Alejandro Castillo
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Amarilis Portillo, vicepresidenta de la Asociación Guatemalteca de Espina Bífida, explicó que esta enfermedad es una malformación congénita que afecta el desarrollo de la columna vertebral y médula espinal, además, daña los riñones y vejiga que causa parálisis y pérdida de sensación de la cintura a los pies.

“Para prevenir estos casos hacemos un llamado a las madres de familia que tomen ácido fólico para que no afecte la salud de los recién nacidos, porque cuatro de cada mil bebés sufren de este mal y el peor de los casos es que la mitad no logra sobrevivir”, indicó.

Pedro Saravia, de 38 años, quien padece de espina bífida y se moviliza en silla de ruedas, comentó que ha sido intervenido quirúrgicamente en 23 ocasiones; la primera fue cuando tenía un mes de vida porque sufre de hidrocefalia, razón por la cual debe tener un tubo dentro de su organismo para que fluya el oxígeno en el cerebro.

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