POR CLAUDIA PALACIOS
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La interceptación de llamadas telefónicas es una herramienta vital para la persecución de estructuras de crimen organizado, cuya implementación fue posible gracias a la Comisión Internacional contra la Impunidad en Guatemala (CICIG), señalan analistas.
Oswaldo Samayoa, experto en seguridad y justicia, señaló que, pese a la aprobación de la normativa para implementar la interceptación de llamadas telefónicas como un método de persecución criminal, el Ministerio Público no tenía capacidad para aplicarlo, hasta que la CICIG inició su práctica, “demostrando su efectividad, como ahora podemos darnos cuenta”, indicó.
De acuerdo con Nestor López, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales, este tipo de herramientas tecnológicas son importantes para la persecución del crimen organizado y la corrupción, “en cuanto a que proporcionan certeza para establecer las áreas o la dimensión de la cobertura que tiene cada uno de estos grupos, permite identificar funcionarios implicados, formas de operación, métodos de comisión de los delitos e identificar el grado de participación que tiene cada sujeto”, señaló.
MARCO LEGAL
Guatemala ratificó en 2001 la Convención Interamericana contra la Corrupción y en 2003 la Convención de Naciones Unidas contra la Delincuencia Organizada Transnacional, las cuales conllevaron a una obligación del Estado para la implementar e métodos especiales de investigación, entre ellos, entregas vigiladas, escuchas telefónicas, agentes encubiertos y colaboradores eficaces, las cuales se incorporaron a la legislación guatemalteca con el decreto 21- 2006.