POR CLAUDIA PALACIOS
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El 3 de julio pasado, la policía encontró el cuerpo de una mujer joven en el interior de un vehículo abandonado, en la zona 4 capitalina, y las características del cadáver coincidían con las de Mitzie Alejandra Sánchez Makepeace, quien había desaparecido el día anterior. Horas más tarde, se confirmaba la identidad de la víctima.

Mitzie tenía 24 años al momento de su muerte. Marta, nombre ficticio de una amiga que prefirió no identificarse, describió a la joven víctima como alguien llena de vida que “quería vivir al máximo y, si a algo le tenía miedo, era a la muerte”.

Pese a que perdió a sus padres a los seis años “nunca demostró debilidad; uno siempre podía buscar apoyo en ella”, dijo Marta, quien recuerda a su amiga como alguien “incondicional” y “una madre consentidora”.

Luego de la muerte de sus padres, Mitzie creció junto a sus hermanos bajo el cuidado de sus tíos maternos, en el departamento de Escuintla. Como muchos jóvenes, al graduarse en el colegio, se mudó a la Capital y decidió estudiar Relaciones Internacionales.

Mientras estudiaba ahí, Mitzie salía con quien sería su futuro esposo. Cerca de su primer aniversario, le anunció que estaba embarazada. Pese a su juventud, ambos recibieron al niño con alegría y se unieron en matrimonio. El pequeño David recibió toda la atención de su madre, quien se dedicó en tiempo completo a él.

Ante los ojos de sus allegados, la pareja era feliz, pero las investigaciones del MP descubrieron antecedentes de conflictos entre los esposos que aportaron otros datos a las investigaciones.

SOSPECHOSO

El mismo día en que fue identificado el cuerpo de Mitzie, Banny Zambrano Llamas, su esposo y el padre de su hijo, se presentó en el lugar de los hechos. Testigos del vecindario presenciaron la escena y luego hicieron una denuncia a los investigadores: esa persona que gritaba desesperada por la muerte de su esposa, era la misma que un día antes, habría abandonado en ese punto de la capital el automóvil donde se encontró el cuerpo de Mitzie.

Según Nery Baten, abogado de Fundación Sobrevivientes, organización querellante en el caso, los testimonios recogidos son la principal evidencia para señalar a Zambrano como el primer sospechoso del asesinato, aunque existen otras líneas de investigación que se siguen profundizando y que podrían dar como resultado el hallazgo de nuevos sospechosos.

LOS INDICIOS

El 18 de enero de 2013 la joven puso una denuncia contra su esposo por violencia intrafamiliar. La madre de Zambrano considera que se trató de un incidente que se sobredimensionó.

Según Yolanda Llamas de Zambrano, la pareja habría tenido una pelea mientras se conducían en el automóvil y mientras aún estaban en movimiento, Mitzie habría intentado salir, por lo que Banny la tomó del brazo y en medio de la confusión se estrellaron contra la acera.

Ese día le dieron medidas de seguridad a Mitzie.

Pero de acuerdo con Baten, existen otros antecedentes de violencia intrafamiliar que también fundamentan la acusación. Según el abogado, Zambrano ejercía poder sobre la víctima amenazándola con quitarle su hijo. “La presionaba mucho con el hijo, porque si se lo quitaba, se lo llevaría donde la mamá y eso hacía que ella no siguiera con las acciones”, explicó.

Días después de interpuesta la denuncia, Mitzie regresó con su esposo.

Zambrano además controlaba a su esposa de manera particular. El único perfil de Facebook con el nombre de Mitzie era uno compartido en el que ambos publicaban de manera ocasional, pero Zambrano sí tenía uno propio.

Otro punto central de la investigación es que el día de la desaparición de Mitzie, el procesado declaró que se fue sola a hacer compras y al ver que no regresaba, comenzó a llamarla.

Según Zambrano, momentos después, comenzó a recibir mensajes de texto donde le comunicaban que Mitzie había sido secuestrada y le exigían un rescate por ella. Según el MP, la conversación que supuestamente mantuvo el esposo con los presuntos secuestradores no corresponde a lo que normalmente se da en casos de secuestros.

Por otro lado, aunque el carro de Mitzie tenía un sistema de localización GPS, el procesado no se contactó con la compañía, ya que ese día habría estado apagado.

Las investigaciones de la fiscalía tienen por hipótesis que el móvil del crimen sería el cobro de un seguro de vida por $375 mil, cuyo único beneficiario era el esposo de la víctima.

Otras pesquisas comprenden el testimonio de testigos, detalles de llamadas y peritajes para determinar la causa de fallecimiento. De acuerdo con Baten, existen otras pruebas que todavía están en análisis. Estas nuevas pistas pretenden determinar no solo la actuación del acusado, sino de otras dos o tres personas que presuntamente habrían colaborado con él.

El MP está a la espera de los resultados de un análisis de sangre que realizó el Instituto Nacional de Ciencias Forenses, ya que en el cuerpo se encontraron evidencias de violencia sexual.

Todos los medios de prueba recopilados serán entregados formalmente al juzgado de femicidio el próximo 13 de octubre y una semana después, en audiencia de apertura a juicio, se determinará si Banny deberá enfrentar juicio por el asesinato de su esposa o si la fiscalía deberá llevar el rumbo de sus investigaciones por otro lado.

¿OTRO CASO SIEKAVIZZA?

Varios antecedentes de violencia doméstica, un presunto secuestro, un testigo de los hechos y un esposo en prisión. Pese a que ninguno de los procesos ha llegado a su conclusión, el asesinato de Mitzie Sánchez parece ser muy similar al caso de Cristina Siekavizza, por el cual enfrenta cargos su esposo, Roberto Barreda de León.

