POR PAOLINA ALBANI
palbani@lahora.com.gt
Según el pediatra del Instituto Guatemalteco de Seguridad Social (IGSS) Byron Arana, alimentar a un menor de seis meses o quien apenas ha rebasado este tiempo de vida con comidas sólidas o con presencia de gluten puede ser contraproducente, pues el cuerpo de este ser apenas comienza a fortalecer la barrera intestinal de defensa de su sistema digestivo, por lo que no soporta cualquier tipo de alimentos.
Comúnmente, las abuelas guatemaltecas aconsejaban dar alimentos complementarios a los niños que ya no se saciaban con la leche materna o había quienes acostumbraban en la época de calor a darles agua.
Hoy, Arana indica que la leche materna, según estudios científicos, tiene los suficientes nutrientes para satisfacer el apetito de un bebé en crecimiento y en las épocas de calor, el mismo líquido que acompaña a la leche funciona como refrescante corporal.
Durante la infancia las características que debe tener la dieta están condicionadas por el ritmo de crecimiento, la tolerancia a los diferentes alimentos, la capacidad digestiva, el grado de autonomía y las habilidades de los pequeños.
Jeffry Marroquín, de la Asociación Pediátrica Guatemalteca, ratifica que “la ablactación (introducción de alimentos diferentes) debe iniciarse hasta los seis meses de edad, ya que la leche materna tiene todas las vitaminas, las grasas y las proteínas que necesita el bebé en cantidad exacta, contiene defensas que ayudan a prevenir las enfermedades”.
La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO, por sus siglas en inglés), indica que la lactancia exclusiva durante los primeros seis meses reduce el riesgo de diarrea y de otras infecciones en los niños.
DIETA Y EFECTOS
Como se menciona anteriormente, el gluten, el trigo y el café, son algunos de los alimentos que interrumpen el crecimiento por lo que el experto en niñez del IGSS aconseja incorporarlos a la dieta en diferentes momentos.
Por ejemplo, el gluten –que se encuentra en cereales y arroces– puede consumirse a partir de los 6 u 8 meses de vida.
Mientras tanto, el café, que forma parte importante de la dieta de los guatemaltecos, sobre todo en el área rural, y los alimentos que contienen cafeína deben de incorporarse a la dieta al finalizar la etapa de crecimiento, que para las mujeres sería a los 16 años, y para los hombres a los 21.
Un aspecto a destacar es que el café provoca el subdesarrollo físico, es decir, las “bajas estaturas” en los pobladores, quienes debido a los genes no tienden rebasar el 1.60 metros, según indica Arana.
A pesar de esto, en los últimos años se ha visto la prevalencia de personas de baja estatura –aun debajo de la medida más baja, aproximadamente de 1.30 metros– sin que esto se le atribuya a su predisposición genética o a la enfermedad llamada “enanismo”, sino al consumo de cafeína.
Los seres humanos obtienen la energía de los alimentos y los líquidos que consumen. El requerimiento de nutrientes de las mujeres en edad reproductiva o en época de lactancia, de los niños jóvenes y adolescentes, y de las personas mayores son diferentes a los de los varones entre 15 y 60 años, es decir, no todas las personas necesitan la misma cantidad de alimentos.
ALERGIAS
Un sistema digestivo en mediano fortalecimiento, como el de un recién nacido, digiere parcialmente los alimentos, produciendo alergias alimenticias, las que a su vez generan anticuerpos, mientras que disminuyen la cantidad de hormonas de crecimiento en el cuerpo –razón de la baja estatura–.
Las alergias alimenticias pueden perdurar toda la vida si se alimenta a los niños de manera constante con el alimento que les provoca la reacción, en ciertos casos las personas conservan sensibilidad a ciertos productos como los lácteos, refiere el pediatra del IGSS.
De acuerdo con el Consejo Europeo de Información de Alimentos (EUFIC), “la intolerancia a la lactosa se da en ciertas personas por la carencia de una enzima digestiva llamada lactasa, que descompone el azúcar de la leche”.
Por otro lado, la Asociación de Apoyo a la Lactancia Materna Mamare Castelló, dice que la infancia es la etapa de la vida en la que los menores se desarrollan más rápido, pero también se caracteriza por un alto grado de vulnerabilidad.
Por ello, recomienda alimentar a los pequeños cumpliendo tres objetivos: el primero, satisfacer sus necesidades nutritivas para proporcionarle energía para el crecimiento y maduración; un segundo objetivo sería mantener el estado de salud y prevenir estados de deficiencia o enfermedades graves, y por último, crear buenos hábitos alimenticios.
Los alimentos que pueden dar alergias son los huevos, el pescado, los mariscos, las fresas, los melocotones, y las frutas tropicales. Por otro lado, la miel y las verduras con alto grado de concentración de nitratos, como el nabo, la remolacha, las verduras de hoja verde, pueden ser dadas al niño cuando cumpla un año.
Estos alimentos suelen adherirse a las dietas de manera tardía para disminuir las probabilidades de aparecimiento de distintos tipos de alergias. Aunque las alergias pueden aparecer por predisposiciones familiares a pesar de los cuidados.
