POR MARIELA CASTAÑÓN
mcastanon@lahora.com.gt

De acuerdo con investigadores, la estructura criminal conocida como El Patrón inició sus acciones delictivas en 2012, asaltando a transeúntes en la zona 7 capitalina pero con el tiempo evolucionó al asesinato a sueldo por los que cobró hasta Q60 mil. A esta banda las autoridades le atribuyen tres crímenes en un periodo de un año: la de los abogados Francisco Palomo y José Meléndez, así como la del empresario de seguridad Faisal Aranki. La semana pasada todos los implicados fueron ligados a proceso y enviados a prisión preventiva.

Las acciones delictivas del grupo criminal iniciaron desde abajo pues asaltaban a transeúntes en la zona 7. Hace tres años las aspiraciones de los delincuentes eran mínimas, pues con sus actividades solo pretendían robar dinero y celulares, según las investigaciones de la Policía Nacional Civil (PNC).

Pero el tiempo pasó y la estructura consiguió vehículos y armas, de tal manera que sus actividades criminales evolucionaron al robo de cuentahabientes en las zonas 9 y 5 de la ciudad de Guatemala.

Tres de los seis integrantes de la banda habían estado en la cárcel antes de que sus prácticas acabaran con la vida de guatemaltecos; el tiempo de reclusión en las prisiones fue de entre un día y un año, de acuerdo con los registros del Sistema Penitenciario (SP).

Sin embargo, la gavilla finalmente mutó al sicariato, de acuerdo con la información de la Subdirección General de Investigación Criminal (SGIC) y del Departamento de Delitos contra la Vida de la PNC, que indica que entre el 6 de junio de 2014 al 3 de junio de 2015, los señalados asesinaron a tres personas: dos abogados y un empresario de seguridad.

LA BANDA Y LA CÁRCEL

La banda fue develada recientemente por las autoridades, a través de la utilización de los métodos especiales de investigación y de las técnicas investigativas. Un conjunto de acciones que consistían en recopilación de testimonios, vigilancias y seguimientos, análisis de imágenes, de balística y de intercepción de llamadas, logró identificar a los autores materiales de tres delitos contra la vida.

El primer asesinato “comprobado” lo habría cometido el 6 de junio de 2014 en contra del abogado José Antonio Meléndez Sandoval. El segundo, el 3 de junio de 2015 en contra del reconocido abogado Francisco Palomo. El tercer crimen ocurrió el 7 de agosto de 2015 en contra de Faisal Antonio Aranki Rabanales.

De acuerdo con el director de la PNC, Nery Ramos, seis personas integraban la banda El Patrón, que estaba dividida por jefes, sicarios y colaboradores.

En el primer nivel de jerarquía estaban los jefes: Edgar René De León Calderón y Gerber Manolo López Chupina. Ellos dirigían a los sicarios y eran quienes cobraban por los asesinatos que cometía el resto de sindicados.

La fiscal Aura Colindres, de la Fiscalía de Delitos contra la Vida del Ministerio Público (MP) explicó recientemente que esta banda cobró hasta Q60 mil por cada asesinato.

En tanto, la PNC detalló que De León Calderón tenía antecedentes delictivos por portación ilegal de arma de fuego, tenencia de drogas y de pertrechos de guerra, por robo agravado e intento de robo.

Sin embargo, solo en dos ocasiones ingresó a prisión según los datos de presidios: el 13 de diciembre de 2001 por robo agravado y el 23 de junio de 2009 por portación ilegal de arma de fuego.

Mientras que López Chupina estuvo detenido del 18 de diciembre de 2012 al 3 de enero de 2013, por los delitos de conspiración, asociación ilícita y robo agravado, de acuerdo con los registros del SP.

El segundo eslabón estaba integrado por los sicarios: José Luis González Jiménez, Erick Augusto Tacén Godoy e Isaac Emanuel Álvarez Monzón, cada uno con funciones específicas, según explicó el Director de la PNC.

“Los sicarios son los autores materiales que ejecutaban cada uno de los asesinatos. Hablamos de Luis que es el conductor; alias Panadero –Isaac Álvarez– es uno de los que ejecutaba o disparaba; el tercero de esa línea –Tacén Godoy– es el que vigilaba a sus víctimas”, expuso el funcionario.

Mientras que el SP documentó un ingreso a la cárcel de uno de los sicarios, Tacén Godoy, quien estuvo un día privado de libertad por encubrimiento propio. Ingresó el 16 de octubre de 2014 y salió al siguiente día.

En el tercer y último eslabón estaba el agente de la PNC, Miguel Silvano Gómez Toma, quien fue calificado como colaborador.

Según el director de la PNC, el agente fue capturado por proporcionar información a uno de los integrantes de la banda, que estaba interesado en saber sí tenía orden de captura.

De acuerdo con Ramos, cualquier persona que tenga duda sobre si existe una investigación en su contra tiene derecho a realizar las consultas con el MP o la PNC, pero sí estas entidades confirman una orden de detención debe ser puesto a disposición del juzgado correspondiente. En el caso de la PNC habría alertado a uno de los implicados en la estructura de sicarios.

“Alguien estaba interesado en saber sí tenía orden de captura, pudo solicitar los antecedentes policíacos; tiene el derecho y la ley le permite dirigir un requerimiento a la Fiscal del MP o al Director de la PNC para que le informemos si tiene un caso en investigación, aquí no se cumplió con que la persona acudiera a los canales correspondientes, sino lo hizo hacia él –el PNC–”, destacó.

Según Ramos, el agente policial habría incurrido en abuso de autoridad, considerando su acción y el puesto que ocupaba; en tanto la PNC “no tolerará más corrupción”, advirtió.

