POR VIRGINIA CONTRERAS
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Unas 137 familias residentes de la Sierra Santa Cruz denunciaron la ausencia de las autoridades luego de haber perdido sus viviendas y cultivos por las inundaciones suscitadas el pasado 6 de agosto, por el desborde del río Semuch y Tunico, en El Estor, Izabal.
Los pobladores manifestaron que la ayuda se concentró en el área de Livingston, debido a los fallecidos, pero al momento nadie ha realizado acciones para ayudar a quienes residen en donde sucedió el origen de la tragedia del evento natural, que es en la Sierra Santa Cruz.
Con lágrimas en los ojos, Amílcar Chuc, del caserío Sierra Colorada, relató cómo en la noche del 6 de agosto, las fuertes lluvias arrasaron con todo a su paso, llevando consigo, los cultivos y sus viviendas, afectando cinco comunidades.
«Todo se llenó de tierra y algunas casas se derrumbaron, por lo que tuvimos que salir por nuestros medios y con nuestra familia, caminar en los derrumbes porque ya no hay camino», explicó.
Chuc destacó que hombres, mujeres, ancianos y niños debieron trasladarse a un albergue opcional creado por la emergencia y ubicado en una escuela y en la iglesia católica, de una comunidad aledaña denominada El Bongo, en donde los habitantes de ese lugar son los únicos que les han proporcionado ayuda humanitaria.
El entrevistado expresó su preocupación por el futuro de las familias, ya que indica que no existen condiciones para regresar a sus comunidades, porque fueron destruidas por los deslaves, y al momento se encuentran inhabitables.
Solicitaron al gobierno un albergue que reúna las condiciones necesarias, ya que se encuentran hacinados y carecen de los servicios básicos. Además, hicieron el llamado al presidente Otto Pérez Molina para que aborde de urgencia su problema, puesto que lo han perdido todo.








