POR MARIELA CASTAÑÓN
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La noche del 24 de septiembre algunas viviendas improvisadas del asentamiento Santa Rita, en la zona 7 capitalina, se desplomaron por las fuertes lluvias, y al mismo tiempo se vinieron abajo las esperanzas de varias familias, que pesar de la situación de precariedad, encontraban en los alrededores del puente El Incienso un espacio donde habitar.
Danny David Morales Navichoque, de 28 años, quedó bajo los escombros cuando su vivienda se cayó, debido a que su discapacidad física no le permitió reaccionar a tiempo para evitar salir lastimado.
La historia era muy diferente hace casi seis años, cuando Danny era un joven independiente, dedicado a la herrería, según su progenitora, María Angélica Navichoque, hasta que fue víctima de un asalto en la zona 1.
“Él estuvo internado en el Hospital General porque el proyectil –de arma de fuego– todavía lo tiene en la cabeza. Él vive por Dios primero, estuvo entubado cuatro días. Él perdió agua de su cerebro, después le dio meningitis, infección cerebral y me dijeron que ya no iba a caminar, pero con todos los ejercicios que le practicaron lo logró, aunque convulsionaba cuatro veces por mes”, explica Navichoque.
Según la entrevistada, el disparo afectó a Danny lentamente, hasta dejarlo sin la movilidad en sus piernas, pero la situación empeoró poco a poco.
“Cuando estuvo mejor se lo llevaron a trabajar a esa empresa -Corporación Gráfica, S.A. Él convulsionó y se cortó parte del pie y de la mano con la pulidora, lo trasladaron a un cuartito donde no se pudiera golpear, pero un día convulsionó en la calle y se golpeó el cerebro. Ahora tiene dos años de estar postrado en la cama”, lamenta la madre del joven.
De acuerdo con la entrevistada, tiene que dedicar todo su tiempo para el cuidado de su hijo, quien en ocasiones se comporta “como un bebé”, mientras ella sobrevive con el apoyo de sus vecinos y de una hija, aunque la situación la condena a vivir en una situación precaria.
SIN TRATAMIENTO MÉDICO
Navichoque refiere que el Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) le denegó tratamiento médico a su hijo y le recomendaron que visitara al patrono de Danny para indagar sobre si podía liquidarlo o recibirlo en el trabajo.
“El IGSS lo declaró discapacitado, pero me denegaron la jubilación. Me fui a Derechos Humanos y se dio una apelación con el Bufete Popular. La entregué el 24 de septiembre. Yo lo que busco es que me lo atiendan, que no le nieguen tratamiento a una persona que esta inválida. El IGSS de Rehabilitación lo declaró inválido”, refirió la afectada.
Según Navichoque, los galenos determinaron que su hijo ya no sería atendido por el IGSS, pero debido a que no sabe leer y escribir, no tiene claridad de los nombres de estas personas para indagar más al respecto.
“Los médicos de evaluación de enfermedad legal hicieron esos trámites, fue una doctora y un doctor, como no sé leer ni escribir, no logré ver los nombres de sus carnés”, aclaró.
La Hora solicitó información al Departamento de Relaciones Públicas del IGSS para conocer las razones por las que ya no atenderán al joven discapacitado, pero al cierre de la edición de este reportaje no emitieron una respuesta.
Los únicos datos que proporcionó el seguro social indican los centros asistenciales donde Morales Navichoque recibió atención.
“En atención a la consulta realizada relacionada al caso de paciente Danny David Morales Navichoque afiliación No. 201200163603, me permito informar que en esta Unidad de Consulta Externa, de zona 11 no se cuenta con Expediente Médico del paciente en mención, por lo que su Unidad de adscripción es Policlínica Central, en donde ha consultado, asimismo, ha recibido asistencia médica en el Hospital General de Accidentes Ceibal y Rehabilitación, tal y como lo muestra el Sistema Integral de Información SII-IGSS, mencionadas”, refiere el seguro social.
CARECE DE VIVIENDA
Tras las fuertes lluvias que causaron el desplome de algunas viviendas improvisadas en Santa Rita, Navichoque, explicó que reside en un cuarto de alquiler de la zona 3, donde le permitirán que pague las cuotas de Q350 en tres meses.
Sin embargo, la afectada dice estar preocupada porque no puede trabajar, pues vive sola con su hijo y tiene que ocuparse de él todo el tiempo.