Los síntomas de las alergias pueden ser leves según el alimento ingerido, y pueden provocar lesiones en la piel (eczemas), conjuntivitis, síntomas moderados como vómitos, diarreas, dolores abdominales, crisis de urticaria, pequeños edemas –hinchazón– en labios y lengua, fuerte caída de la curva de crecimiento del bebé, entre otros. Pueden llegar hasta síntomas graves como dificultad para respirar o deglutir que pongan en riesgo la vida del bebé, según Marroquín.
En los menores de un año las alergias más comunes se producen por la ingesta de clara de huevo, leche entera, maní, mariscos, nueces, fresas, chocolates y otros, por lo que deben evitarse.
OTRAS OPCIONES
De acuerdo con la Organización Mundial para la Salud (OMS), la UNICEF y la Academia Americana de Pediatría, en el caso de las madres que trabajan por muchas horas y que no pueden amamantar a sus pequeños de manera regular, aconsejan como alternativa que la madre extraiga leche y la deje al alcance de la persona que cuida al menor, para las horas en las que suele ser alimentado durante su ausencia.
Aunque es ventajoso que los primeros seis meses el bebé sea alimentado exclusivamente con leche materna, en los casos en los que la lactancia no pueda continuarse el límite de tiempo para introducir nuevos alimentos complementarios puede ser a partir de los 3 o 4 meses.
«Se puede empezar indistintamente por fruta, cereales sin gluten u hortalizas pero es conveniente introducir precozmente alimentos ricos en hierro como la carne y las legumbres”, refiere un documento guía de alimentación de Mamare Castelló.
Por otro lado, Marroquín difiere de esta recomendación diciendo que las frutas deben de introducirse después de los seis meses de edad, a excepción de las ciruelas u otras frutas que el pediatra recomiende para casos especiales.
En estas circunstancias, la leche de fórmula o en polvo no es un alimento sustituto sino complementario, lo que quiere decir que el infante no se sentirá satisfecho si es alimentado únicamente con fórmula.
LUEGO DE LOS 6 MESES
A pesar de que el menor haya rebasado los seis meses de edad, la leche seguirá siendo el alimento principal en su dieta, con lo que 500 mililitros de este líquido deben de conformar su nueva alimentación, que podrá ser mejorada adhiriendo los alimentos antes mencionados.
Estos nuevos alimentos deben de introducirse de manera gradual en pequeñas cantidades. Según la organización Mamare Castelló, al agregar nuevas comidas deben de espaciarse unas de las otras para observar las reacciones que estas pueden presentar en el cuerpo de los pequeños, como diarrea, erupciones, y llanto incontrolado.
“Las legumbres como frijoles, arvejas, lentejas, garbanzos y maníes, son buena fuente de proteína y se deben agregar a la dieta del niño. Se pueden moler o dar en papilla antes o después de cocinarlas”, indica. Estos alimentos, además de suministrar energía y proteína, también aportan hierro.
Aunque los efectos de una adecuada alimentación pueden deberse a que los sistemas de información no alcanzan a toda la población guatemalteca, también se debe a la inaccesibilidad de los alimentos necesarios para alimentar adecuadamente a los menores.
Esta situación se refleja en la elevación de los precios de la Canasta Básica Alimentaria, que según el Instituto Nacional de Estadística (INE), de marzo del año pasado a marzo de este año, subió 221.40 quetzales.
LA MADRE
Otro punto importante en esta situación, es la dadora de alimentos: la madre. Arana recomienda que las progenitoras deben de mantenerse correctamente hidratadas, es decir, durante el tiempo de lactancia deben de tomar de 12 a 14 vasos de agua diarios, y mantener una dieta con alto contenido en hierro y calcio, lo que no solo ayuda a las madres a mantenerse saludables sino que las ayudará a espaciar sus embarazos.
La adecuada alimentación de los niños desde el inicio, tiene un gran impacto en el desarrollo físico a lo largo de sus vidas que además ayuda a fortalecer sus defensas, pero es importante que las familias guatemaltecas conozcan la manera indicada para lograr esto –métodos y formas de accesibilidad a los alimentos–, de manera de que el crecimiento de sus hijos sea una garantía de salud.
ALIMENTOS COMPLEMENTARIOS
De 9 a 12 meses: yema cocida y pescado blanco.
De 12 a 14 meses: clara de huevo, pescado azul, marisco, melocotón, fresas y kiwis.
NECESIDADES DE ENERGÍA
PRIMER AÑO DEL NIÑO
Requerimiento de energía (kcal/kg)
0-3 meses, 120
3-6 meses, 115
6-9 meses, 110
9-12 meses, 105
Promedio: 112 kcal/kg
AFECTO
De acuerdo con la asociación Mamare Castelló, alimentar a un bebé no solo cumple en sí la tarea de ayudarle a crecer sano y fuerte sino que refuerza los lazos afectivos y la relación de contacto humano, herramientas básicas en la vida.
«Es importante que no se asocie la comida a la tensión y el estrés o emociones desagradables, –por– que le provocarían ansiedad y posible rechazo –a los alimentos al menor–», refiere el documento.
