Por SONIA PÉREZ D. Y KATHERINE CORCORÁN
SANTA CATARINA PINULA / Agencia AP

Los cuerpos de rescate y seguridad reanudaron hoy por cuarto día las labores de rescate en esta población guatemalteca parcialmente sepultada por un alud, con pocas esperanzas de hallar sobrevivientes y entre cuestionamientos a las autoridades sobre por qué permitieron que se edificaran casas en la zona.

La Coordinadora Nacional para la Reducción de Desastres (Conred) aseguró que había advertido a la municipalidad de Santa Catarina Pinula sobre los riesgos que representaba el cerro e incluso había recomendado que se hiciera un plan para reubicar a los pobladores.

Por lo pronto, el organismo declaró inhabitable la zona del desastre en la colonia Cambray II, donde el deslave ha dejado oficialmente hasta ahora 131 personas fallecidas y al menos 300 desaparecidos.

Sergio Cabañas, coordinador de las labores de emergencia y rescate, dijo antes a The Associated Press que «técnicamente pues no hay sobrevivientes».

La razón fundamental por la que los socorristas tienen pocas esperanzas es porque las casas a las que tuvieron acceso, y de donde han extraído cadáveres, estaban inundadas a causa del río que colindaba con la colonia y que se salió de su cauce.

«Hemos encontrado agua en las casas por el desborde del río», dijo Cabañas. «Esperemos que las viviendas que están atrás (que fueron corridas por el deslave), no tengan el mismo problema, aunque no hemos llegado a ninguna loza (o techo) de las casas que están atrás».

Cabañas explicó que para que alguien sobreviva en estas condiciones debe tener agua para beber, un espacio con acceso hacia afuera para respirar, una buena condición física y que la persona no esté muy lastimada.

«En el caso de niños y jóvenes las posibilidades son mejores», agregó.

El jueves en la noche el deslave dejó sepultadas bajo tierra a más de 125 casas de la colonia El Cambray II, a 15 kilómetros al este del centro histórico de la capital guatemalteca.

La estrategia de búsqueda ha variado. En un primer momento se hizo a mano con picos, palas y maquinaria, pero conforme pasaban las horas se fue reduciendo la cantidad de rescatistas en el lugar.

El viernes miles de personas, entre rescatistas y familiares, ayudaban a buscar sobrevivientes. El sábado 1 mil 600 rescatistas participaron en las labores, el domingo la cifra se redujo a 1 mil 031 y hoy se autorizó solamente a 125. Unas 70 máquinas retroexcavadoras trabajan en el lugar.

Cabañas dijo que la diferencia de esta situación con un terremoto es que en un sismo las estructuras caen y pueden dejar espacios, pero el agua y la tierra complican las posibilidades de supervivencia.

«El problema es que desde hace día y medio no hemos recuperado a nadie con vida y esto frustra», reconoció Cabañas. «No quiero sacar muertos, la prioridad es la vida».

El fiscal Edwin García, a cargo de procesar la escena del desastre y determinar las causas de la muerte, dijo que ha solicitado a los rescatistas tener mayor cuidado al momento de utilizar maquinarias, pues los cuerpos están desmembrados.

«Al inicio del trabajo no hubo ningún problema porque los cadáveres que se fueron encontrando se podían visualizar, el problema de ahora es que ya hay más cuerpos desmembrados», dijo el fiscal.

Al menos tres millones de metros cúbicos de tierra es lo que la Conred ha calculado que se desprendieron del cerro que sepultó parte de la colonia El Cambray II.

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