POR REDACCIÓN LA HORA
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Guatemala amaneció con resultados cambiantes de la decisión tomada ayer en las urnas, pero ahora aún deberá retomar serios desafíos pendientes para antes y después de la segunda ronda para elegir al nuevo presidente. El cambio del sistema es uno de los retos más importantes que se presentan a la ciudadanía, de acuerdo con analistas y expertos.
«No importa quién gane la Presidencia; lo importante ahora es que éste es el momento para iniciar un verdadero proceso de reforma del Estado, que viabilice los cambios que la sociedad espera. En esto, tanto el gobierno de transición como el que se instalará en enero tienen un rol fundamental», dijo Helmer Velásquez, dirigente social y miembro del colectivo Mirador Electoral.
Por su lado, Jorge de León, Procurador de los Derechos Humanos, dijo que los comicios fueron importantes y «un paso más», pero advirtió que éstos no solucionan los problemas del país. «Hay que seguir en la búsqueda de las reformas de fondo en el sistema político y en el sistema de Justicia que eviten la continuidad del esquema perverso» de corrupción, afirmó De León.
El resultado electoral de ayer favoreció al actor y comediante Jimmy Morales, quien, sin embargo, no logró superar el 50 por ciento de los votos, por lo que tendrá que confirmar su triunfo en la segunda ronda contra el candidato que ocupe la segunda casilla.
Mientras se resuelve el resultado final, la ciudadanía espera la decisión que tomará mañana el juez Miguel Ángel Gálvez, si opta ligar o no a proceso como supuesto miembro la estructura La Línea al expresidente Otto Pérez, quien renunció al cargo el miércoles pasado.
El fallo que dicte el juez Miguel Angel Gálvez es muy importante para la población, cansados de la corrupción desde puestos de gobierno, porque representaría un precedente contra quienes lleguen al poder en el futuro.
Al mismo tiempo, el nuevo presidente, Alejandro Maldonado, deberá iniciar, en forma, su corto pero importante mandato de transición hacia el 14 de enero, cuando asuma el nuevo gobierno.
Rigoberta Menchú, Premio Nobel, advirtió que de aquí al 14 de enero «tenemos un buen trecho para todos los acontecimientos» y consideró que Maldonado «tiene oportunidad de hacer cosas nuevas, a pesar de los pocos meses» que ejercerá el poder. «Yo creo que hay que darle oportunidad», dijo.
En cuanto a la coyuntura y los retos que ésta implica al nuevo gobierno, dijo que no hay mensajes claros: «Hasta ahora, no he visto que inspire un debate nacional. Creo que hay que darle tiempo, pero no ha aclarado como va a encarar la crisis: ¿lo hará solo, lo hará en forma multisectorial? No ha informado cuál será su metodología».
«Soy una persona que lee mensajes (en los discursos), pero no encontré una agenda de cómo va a encarar la crisis. Definitivamente, hay que darle tiempo, pero por ejemplo, no está claro quiénes van a ingresar su gabinete provisional», insistió.
Paralelamente, las voces ciudadanas volverán a la carga, ahora con más vigor que nunca contra el Congreso para exigirle dar trámite a la demanda aún no atendida de reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos, una aspiración para asegurar mayores controles del oscuro financiamiento de estas organizaciones, entre otras cosas.
Morales, el candidato puntero en los resultados presidenciales, dijo anoche que de llegar al poder, estaría dispuesto a reformar el sistema y llamaría a una Asamblea Nacional Constituyente para realizar los cambios que necesita el país.
LA SOCIEDAD ES LA CLAVE
Para Luis Mack, profesor e investigador de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO), de las situaciones más lamentables en la actual coyuntura es que antes del inicio del proceso electoral este año, no se aprobaron las reformas a la Ley Electoral y de Partidos Políticos en el Congreso “pero aún esperamos como sociedad de que en algún momento haya suficiente fuerza de la ciudadanía para poder exigir nuevamente, cambios y nuevas condiciones en el sistema político”.
