POR GRECIA ORTIZ
gortiz@lahora.com.gt

Elmer Hernández Santos se ha caracterizado por ser una persona productiva en su comunidad, a pesar de los obstáculos que ha tenido que superar. Con su iniciativa ha logrado contribuir e incidir en la vida de las familias agricultoras de su aldea, ya que les brinda asesoría en sus cultivos sin recibir ningún tipo de remuneración.

Hernández es originario del municipio de Santa María Ixhuatán del departamento de Santa Rosa, tiene 25 años y sus estudios estuvieron enfocados en un bachillerato agroforestal, en los que se incluyeron estudios de cultivos y bosques.

Actualmente labora como agente de seguridad en una empresa privada, pero en su aldea no le identifican como un hombre de armas y por el contrario, es conocido por brindar aportes para los cultivos de las familias del lugar, sin recibir ningún tipo de retribución económica por su colaboración.

De acuerdo al entrevistado, ha compartido con amigos y familiares de la comunidad y “he brindado asesoría técnica en cultivos de maíz, frijol hortalizas, así como también en el tema del café; no cobro nada, porque considero que debemos siempre compartir los conocimientos”.

La búsqueda del desarrollo de la comunidad ha sido uno de los ejes motivacionales para compartir sus conocimientos según comenta. “Nosotros mismos vivimos pobres, porque no tenemos todos los conocimientos que quisiéramos, así que lo que yo aprendí es para compartirlo con los demás, es para que ellos se ayuden sembrando más”, señala.

EN PRIMERA PERSONA

Las dificultades que Elmer ha afrontado con su familia han sido muchas. “Desde que empezó mi niñez, yo me daba cuenta de la pobreza y lo que es tener hambre. Me recuerdo que en aquel tiempo casi no se producía el maíz en abundancia, porque uno no tenía el conocimiento para hacer las aplicaciones de abono”, recuerda.

Asimismo relató “a veces aguantábamos hambre y mis papás decían que no tenían hambre, pero era para darnos de comer a nosotros, aunque yo siempre guardaba ese sentimiento doloroso de que ellos dejaban de comer por nosotros”.

Aunque la situación relata, aún no ha cambiado del todo, ahora tratan de mitigar la pobreza al compartir con sus vecinos lo que poseen, “compartimos con ellos aunque sea una libra de maíz o frijol, cuando tenemos hay que ayudarnos”.

Dentro de los consejos que brinda a las comunidades, están las recomendaciones del tipo de semilla que se adapta al lugar en donde se siembra, así como las aplicaciones y la forma en cómo debe realizarse la aplicación a fin de que se logre el cultivo deseado, para tener un mejor rendimiento en las cosechas.

AL MENOS 30 FAMILIAS SE HAN BENEFICIADO

Hasta el momento unas 30 familias se han acercado a pedir su ayuda con el fin de cosechar rábano, remolacha, yuca, zucchini, pepino entre otros, cultivos de corto tiempo, que antes no consideraban, debido a que no se sentían seguros de cómo sembrarlo y carecían de información.

Para incluir a más personas en su proyecto, Elmer relata que realiza algunas reuniones los sábados por la tarde, al salir de su trabajo. Expresó incluso que visita algunas parcelas los domingos “a veces me toca que madrugar para ver cómo están sus cultivos, les explico cómo están evolucionando y si les favorece”.

El entrevistado asevera que en ocasiones resulta complicado organizarse, ya que debe sacrificar el tiempo que comparte con su familia, que luego de cumplir con su trabajo resulta poco, aunque lo hace con toda la dedicación que puede.

“Hay que compartir el conocimiento para que los demás compartan su conocimiento después, porque como dicen lo que das con la mano derecha, que no lo sepa tu izquierda, ahí vamos ayudando más que todo a los niños, que son el futuro de Guatemala”, afirmó.

Aunque le han sugerido que cobre por la asesoría que brinda, asevera “sí podría cobrarles, pero se qué no tienen recursos, siempre hay reconocimiento porque me dicen que agradecen el conocimiento que comparto con ellos, pero lo hago porque quiero desarrollo en mi comunidad” quiero que juntos sigamos creciendo.

“Hay que compartir el conocimiento para que los demás compartan su conocimiento después, porque como dicen lo que das con la mano derecha, que no lo sepa tu izquierda, ahí vamos ayudando más que todo a los niños, que son el futuro de Guatemala”.

“Compartimos con ellos aunque sea una libra de maíz o frijol, cuando tenemos hay que ayudarnos”.


PERSEVERANCIA

Debido a los recursos limitados que posee Elmer Hernández no ha podido continuar con sus estudios, aunque reconoce que eso nunca lo ha detenido.

Ahora espera retomar sus estudios a los que le atribuye lo que ha logrado, por lo que está ahorrando su salario para que el otro año, pueda retomar los cursos que tanto le han ayudado a compartir con los demás.

“Siempre he tratado de ayudar a los agricultores porque he visto mucha pobreza, además la viví, sé que hay mucho por hacer”.

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