“El interesado preguntó si tenía orden de captura, pero ese que preguntó era un sujeto a investigación por alto impacto –integrante de la banda El Patrón–. Hay un abuso de autoridad y como hay una comunicación, también hay asociación ilícita. El grado de participación –del PNC– es básicamente por darle información a un particular sin respetar los canales establecidos”, reiteró el entrevistado.

EVOLUCIÓN E IDENTIFICACIÓN

Según un análisis policial sobre los perfiles criminales de los sicarios, si éstos no hubieran sido detenidos, se corría el riesgo de que siguieran cometiendo delitos de alto impacto, como suele suceder en el proceso de quien comete ilegalidades y experimenta una “evolución criminal”.

Stu Velasco, subdirector general de Investigación Criminal de la PNC, explicó que una persona implicada en un delito inicial puede evolucionar a otro, pero sí es capturado, como sucedió con la banda El Patrón, será limitado en sus acciones delictivas y no podrá hacer más daño.

“La metamorfosis criminal es un proceso que tiene el hombre que comete delitos en su ruta de evolución, es decir son los cambios o las mutaciones que tiene para que de un delito primario en el que inicia a transgredir la Ley, cambie y evolucione a un delito más grave. Esto es acompañado de la capacidad que tiene de administrar el delito y cometer las acciones criminales de más impacto, puede ser una evolución criminal que lo lleve hacia arriba de una estructura criminal o puede ser una involución criminal que al ser evidenciada se neutralice y deje de cometer delitos”, indicó el entrevistado.

El subdirector dijo que a las pesquisas de los casos de Meléndez, Palomo y Aranki se suman a otros que han sido sustentados ante la justicia, lo cual es un indicador de las capacidades obtenidas en los últimos años.

“Como este caso se ha resuelto y que es de impacto social, también existen otros casos de homicidio o asesinato que han sido resueltos con la misma técnica criminalística, criminológica y con las mismas capacidades humanas y tecnológicas que tiene la PNC. En Guatemala la PNC tiene investigadores que utilizan metodología criminalística y criminológica para resolver un caso de alto impacto. Esa resolución es un indicador de las capacidades que la PNC ha adquirido en los últimos años”, reiteró.

Según el profesional, las pesquisas para sustentar un caso se realizan a través de diferentes acciones y cuando el mismo están listas se requiere la intervención del MP para que solicite las órdenes de captura.

“Es importante que la ciudadanía sepa que los investigadores de la PNC realizan la investigación criminal de campo, el análisis y la asociación de la información. Nosotros mismos nos planteamos la teoría del caso, las líneas de investigación que se realizarán en base a la lectura del escenario criminal, toda esta información es reflejada por los investigadores en un informe escrito que se entrega al fiscal –del MP– y cuando –él o ella– recibe ese informe que tiene lógica en el marco jurídico de Guatemala, realiza la fase procesal para solicitar las capturas”, explicó.

ENCARCELADOS

La estructura El Patrón, denominada de esa forma por sus propios líderes, fue ligada a proceso y enviada a prisión preventiva. Aunque se requirió que el cabecilla de la banda, Edgar René De León Calderón fuera ubicado en la base militar Mariscal Zavala, Presidios informó que hasta el 25 de septiembre el sindicado continuaba en el Preventivo de la zona 18 al igual que los otros cinco implicados.

Ana María de Klein, de la organización Madres Angustiadas, consideró oportuno que los sindicados estén en prisión para que no puedan cometer otros hechos delictivos.

“Los jueces deben considerar las veces en los que ellos han estado en prisión y el tipo de delitos por los que han sido capturados. Yo creo que en la cárcel dejarían de hacer daño directo, deben ser juzgados y sentenciados por jueces de alto riesgo, es gente que no es delincuente común, deben alejarlos de la población porque diferentes personas han sufrido delitos cometidos por ellos”, refirió.

La representante de Madres Angustiadas opinó que los jueces que llevarán el caso tienen las evidencias necesarias para sentenciar a los implicados, por lo que sí no lo hacen estarían promoviendo impunidad.

“Creo que la Policía y el Ministerio Público han mejorado las investigaciones que realizan, las pruebas que presentan –en este caso– no dejan duda de que las personas señaladas son culpables, no es como antes que solo se presentaban testimonios que no eran válidos, en este caso hay prueba balística, seguimiento y establecimiento de las identidades de ellos como partícipes de los asesinatos de estos abogados. Es una evidencia muy fuerte y creo que cualquier juez que no tome en cuenta esto, estaría promoviendo que continúen cometiendo delitos”, indicó.


LA ESTRUCTURA*

Jefes
Edgar René De León Calderón y Gerber Manolo López Chupina

Sicarios
José Luis González Jiménez, Erick Augusto Tacén Godoy e Isaac Emanuel Álvarez Monzón

Colaborador
Miguel Silvano Gómez Toma

*Según informes de la PNC

“Los sicarios son los autores materiales que ejecutaban cada uno de los asesinatos. Hablamos de Luis que es el conductor; alias Panadero –Isaac Álvarez– es uno de los que ejecutaba o disparaba; el tercero de esa línea –Tacén Godoy– es el que vigilaba a sus víctimas”.

“Alguien estaba interesado en saber sí tenía orden de captura, pudo solicitar los antecedentes policíacos; tiene el derecho y la ley le permite dirigir un requerimiento a la Fiscal del MP o al Director de la PNC para que le informemos si tiene un caso en investigación, aquí no se cumplió con que la persona acudiera a los canales correspondientes, sino lo hizo hacia él –el PNC–”.
Nery Ramos, director de la PNC

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