Sin embargo, el académico señala va a ser sumamente difícil porque los diputados en este mandato han demostrado que tienen muy poco interés en promover iniciativas que atienden al clamor popular y habrá que ver cómo queda conformado el nuevo Congreso para determinar si en los primeros meses o en el primer año del gobierno entrante, se puede aprobar la nueva Ley Electoral y otras normas que requiere la ciudadanía para sanear el sistema.
“El principal problema del actual sistema comienza con la poca transparencia en el financiamiento partidista y en la incapacidad del Tribunal Supremo Electoral para fiscalizar este financiamiento. Manuel Baldizón fue en todo este proceso electoral el ejemplo perfecto por la cantidad de gasto que tuvo que incluso sobrepasó el techo de campaña permitido a pesar de las advertencias reiteradas que se le hicieron. Ese es el principal defecto de la actual Ley Electoral, porque en lugar de fiscalizar y sancionar a los partidos, los empodera demasiado a pesar que son débiles en su estructura”, explica Mack.
Asimismo, el tercer elemento que hay que cambiar a criterio del analista, es la forma en que los votantes eligen a sus autoridades cada cuatro años y “podríamos iniciar cambiando la elección de los diputados, que en la actualidad se hace por listas cerradas controladas completamente por la agrupación política”.
“Espero que las mismas reglas no sean las mismas en el próximo proceso electoral en 2019. En ese lapso, tenemos cuatro años para que las autoridades generen mejores condiciones para las próximas elecciones y ese es el reto que se traslada a los nuevos diputados porque los actuales ya van de salida y no creo realmente que tengan la voluntad política para aprobar una nueva reforma electoral, sobre todo viniendo de aquellos que no resultaron reelectos”, indica el catedrático de FLACSO.
SE ESPERA UNA LUCHA INTENSA
Por su parte, el experto en sociopolítica, Álvaro Pop, señala que la transformación del sistema será una lucha realmente intensa y por eso necesita esfuerzos grandes para cambiar la legislación y también para cambiar la cultura política nacional en la cual la corrupción y las maneras clientelares de operar, han sido apropiadas por los partidos políticos.
“El proceso electoral de este año no ayudó en mucho en este momento coyuntural y esperaría realmente que esta sea la última elección que tengamos los guatemaltecos bajo las mismas condiciones porque los resultados demuestran que la reforma a la ley electoral es sumamente urgente”, agrega.
Sobre los principales vicios en el sistema político, institucional y judicial del país, el también antropólogo asegura que la fuente principal de las negociaciones, confirmaciones y compromisos que inician y generan corrupción en estas áreas en general, nacen en la lógica de la campaña electoral de los partidos.
Entonces, a su parecer, la manera en cómo se designan puestos en la Corte Suprema de Justicia y la manera en cómo funcionan los partidos políticos en el Organismo Legislativo para nombramientos, para distribución de recursos y aprobación de presupuestos, nacen de quienes están atrás de los partidos beneficiándose como parte de los compromisos que se pactan en las campañas partidistas a través de grandes y medianos montos de financiamiento.
“Me parece que la claridad y la inquietud sobre el combate a la corrupción y a las dinámicas clientelares, están en este momento en un pequeño grupo de activistas sociales, académicos, intelectuales y medios de comunicación pero no es un clamor popular en términos de su reconocimiento en el Congreso y en la necesidad de reformas a la ley electoral para cambiar las prácticas que hemos visto hasta ahora”, enfatiza Pop.
En ese contexto, el además miembro del Foro Permanente de las Naciones Unidas para las Cuestiones Indígenas, hace un llamado al Congreso para que retome las modificaciones a la ley electoral, sobre todo para ya no permitir el financiamiento privado, prohibir los espacios en medios de comunicación para campañas de partidos políticos, a no ser que haya un estricto y equitativo manejo de tiempos y espacios.
Y por último, autorizar las elecciones primarias en los partidos políticos porque a su consideración, todas las candidaturas deben ser planteadas bajo ese principio y solo así se deben confirmar.
