POR SAIRA RAMOS
sramos@lahora.com.gt
La arquitecta Amanda Morán y el ingeniero Jorge Mario González, creen que entre los factores que orillan a los guatemaltecos a vivir en zonas de alto riesgo, están las condiciones de pobreza y pobreza extrema, además de la falta de transporte público y de un anillo metropolitano.
Según Morán, existen casos en donde la población del área rural por la necesidad de un trabajo se traslada a la ciudad, en donde el costo de la vivienda habitacional es alto y optan por residir en asentamientos, los cuales tienen riesgos latentes, como lo había en el Cambray II.
“Muchos optan por vivir así porque están cerca de sus trabajos ya que no existe un buen sistema de transporte público; ni tampoco un anillo metropolitano que permita que las personas se trasladen sin problemas de tráfico. Ellos prefieren vivir bien ubicados, pese a los riesgos”, dice la experta.
En la misma línea opina González, que desde la dirección del Colegio de Ingenieros, lamenta la inexistencia de una política integral e institucional que permita mejorar los factores señalados por Morán que llevan a los miles de guatemaltecos a residir en asentamientos, muchos de ellos, de alto riesgo.
Con las lluvias lugares declarados de riesgo por la Coordinadora de Reducción de Desastres (Conred), corren la misma suerte que el asentamiento el Cambray II, donde las autoridades reportan la desaparición de 300 personas que residían en esa localidad.
Se estima que hay unos 8 mil 200 puntos de riesgo y vulnerabilidad a desastres en todo el país.
8,200
Áreas de riesgo han sido identificadas por las autoridades
“Muchos optan por vivir así porque están cerca de sus trabajos ya que no existe un buen sistema de transporte público; tampoco un anillo metropolitano que permita que las personas se trasladen sin problemas de tráfico. Ellos prefieren vivir bien ubicados, pese a los riesgos”.
Amanda Morán
Arquitecta