Sin embargo, para Baten, cuya organización actúa como querellante adhesivo en ambos casos, existen dos variaciones que marcan grandes diferencias en el avance de cada proceso.

En el caso de Mitzie Sánchez, se cuenta con un cuerpo del delito y además con testigos que ubicaron a Banny Zambrano cuando supuestamente abandonó el vehículo donde se encontró el cuerpo de la víctima, hecho que desvirtuó la hipótesis del secuestro.

En el caso Siekavizza, la ausencia del cuerpo de Cristina ha querido ser utilizado a favor del acusado, aunque, según la familia Siekavizza, la primera fase de la investigación fue acabar con toda posibilidad de encontrar a Cristina con vida.

“En el caso Siekavizza no contamos con un testigo directo que nos pueda referir dónde está el cuerpo”, explica Baten y además señala que las influencias en el Órgano Judicial que puede tener Ofelia de León, madre de Barreda, debido a su anterior cargo como presidenta de la Corte Suprema de Justicia, significa un peso bastante grande para que el caso de Cristina no camine como se pretendía.

TRES AÑOS SIN JUSTICIA

El último día en que se vio con vida a Cristina Siekavizza fue el 7 de julio de 2011. Desde entonces la familia Siekavizza ha buscado respuestas sin encontrarlas.

Desde marzo pasado, el proceso legal contra Roberto Barreda por femicidio se encuentra en suspenso. El Ministerio Público ya presentó su escrito de acusación al juzgado, pero una recusación contra la jueza Carol Patricia Flores por parte de los querellantes detuvo el avance del caso.

Según la parte acusatoria, la togada habría expresado en una ocasión que no se podía comprobar la muerte de Cristina sin el cuerpo del delito.

Aunque la recusación fue rechazada, hace un mes la propia jueza se excusó de seguir conociendo el proceso en vista de las dudas que pesaban sobre su imparcialidad. La Sala de Apelaciones de Mayor Riesgo aún no ha emitido ninguna resolución sobre la separación de la jueza en el caso.

Para María Fernanda Gallegos, parte de la organización Voces por Cristina, los apellidos Barreda y de León tiene mucho peso en el sistema de justicia.

Las pesquisas del MP detallan que Roberto Barreda fue apoyado por una estructura criminal que lo ayudó a eliminar las evidencias. Dentro de esta estructura se encontraría su madre, quien fue acusada inicialmente por los delitos de Obstrucción a la Justicia y Amenaza, pero el primero fue desestimado por la jueza Flores.

Las investigaciones detallan que luego del presunto asesinato de Cristina, De León habría amenazado a la empleada doméstica, testigo de los hechos, para que no declarara contra Barreda y habría utilizado sus contactos para sacar a su hijo y sus dos nietos hacia México, donde fue capturado en noviembre pasado.

“Yo creo que si llegamos a tener una apertura a juicio hay muchas pruebas del Ministerio Público, como los querellantes adhesivos, para demostrar de que hay una estructura criminal detrás del femicidio” dijo Gallegos.

El caso de Cristina Siekavizza se ha vuelto un emblema de la violencia contra la mujer en Guatemala. La investigación fue asignada a una fiscalía especial que atiende este expediente en particular. A tres años de su desaparición, la familia sigue exigiendo respuestas y un proceso judicial apegado al derecho.

Según Nery Baten, abogado de Fundación Sobrevivientes, existen otros antecedentes de violencia intrafamiliar que también fundamentan la acusación. Según el abogado, Zambrano ejercía poder sobre la víctima amenazándola con quitarle su hijo. “La presionaba mucho con el hijo, porque si se lo quitaba, se lo llevaría donde la mamá y eso hacía que ella no siguiera con las acciones”, explicó.


MILES DE CASOS SIN RESOLVER

Según el informe mensual del Grupo Guatemalteco de Mujeres, basado en datos del Instituto Nacional de Ciencias Forenses, el número acumulado de muertes violentas de mujeres (MVM) durante los ocho meses del presente año asciende a 483 víctimas mujeres, alcanzando una tasa de 6 MVM por cada 100 mil habitantes mujeres en una población de poco más de ocho millones de mujeres a nivel nacional.

Según la fiscal general y jefa del MP, Thelma Aldana, el delito más denunciado en el país es el de violencia contra la mujer, que hasta el mes pasado había sumado 48 mil denuncias de las cuales, aseguró, solamente un pequeño porcentaje es resuelto.

De enero a septiembre del presente año los tribunales de sentencia emitieron un total de 373 sentencias condenatorias por los diferentes delitos tipificados en su mayoría en la Ley Contra la Violencia Sexual, Explotación y Trata de Personas y la Ley contra el Femicidio y Otras Formas de Violencia contra la Mujer.


CASO CRISTINA SIEKAVIZZA

El 7 de julio de 2011, Cristina Siekavizza desapareció de su hogar ubicado en carretera a El Salvador.

El día siguiente la familia Siekavizza puso una denuncia por desaparición y se inició la búsqueda de Cristina con vida.

Días después de la desaparición, Petrona Say, empleada doméstica de la familia Barreda Siekavizza, dijo haber atestiguado cómo Roberto Barreda, esposo de Cristina, la había golpeado causándole la muerte.

Al día siguiente, el principal sospechoso huyó con sus dos hijos menores de edad hacia Mérida, México, donde fue capturado en noviembre del año pasado.
Actualmente enfrenta proceso por los delitos de Femicidio, Maltrato contra Menores de Edad y Obstrucción de Justicia.

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