“Y obviamente, hay que fortalecer y obligar al Tribunal Supremo Electoral, a que promueva educación ciudadana. Ya con eso, podemos promover con mayor facilidad una nueva ley de Servicio Civil, la de Contrataciones del Estado y toda una serie de saneamientos que el sistema requiere”, expresó Álvaro Pop.
Ricardo Barrientos, encargado del área de transparencia del Instituto Centroamericano de Estudios Fiscales –ICEFI-, fue más tajante y mencionó que todo cambio que pudiera darse a las actuales condiciones, serán a partir de enero de 2016, pues dependerá de la nueva legislatura.
Empero, añadió que también depende de la presión de los ciudadanos, ya no solo participación cívica y en tercera instancia, el nuevo Organismo Ejecutivo que jugaría un papel fundamental en este proceso.
“Por ejemplo, ya se entregó la propuesta de reforma a la Ley de Compras y Contrataciones del Estado, que incluye prohibiciones como que los financistas de campañas electorales no puedan ser contratistas del Estado porque consideramos que eso en principio, atacaría los vicios en el sistema de adquisiciones pública”, declara.
Aunque para el economista, el presidente del Congreso, Luis Rabbé hizo bien en convocar hace unos meses a las mesas técnicas para las reformas la Ley Electoral y de Partidos Políticos, la Ley de Servicio Civil, la Ley de Contrataciones del Estado y las reformas al Sector Justicia; hizo falta discutir la Ley de Probidad así como prestarle atención a una agenda de transparencia fiscal.
“Básicamente esta agenda de gobierno abierta ya está planteada y el actual Gobierno la había asumido como un compromiso que incluye cambios en el sistema de contabilidad, contrataciones y de uso de los recursos por parte de oeneges. Partiendo de eso, el nuevo gobierno debería reconocer como compromiso esa agenda y desde luego, cumplirla”, explica Barrientos.
CAMBIAR LAS REGLAS
Finalmente, Renzo Rosal, politólogo de la Universidad Rafael Landívar, coincide con sus pares en que urge modificar la Ley Electoral, incluyendo normas que limiten la reelección, eviten la exclusión de las mujeres y los pueblos indígenas, penalicen el cambio de partido político (transfuguismo), impidan las multimillonarias campañas con recursos poco transparentes y cierren el paso a la llegada de personajes de dudosa idoneidad.
De igual modo, exige su aplicación inmediata en una eventual segunda vuelta electoral este año, con el propósito de que se eviten vicios que en sus palabras, han resquebrajado el sistema político en Guatemala, y por tanto, dañado el proceso democrático.
“Cuando hay una intención política se firman acuerdos institucionales de manera súbita, aunque existan votos disidentes. Cuando se persigue avanzar en las prácticas democráticas, es posible llegar a consensos, así lo demuestra la Plataforma para la Reforma del Estado que presentó una propuesta respaldada por múltiples agrupaciones y ahora al Congreso le toca actuar de inmediato. No podemos darnos el lujo de tener por cuatro años más un gobierno, alcaldías municipales y Congreso llenos de corruptos y de las mismas condiciones”, dice el entrevistado.
“Aún esperamos como sociedad de que en algún momento haya suficiente fuerza de la ciudadanía para poder exigir nuevamente, cambios y nuevas condiciones en el sistema político”.
Luis Mack,
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (FLACSO)“El proceso electoral de este año no ayudó en mucho en este momento coyuntural y esperaría realmente que esta sea la última elección que tengamos los guatemaltecos bajo las mismas condiciones porque los resultados demuestran que la reforma a la ley electoral es sumamente urgente”.
Álvaro Pop
Experto en sociopolítica“Cuando se persigue avanzar en las prácticas democráticas, es posible llegar a consensos, así lo demuestra la Plataforma para la Reforma del Estado que presentó una propuesta respaldada por múltiples agrupaciones y ahora al Congreso le toca actuar de inmediato”.
Renzo Rosal
Politólogo de la Universidad Rafael Landívar