento (supongo que para resguardar el conocimiento de la destrucción por la colonización) y en parte es responsabilidad de los ladinos que nos conformamos con lo que nos enseñan.
Ya va siendo hora que eso cambie. Ya va siendo hora que nos interesemos en conocer nuestras culturas, no para imitarlas, sino para amarlas, respetarlas y sentirnos orgullosos de nuestra pluralidad. Pero sobre todo para tener un país incluyente, no por ley, sino de corazón. No será cosa de un día pero ya sabemos que #EstoApenasEmpieza
Sergio Lobos Balcárcel: Muy buen artículo Sandra Xinico, no tuve la dicha de crecer bajo la cultura maya, pero cada vez me identifico más con ella y me siento heredero de esa historia de racismo, discriminación, expropiación, exclusión y represión de la que han sido parte. Creo sinceramente que Iximulew debe ser un país plurinacional porque eso es en realidad. Trato de practicar la interculturalidad y vivo un proceso de desaprendizaje del racismo. Estudio K’iche’ y espero algún día poder hablarlo bien. Claro que hay personas que no estamos de acuerdo con las identidades impuestas y estamos a la búsqueda de la construcción de algo nuevo, de un país en donde todos tengamos cabida.
Gloria Evelyn Curuchich Simón: ¡Hola Sandra! mi historia no está lejos de la de usted, y hubo muchas veces que de niña lloré la discriminación y no quise saber nada de mi identidad… Sé que muchas personas no entenderán lo que sentimos al ser discriminadas y vendrán palabras que inquietaran nuestra alma, pero nuestras raíces esas siguen fuertes y aunque a veces no les llegue agua clara, nuestra voluntad es grande y no nos harán caer tan fácilmente. Me alegra mucho leer de mujeres, en especial mayas, porque rompemos estereotipos y dejamos huella. No importan las críticas malas, lo importante es seguir avanzando. ¡Un abrazo! Ta chajij a wi’
“Una de esas tardes al estar disfrazada entre el pantalón, la blusa o el vestido, de camino a la universidad, una mujer se sentó a mi lado e inició a conversar conmigo, la conversación inició con una pregunta hacia mí, acerca de si estudiaba o no y muy amablemente contesté que sí, que era universitaria, e inmediatamente la mujer me dijo: ¡qué bueno señorita que usted esté estudiando porque ahora hasta los inditos nos están ganando, ¿o no los ha visto que hasta a la universidad llegan a estudiar? Por eso nosotros no nos debemos quedar atrás, no debemos dejar que nos superen, imagínese si gente como ellos son licenciados ¿Cómo nosotros no?”.
“Ahora, que soy yo de nuevo, sin disfraces ni camuflajes, el racismo me sigue golpeando descaradamente, como si mis ropas fuesen un anuncio que les permite discriminarme, pero soy también más fuerte porque porto en mi más de cinco mil años de historia y porque llevo una lucha que no es solitaria y que esperamos crezca a tal punto que defender el patrimonio de los pueblos no sea una cuestión única de los pueblos indígenas sino que también sea una lucha suya, una lucha de todos.”
