POR SAIRA RAMOS
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Las multitudinarias manifestaciones que derivaron en la estocada del gobierno de Otto Pérez Molina y Roxana Baldetti no son suficientes para cambiar el sistema político guatemalteco. Aun cuando se ha insistido en que los cambios deben pasar por el Congreso, la población todavía tiene tareas pendientes.
Puede que “cambiar el sistema” sea una idea que resulte abstracta para algunos, pero implica acciones concretas. Por ejemplo: no ser cómplice de la corrupción; educarse políticamente, fiscalizar el gasto, cuestionar a las autoridades, entre otras. Es decir, ser parte del sistema, pero no ejercer la corrupción y mucho menos tolerarla; denunciar, presionar y exigir que se respeten las leyes, pero sobre todo respetarlas.
Diversas opiniones surgen sobre cómo hacer para que los ciudadanos participen en un cambio profundo, después que se evidenciaron casos de corrupción operados por altos mandos del Gobierno, desarticulados por la Comisión Internacional Contra la Impunidad en Guatemala (CICIG) y el Ministerio Público (MP), desde abril del 2015.
NO MÁS CORRUPCIÓN
¡No más corrupción! Es una frase que se dejó oír en las marchas que rechazaron los actos en los que se vieron involucrados los altos funcionarios del Partido Patriota (PP), y es algo que se seguirá sosteniendo afirma, Amalia Pérez, de la Alianza de Mujeres Rurales, que forma parte de la Asamblea Social y Popular (ASP).
Según Pérez, las mujeres con representación en Santo Domingo, Suchitepéquez; Fray Bartolomé de las Casas, Ixcán; Barillas y Nentón, Huehuetenango, lucharán para que en sus comunidades no se den más casos de corrupción como se han reportado en los últimos años, los cuales han sido denunciados en los distintos espacios.
“La Alianza de Mujeres ha sido excluida a pesar de denunciar la corrupción, sin embargo, eso no nos ha parado y puedo decir que el trabajo de las mujeres sigue en la lucha. Creemos que la resistencia de 523 años de los pueblos indígenas tiene más fuerza para seguir adelante después que se evidenció toda la impunidad”, afirmó.
La activista que junto a otras mujeres han demandado la aprobación de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos (LEPP), ve la necesidad de que la ciudadanía se involucre en espacios de participación, como lo hacen ellas, no importando si lo hacen desde sus comunidades o en organizaciones sociales.
“Si nos agrupamos como pueblo se puede pedir cuentas, en nuestro caso, a los alcaldes que son los que deben ejecutar obras. El Estado debe escucharnos y no debemos parar porque aún falta que renuncien varios diputados en el Congreso. Hay que encaminarse a una Asamblea Nacional Constituyente donde participen todos los sectores”, dijo Pérez.
El ejemplo de la Alianza de Mujeres Rurales se repite en la Universidad de San Carlos de Guatemala, donde Anaité Machuca y Mario Barrientos, son un ejemplo de cambio, ya que ambos por iniciativa propia, decidieron participar en las elecciones estudiantiles ante el Consejo Directivo de la Escuela de Ciencias de la Comunicación (ECC) de la referida casa de estudios. Ambos son estudiantes del octavo semestre de la Licenciatura en Comunicación.
Para el analista Philip Chicola, la participación de los dos alumnos y la Alianza de Mujeres Rurales evidencia que la mayor parte de los guatemaltecos está dispuesta a cambiar el modelo que algunos sectores han querido imponer para favorecer sus intereses personales y gremiales, es por ello, que la labor de los sancarlistas y del grupo de mujeres es el inicio de un cambio.
UNIFICACIÓN SOCIAL
Expertos consideran que tiene lógica la unificación social para iniciar un cambio en el sistema, ya que la convergencia de los grupos sociales es una opción para resolver los problemas del Estado y hacer cambios estructurales al sistema político electoral, ante el hartazgo de la maquinaria gubernamental compuesta por actores cuyo único interés es el personal, pese al detrimento de la condición social y humana de la mayoría de la sociedad.
“Estamos viviendo un momento que no sucedía en épocas pasadas, en donde se hace uso de las plataformas ciudadanas conscientes de que se debe respetar el debido proceso. Eso es democracia y no solo ir a ejercer el voto el día de los comicios. La coyuntura nos demanda la unificación social pacífica”, opinó el analista Luis Chávez.
El estudioso agregó que, otra clave para alcanzar cambios importantes es que los ciudadanos, en especial los que forman parte de la administración pública, denuncien todos los actos de corrupción que suceden en las instituciones, a fin de conocer si el erario público se está invirtiendo como se debe, o bien, en los más necesitados.
“La tipificación de delitos, además de la creación de fiscalías en el MP, como la de delitos electorales, hará que los guatemaltecos no tengan temor a denunciar y esto es bueno porque genera más transparencia por parte de las autoridades. Los ciudadanos debemos denunciar algo que está en contra de la Ley”, señaló.
