POR REDACCIÓN LA HORA
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Teresa Sádaba, del comité organizador de la beatificación, explicó que toda la celebración responderá al espíritu de amor fraterno y solidaridad con los más necesitados, lo que caracterizó la vida de Álvaro del Portillo, desde su labor catequética juvenil en barrios desfavorecidos de Madrid, de los años 30, hasta haber impulsado proyectos sociales y educativos en todo el mundo, siguiendo el ejemplo de San Josémaría. Los organizadores han acogido así el mensaje del Prelado del Opus Dei, Javier Echevarría que ha animado a seguir el espíritu del próximo beato mediante la práctica de tareas asistenciales y de ayuda a las personas que más lo necesitan.
Por otra parte, como muestra de agradecimiento, muchas personas que trabajan en las obras sociales promovidas por el próximo beato Álvaro del Portillo en todo el mundo viajarán a Madrid para asistir a esta beatificación y aprovecharán para celebrar el encuentro internacional 40 iniciativas para la pobreza a partir del 25 de septiembre, en el que participarán responsables de entidades sociales que ejercen sus labores en numerosos países, desde los basureros de Guatemala, pasando por las aldeas del Congo, las favelas brasileñas y los suburbios filipinos.
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UN MODELO CERCANO
Álvaro de Portillo sintió la llamada de Dios al Opus Dei a través del ejemplo y la palabra de san Josemaría cuando era estudiante de la Escuela de Ingenieros de Caminos en Madrid. Vivió con gran fidelidad el mensaje del fundador del Opus Dei: buscar a Dios en el trabajo profesional, en la vida familiar y en las relaciones sociales.
Supo hacer compatible su destacada preparación académica –era Doctor en Ingeniería de Caminos; en Filosofía y Letras y en Derecho Canónico– brindando su cercanía a todas las personas que trataba. Fue una persona muy afable y sencilla. Como primer Prelado del Opus Dei comenzó el trabajo apostólico en numerosos países. Se preocupó especialmente de la formación de los sacerdotes creando la Universidad Pontificia de la Santa Cruz e impulsó la puesta en marcha de decenas de iniciativas sociales en todo el mundo.
SIEMPRE SE DESTACÓ
Tuvo un importante papel en el Concilio Vaticano II, que se plasmó en el magisterio sobre la relevancia de los laicos en la Iglesia y sobre la identidad y la misión de los sacerdotes. Mantuvo una estrecha relación con varios Papas, especialmente con el próximo beato Pablo VI, quien fue uno de sus primeros amigos en Roma en los años 40 y también con san Juan Pablo II, quien quiso acudir a rezar a su capilla ardiente el día de su fallecimiento en Roma.
PROGRAMA DE ACTOS EN MADRID Y EN ROMA
Mañana sábado 27 de septiembre será la ceremonia de la beatificación, a las 12:00 horas, en Valdebebas. El domingo 28, en el mismo lugar y a la misma hora será la Misa de acción de gracias que celebrará el Obispo Javier Echevarría, Prelado del Opus Dei. Del lunes 29 de septiembre al jueves 2 de octubre las personas que lleguen a Roma podrán acudir a la basílica de San Eugenio, en donde será trasladado provisionalmente el cuerpo del nuevo beato para la veneración de los fieles. El martes 30 de septiembre tendrán lugar dos celebraciones eucarísticas en las basílicas de San Juan de Letrán y Santa María Mayor presididas por los cardenales Agostino Vallini, Vicario General de Su Santidad para la diócesis de Roma y el Cardenal Santos Abril respectivamente. El miércoles 1 de octubre aquellas personas que lo deseen podrán participar en la audiencia general del Papa Francisco en el Vaticano y manifestarle su agradecimiento por el don para la Iglesia que supone el nuevo beato.
ESTUVO EN GUATEMALA
Monseñor Álvaro del Portillo además de impulsar diversas labores apostólicas y asistenciales en Guatemala (Escuela Agrícola Utz Samaj en Tecpán, Chimaltenango y el Centro Educativo Técnico Laboral Kinal en la ciudad capital) visitó dos veces nuestro país. La primera en febrero de 1975, acompañando a San Josemaría Escrivá, durante un poco más de una semana y en mayo de 1983 durante su travesía entre México y Colombia, cuando sostuvo varias reuniones con diversos grupos de fieles del Opus Dei de varios países de Centroamérica, habiendo también acudido a rezar ante la Patrona de Guatemala en la Basílica de Nuestra Señora del Rosario (Santo Domingo).
Es importante subrayar entre las virtudes del nuevo beato Álvaro del Portillo se destacaron la fe, la esperanza y el amor a Dios como a su prójimo, pero sobre todo la caridad, como su humildad pues nunca pretendió imponer sus opiniones cuando fue llamado a suceder a San Josemaría al frente del Opus Dei, pues sus programas tuvieron siempre por única meta la continuidad con el ejemplo del fundador.