La madre de Danny solicitó al Gobierno la oportunidad de obtener una vivienda; actualmente lo único que recibe del Estado es la Bolsa Segura, que en ocasiones no llega en la fecha establecida.
AFECTADOS
De acuerdo con Dora Muñoz, psicóloga del Instituto de Enseñanza para el Desarrollo Sostenible (Iepades), quien trabaja apoyando a personas discapacitadas por la violencia homicida, explica que una discapacidad en un miembro de la familia afectará a todo el entorno y tendrá secuelas negativas.
“La violencia y la discapacidad afectan a la familia, quienes al igual que la víctima pasa por el proceso de duelo antes mencionado, además de asumir el cuidado de la persona y el acompañamiento en el proceso de rehabilitación, que suele ser prolongado y lleno de obstáculos por la falta de servicios desconcentrados para la atención de estos pacientes”, argumenta la profesional.
Muñoz indica que desafortunadamente no existen programas especializados para atender las necesidades de las víctimas de la violencia.
“Lamentablemente aún no se cuentan con programas especializados por parte del Estado para brindar apoyo médico, físico, social y emocional a las víctimas de violencia y sus familias. Se requiere de cuidados especializados durante la estadía en el Hospital y luego del egreso de este, así como recursos para su movilización. Los servicios se limitan a la recuperación física, que es importante, sin embargo, no se deben obviar las necesidades emocionales y sociales que forman parte de una atención integral”, indica la representante de Iepades.
La experta dice que la desatención por parte del Estado, genera en las personas con discapacidad depresión por el duelo que padecen y desarrollan conflictos con quienes los rodean, deterioran su imagen y autoestima.
“De ahí se desprende la necesidad de desarrollar grupos de apoyo entre pares para superar el proceso de duelo, tanto para la víctima, como para las familias o encargados”, detalla.
La profesional indica que la recuperación de una persona con discapacidad, puede sobrellevarse, pero es necesario que todos los sectores de la sociedad se involucren, es decir, familia, Estado, comunidad.
“La lucha y fortaleza de las personas, acompañadas del soporte familiar y comunitario y de la sociedad en su conjunto permiten que las personas con discapacidad salgan adelante, en la mayoría de las ocasiones teniendo que superar más obstáculos adicionales por la ausencia de programas especializados en la atención a víctimas de violencia”, concluye.
DESPROTEGIDOS
De acuerdo con Marco Antonio Garavito, director de la Liga de Higiene Mental, los ciudadanos que sufren las secuelas de la violencia y afectan su proyecto de vida se encuentran en una situación adversa, donde es necesario reflexionar sobre la necesidad de la atención para los afectados.
“En casos como estos -Danny Morales-, que son muy trágicos, que afectó el proyecto de vida, no es cualquier cosa, literalmente su vida cambió, dejó de ser lo que era y no será igual. En general debería haber una institución para todos los que sufren un efecto de violencia y necesitan un proceso de atención terapéutica”, destaca Garavito.
El psicólogo dice que los ciudadanos deberían recibir atención del Estado, después de sufrir un hecho de violencia, sin embargo eso es inexistente, a pesar de que ocurren varios casos.
“Todo esto debería ser atendido en la medida que la persona que fue afectada por un hecho de violencia pueda tener la posibilidad de atención del Estado, eso sabemos es cero, nunca reciben atención o seguimiento, siempre he creído que en Guatemala deberíamos tener aunque sea por el lado privado, pero que fuera gratuito para la gente, un centro de atención de víctimas de violencia, porque la atención inmediata y en crisis es suficiente para que la gente pueda regular los efectos del trauma”, dice el profesional.
“Los médicos de evaluación de enfermedad legal hicieron esos trámites, fue una doctora y un doctor, como no sé leer ni escribir, no logré ver los nombres de sus carnés”.
María Angélica Navichoque
Madre de Danny
SERVICIO SOCIAL
La familia Morales Navichoque reside en un cuarto de alquiler y necesita reunir dinero para pagar la renta del inmueble.
Además, Danny Navichoque necesita pañales desechables de adulto y bebidas nutritivas –Ensure- para alimentarse, pues los alimentos caseros le generan náuseas.
La silla de ruedas y el andador de Danny se quebraron tras el desplome de su vivienda improvisada en el asentamiento Santa Rita.
Si usted desea apoyar a la señora María Angélica Navichoque, puede comunicarse con ella a los teléfonos 4504-0305 y 5750-3485.