FORMACIÓN POLÍTICA
La magistrada Ana Elly López del Tribunal Supremo Electoral (TSE) considera que para que un ciudadano pueda contribuir a lograr cambios en el país debe formarse políticamente y ocuparse del quehacer nacional, es decir, que se preocupen de cómo son utilizados sus impuestos.
Según la togada, si la ciudadanía se informa, entera y pregunta sobre los temas como sociedad, se convierte en una persona más consciente y ello repercute en una decisión más acertada al momento de ir a las urnas a elegir a sus autoridades. “Hay que entender que un pueblo informado comienza por comprender que son (ellos) los patrones de los empleados públicos, porque estos devengan un sueldo a base de los impuestos pagados por los ciudadanos”.
Por esa razón, “la población está en su derecho de exigir cuentas a los funcionarios y cerciorarse que estas sean reales, principalmente en las comunidades. La ciudadanía debe denunciar, debe aprender sin temor a ser perseguido. Las denuncias pueden hacerse de forma anónima. Está claro que la sociedad despertó, pero no basta, se debe seguir auditando y fiscalizando”, añadió López.
A decir de la magistrada “Guatemala es un ejemplo internacional porque se hizo un cambio sin derramamiento de sangre y por eso deben seguir. Las manifestaciones se caracterizaron por ser espontáneas, con mucha participación de jóvenes (de 19 a 40 años) y sin señalamientos e insultos”, dijo.
EMPODERAMIENTO DE MASAS
El analista Philip Chicola considera que el empoderamiento de las masas es el más importante, ya que a través de estos es donde los ciudadanos pueden compartir diferentes apreciaciones.
“El ciudadano debe participar en todos los espacios, sin importar que estos sean gremiales, profesionales, foros o conversatorios, ya que es en estos donde se hace un intercambio de ideas que permiten servir de base técnica para algunas propuestas y contenidos que eventualmente son recogidos por el Congreso”, afirmó el experto.
“En las plataformas y organizaciones vemos como el ciudadano puede contribuir con sus ideas, visión y propuestas en busca de que el sistema político vaya respondiendo. Lo que se debe buscar con este empoderamiento es que la presión se traslade al Congreso y que este atienda el clamor de sus electores”, agregó el analista.
Para Chicola, “muchas personas pensaron que con el sufragio podían castigar a los políticos y esto es un pilar en la democracia porque si el ciudadano pierde la confianza en el voto, se desquebraja el sistema. Las elecciones reflejaron que el ciudadano recobró la confianza y volvió a entender que el voto es la base de rechazo”.
Aunque este es el escenario ideal, hace falta mucho camino por recorrer para poder aseverar que Guatemala posee una sociedad más consciente y vigilante del actuar de sus autoridades. Incluso hay quienes piensan que el deseo de salir a las calles para manifestar en contra de un sistema de corrupción ha mermado y que será difícil volver a llenar la plaza central para exigir al Congreso que apruebe la anhelada reforma política.
La ciudadanía tiene una prueba próxima: demandar a los diputados que se aprueben modificaciones de fondo en la Ley Electoral y de Partidos Políticos, en la Ley de Compras del Estado, en la Ley de Comisiones de Postulación, en la Ley de Servicio Civil, la forma de elegir y fiscalizar jueces y magistrados, la reforma a la Contraloría General de Cuentas, y en otras varias normativas que repercuten directamente en el ejercicio del poder, la ejecución del gasto público, la recaudación de impuestos y en la elección de quienes ocupan puestos claves en los tres organismos del Estado.
Si el ahínco de los guatemaltecos se mantiene en la próxima batalla, el país habrá dado un salto trascendental y un ejemplo para toda la región.
“La Alianza de Mujeres ha sido excluida a pesar de denunciar la corrupción, sin embargo, eso no nos ha parado y puedo decir que el trabajo de las mujeres sigue en la lucha. Creemos que la resistencia de 523 años de los pueblos indígenas tiene más fuerza para seguir adelante después que se evidenció toda la impunidad”, afirmó.
Amalia Pérez
Alianza de Mujeres Rurales“Estamos viviendo un momento que no sucedía en épocas pasadas, en donde se hace uso de las plataformas ciudadanas conscientes de que se debe respetar el debido proceso. Eso es democracia y no solo ir a ejercer el voto el día de los comicios. La coyuntura nos demanda la unificación social pacífica”
Luis Chávez.
Analista“La población está en su derecho de exigir cuentas a los funcionarios y cerciorarse que estas sean reales, principalmente en las comunidades. La ciudadanía debe denunciar, debe aprender sin temor a ser perseguida. Las denuncias pueden hacerse de forma anónima. Está claro que la sociedad despertó, pero no basta, se debe seguir auditando y fiscalizando”
Ana Elly López
Tribunal Supremo Electoral“El ciudadano debe participar en todos los espacios, sin importar que estos sean gremiales, profesionales, foros o conversatorios, ya que es en estos donde se hace un intercambio de ideas que permiten servir de base técnica para algunas propuestas y contenidos que eventualmente son recogidos por el Congreso”.
Philip Chicola
Analista
