Por Daniel García Marco
Nueva York, Agencia dpa

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, siguió los pasos de sus admirados Fidel Castro y Hugo Chávez y aprovechó el viaje a Nueva York para visitar el barrio negro de Harlem, un reducto tradicional para los llamados líderes revolucionarios y antiimperialistas.

_Inter19_1bAntes de comparecer ante la Asamblea General de Naciones Unidas, Maduro participó la noche del lunes pasado en un encuentro de líderes afrodescendientes en el histórico National Black Theater.

«Es un placer estar aquí y ya tuve la oportunidad de hacerlo antes con mi hermano, mi camarada y gran líder, alguien a quien recordamos tan bien, el presidente Hugo Chávez», dijo el actor Danny Glover, recordado por su papel de detective en la saga «Lethal Weapon» y simpatizante del chavismo y del castrismo. En julio fue uno de los invitados a la reapertura de la embajada cubana en Washington.

Castro marcó el camino hacia Harlem, considerado por algunos como «la capital simbólica de la América negra». En su primera presencia ante la Asamblea General de la ONU, el líder decidió hospedarse en el emblemático y modesto Hotel Theresa de Harlem debido al clima hostil que encontró en Manhattan. Era septiembre de 1960 y el idilio prematuro de Estados Unidos con Castro había ya terminado.

El líder de la Revolución cubana se encontró en aquel hotel con Malcolm X, histórico activista de la lucha por los derechos civiles de la población negra.

«Mientras el Tío Sam (Estados Unidos) esté contra ti, sabes que eres un hombre bueno», le dijo Malcom X a Castro, según recuerdan los medios cubanos.

A Castro lo siguió Chávez, que en 2006, después de calificar al presidente norteamericano George W. Bush como «el diablo» en la ONU, se dio un baño de afecto en una iglesia de Harlem y prometió aumentar el petróleo de calefacción para estadounidenses necesitados. Aquel día, entre los presentes estaba también Glover.

El actor protagonizó junto a sindicalistas, líderes religiosos, activistas por los derechos de los afroamericanos, al senador Bill Perkins y a Maduro un evento definido en un gran cartel como «Cumbre de Líderes Afrodescendientes», en el que se veía la imagen del presidente de Venezuela con el puño en alto.

«Welcome to the Heart of Harlem president Nicolas Maduro» (Bienvenido al corazón de Harlem), se leía en otra pancarta del evento, que reunió a unas 200 personas y que fue de acceso muy reducido a los medios.

«El legado de Hugo Chávez vive en el espíritu del presidente Maduro», dijo Glover sobre el fallecido líder venezolano, cuya presencia fue constante en el acto a través de palabras, camisetas y carteles en los que se marcaba la fecha de su nacimiento pero no la de su muerte. Al año 2013 lo sustituyó un «forever» (para siempre). Maduro se refirió a él como «comandante eterno» y «comandante infinito».

«Chávez vive, vive, vive. La lucha sigue, sigue y sigue», fue una de las consignas cantadas por el auditorio hispanohablante. El resto aguantó estoico casi una hora de discurso de Maduro en español.

«Por aquí pasó Malcolm X. Está aquí con nosotros. Fidel Castro está más vivo que nunca», dijo al comenzar su alocución, en la que criticó el «viejo andamiaje del racismo». Lo vinculó con el esclavismo y de ahí enlazó con el colonialismo, el imperialismo y lo que denominó «holocausto» indígena.

Ya más pegado a la actualidad, Maduro condenó sin citarlo a Estados Unidos por las «guerras imperialistas» en Afganistán, Irak, Libia y Siria, lo que provocó los aplausos del auditorio.

En cuanto a su país criticó los «cinco meses de arremetida violenta con financiamiento ‘made in USA'» de 2014, en referencia a las protestas por las que el líder opositor Leopoldo López fue recientemente condenado a 13 años de prisión.

Maduro dijo que muchos de los partidos opositores «juegan a los dos bandos: a la legalidad y a la insurrección violenta y el terrorismo». «Y cuando se meten en el terrorismo, quieren que se les dé un reconocimiento y se les premie», dijo en referencia a López.

Ante una audiencia conformada sobre todo por afines y en la que se vio una bandera del revolucionario Che Guevara, destacó que en 15 años el chavismo ha celebrado 19 elecciones. Según dijo, el ex presidente norteamericano Jimmy Carter, en una reunión el lunes, calificó el sistema electoral de Venezuela como «el más completo, perfecto y transparente» que haya visto en más de cien procesos.

Maduro ofreció a Juan Manuel Santos, presidente de Colombia, una «relación de dialogo permanente» para «resolver los graves problemas que tenemos en la frontera» y tras alabar la luna «roja, rojita, chavista» del día anterior, cerró su discurso y comenzó a cantar: «United the people… El pueblo unido jamás será vencido».


HISTORIA

Harlem es un barrio ubicado al norte de Manhattan en la ciudad de Nueva York. Desde 1920 ha sido uno de los mayores centros de residencia de muchos afroamericanos y actualmente se estima que conforman el 72% de la población. A pesar de que el nombre se usa a veces para referirse a todo el sector norte de la isla de Manhattan, tradicionalmente Harlem está limitado por la calle 110 al sur, el río Hudson al oeste y la calle 155 en el límite con el Bronx (algunos señalan la calle 160 como límite) junto con el río Harlem al norte y el East River al este.
El primer asentamiento humano en lo que hoy se conoce como Harlem se remonta a los holandeses y fue bautizado en 1658 con el nombre de Nieuw Haarlem (‘Nueva Haarlem’), en honor de la ciudad holandesa de Haarlem. En 1664, los británicos se apoderaron de la colonia holandesa y bautizaron el pueblo como Harlem.

En el siglo XIX, en Harlem había muchas granjas, como la de propiedad de James Roosevelt al este de la Quinta Avenida entre las calles 110 y 125. Actualmente es el centro de la zona hispana de Harlem, el llamado Spanish Harlem o Harlem Hispano o El Barrio.

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