Por Regina Pérez
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Como un medio que hace periodismo cerca de la sociedad, pero lejos del gobierno, describe Adela Navarro, codirectora del semanario Zeta, el trabajo que realiza ese importante medio ubicado en la ciudad de Tijuana en México, cuyo coraje e independencia lo han hecho ganador de varios premios, incluyendo el Ortega y Gasset, otorgado en 2008 y el Premio Internacional a la Libertad de Prensa, del Comité para la Protección de Periodistas.

Navarro y el personal de Zeta abrió las puertas del periódico ubicado en la ciudad fronteriza de Tijuana a un grupo de periodistas latinoamericanos, en una visita coordinada por el Instituto de las Américas que fue parte de un taller de Periodismo de Investigación realizado en San Diego.

_Repo4_2Zeta, un periódico de referencia en Tijuana, México, fue fundado en abril de 1980 por Jesús Blancornelas y Héctor Félix Miranda, y desde entonces ha sido blanco de varios atentados por su línea editorial, independiente y crítica; uno de los ataques acabó con la vida de Miranda en 1988, mientras que otro dejó gravemente herido a Blancornelas en 1997, al que sobrevivió milagrosamente, sin embargo a partir de ahí tuvo que tener escoltas permanentes quienes velaban por su seguridad.

Asimismo en junio de 2004, Francisco Ortiz Franco, editor general, fue asesinado, en apariencia por unas fotos que aparecieron en un texto que firmó, sin embargo las autoridades mexicanas nunca capturaron a los presuntos responsables.

Desde sus inicios, Zeta ha investigado al narcotráfico y al crimen organizado y en sus páginas se han publicano numerosos reportajes de investigación sobre el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción en los estados del norte de México.

La periodista Adela Navarro, quien cumple 24 años en el semanario, ha tomado, junto a César René Blancornelas hijo de Jesús Blancornelas, las riendas del periódico y señala que su objetivo es “hacer periodismo cerca de la sociedad y lejos del gobierno”.

Navarro señala que el hecho de que el periódico aún sea propiedad de la familia Blancornelas, les ha permitido realizar el periodismo “que nos enseñaron a hacer acá, que es de investigación, que es libre, de análisis, crítico, contestatario, antigobiernista y antioficialista”, aunque con varios obstáculos.

La periodista indicó que a quienes trabajaron con Jesús Blancornelas durante muchos años, le genera orgullo encabezar una nueva generación de jóvenes periodistas “comprometidos con esta manera de hacer periodismo en nuestra sociedad, que es la única que nos dicta líneas”.

Según Navarro, cerca del 70% del contenido del periódico cada semana es producto de la propuesta y denuncia del lector, a través de las denuncias que reciben, ya sea por el teléfono, correo electrónico, cartas en la vía postal y en la página web.

“La sociedad es testigo de lo que pasa, es víctima de alguna represión o ataque del gobierno…nos lo denuncia y nosotros lo investigamos y lo publicamos, creo que ese periodismo cerca de la sociedad y lejos del gobierno es lo que nos ha mantenido casi 35 años” señaló Navarro.

La periodista indica que esto no ha sido fácil porque han pagado con vidas humanas el periodismo que realizan, como fue el caso de Félix en 1988, el atentado contra Jesús Blanco en el 1997 y el asesinato de Francisco Ortiz en 2004; los editores, que tomaron la estafeta en 2006, también han recibido amenazas, relata.

Navarro destaca que en general, las advertencias sobre amenazas o peligro contra sus vidas las han recibido de autoridades de Estados Unidos y no de México y lamenta la situación de impunidad en que se encuentra el gremio de la prensa en ese país, en donde por lo menos 20 están desaparecidos, mientras que muchos casos continúan sin resolverse.

Señalamos mucho la impunidad que hay para el crimen organizado y la investigación de cárteles en México, hacemos un recuento de los muertos en nuestro país porque nos habla de la impunidad que existe, indicó.

Pese a las dificultades de ejercer el periodismo de investigación en un estado como Tijuana, cuna de operación del cártel de los hermanos Arellano Félix y que llegó a ser uno de los más violentos de México, la codirectora habla con orgullo sobre el trabajo que realizan y manifiesta que “la gente confía en el periodismo de Zeta”.


PERFIL

Adela Navarro Bello, es directora general del semanario Zeta en la ciudad fronteriza de Tijuana, México. El Comité para la Protección de Periodistas (CPJ) le otorgó el Premio Internacional a la Libertad de Prensa 2007. Creada en 1980 por Jesús Blancornelas, Zeta es una de las pocas publicaciones que investiga en forma constante el crimen organizado, el narcotráfico y la corrupción en los estados del norte de México, donde la censura es generalizada.
Anteriormente Navarro trabajó como reportera, columnista e integrante de la junta directiva de Zeta, actualmente se desempeña como coeditora del semanario. Por otro lado, se ha hecho merecedora de varios premios, entre los que destacan el premio de Valor Periodístico 2011 de la Fundación Femenil Internacional de Medios y el Premio Daniel Pearl Award en 2012 de la Asociación de Periodistas de Chicago, por su trabajo al frente de Zeta.


SOBREVIVENCIA

La sobrevivencia del periódico se basa únicamente en la publicidad que dan sus anunciantes y la venta de cada ejemplar en las calles, que cuesta $15 pesos, la publicidad oficial es muy poca y no tiene suscriptores. El tiraje es de 20 a 25 mil ejemplares. Su portal web es zetatijuana.com y que recién fue creado en 2013. Por razones históricas, desde que el periódico fue fundado por Jesús Blancornelas y Héctor Félix Miranda en 1980, el semanario se imprime en San Diego, Estados Unidos y no en Tijuana.

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