POR VIRGINIA CONTRERAS
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La Defensoría de la Salud de la Procuraduría de Derechos Humanos (PDH) se pronunció ante la crisis en el sistema nacional de salud, ya que derivado de monitoreos realizados en el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) y en el Hospital General San Juan de Dios (HGSD), se pudo evidenciar que este último es el más perjudicado, lo que vulnera el derecho a la salud de los guatemaltecos.
El monitoreo en ese nosocomio estableció que padece de desabastecimiento de medicamentos, material médico quirúrgico, reactivos e insumos de laboratorio y del banco de sangre; así como falta de equipo en el Departamento de Rayos X, quirófanos emergencias y cuidados intensivos.
En el tema financiero e infraestructura, los hallazgos indican que existe déficit en el presupuesto de Q246 millones y en el personal operativo integrado por médicos, enfermeras y técnicos; al igual que en las instalaciones.
Mientras que el IGSS, presentó desabastecimiento de medicamentos en todas las unidades, hospitales y clínicas periféricas, centros de atención médica integral para pensionados cuyo desabastecimiento se ha presentado desde enero y es repetitivo. Asimismo, destacó el hecho de que no se cuentan con 130 medicamentos, siendo el 21% del listado básico y ha afectado particularmente a pacientes con enfermedades como diabetes, hipertensión, cáncer, esclerosis múltiple, VIH, entre otros.
Del mismo modo que el HGSD, la infraestructura presenta un colapso, así como el mobiliario y equipo, puesto que los pacientes permanecen hasta tres días en sillas o camillas en espera de una cama. En tanto en el área de encamamiento, las personas permanecen entre 1 y dos meses esperando a ser atendidos por cirugías.
En cuanto al déficit de personal, el que se contrata no es acorde a la demanda actual con la que cuenta el hospital, ya que anualmente se incrementa el número de personas afiliadas y por lo tanto, médicos y enfermeras no pueden responder a las demandas de los pacientes.
Zulma Calderón, titular de esa defensoría recalcó que el desfinanciamiento en el área de salud es del 95% de las unidades ejecutoras, lo que ha generado en los tres niveles de atención (puestos de salud, centros de salud y hospitales) un retraso en el pago de honorarios al recurso humano, falta de pago a proveedores y desabastecimiento en cuanto a medicamentos y otros.
Por su parte, el presidente Otto Pérez Molina le solicitó al personal del área de Salud que no dejara de laborar, ya que manifestó que el Ejecutivo está haciendo el mayor esfuerzo para trasladar los fondos y resaltó que el Ministerio de Salud es el que ha sido más beneficiado.