POR ACISCLO URÍZAR
aurizar@lahora.com.gt

Otto Pérez Molina, presidente de Guatemala y Enrique Peña Nieto, presidente de México, suscribieron el 30 de abril de 2014, en Mérida, Yucatán, México, el convenio de entendimiento que dará paso a la construcción de un gasoducto.

_Foto 1Un gasoducto es una construcción de tuberías de acero por las que el gas natural circula a alta presión desde el lugar de origen hasta el centro de distribución; algunos los construyen en la superficie terrestre y otros de manera subterránea, con una profundidad que oscila entre uno a dos metros.

De acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas, el gasoducto que unirá Guatemala con México contará con 600 kilómetros de extensión y recorrerá 420 kilómetros de México y 180 en Guatemala.

El costo del proyecto, que oscila entre US$800 millones y US$1,000 millones, será proporcional, según la extensión en cada país, y será financiado por el Banco Interamericano de Desarrollo. La empresa Pemex Exploración sería la encargada de la construcción del gasoducto.

La pregunta que no se respondía, hasta ahora, es quién se beneficiará del megaproyecto.

BENEFICIOS DEL GASODUCTO
De acuerdo con el Ministerio de Energía y Minas, entre los beneficios que este proyecto podría traer a nuestro país, están: Ser parte de la red de gasoductos más grande del mundo, pues el país se convertiría en el primer país del istmo en tener acceso a reservas a nivel mundial, y además se lograría la importación de gas natural de forma segura, para generar energía eléctrica a precio competitivo.

La postura también indica que se impulsaría una generación importante de empleo directo e indirecto a lo largo del sector donde se construirá el gasoducto, sumado a ello se podrá tener acceso a gas natural procedente de Estados Unidos y de Canadá, considerados como países que poseen importantes reservas a nivel mundial. Se construirían zonas francas y complejos industriales en la ruta del gasoducto.

Al generar energía eléctrica con gas natural a precios competitivos más inversionistas se interesarían en ampliar la generación eléctrica de hidrocarburo menos contaminante.

Guatemala se convertiría en la conexión principal de gas natural para el resto de países centroamericanos. En aspectos ambientales también se vería un cambio considerable, tomando en cuenta que la generación de energía eléctrica con gas natural es menos contaminante y más barata que la producida con otros derivados del petróleo.

Contar con una terminal de gas natural en Escuintla, facilitaría el transporte terrestre del mismo al interior del país, en posibles inversiones de plantas generadoras.

OPINIONES ENCONTRADAS
_foto temaEl analista financiero, Carlos González Arévalo, de Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asies) da el beneficio de la duda a este proyecto.

“Se espera un efecto positivo en el precio hacia al consumidor final. Básicamente ese es el propósito del proyecto. Entiendo que esto va ser financiado por organismos internacionales y creo que todo proyecto de inversión tenemos que verlo bien. Es decir, si hay que contraer deuda por proyectos de inversión, vale la pena porque es positivo”, explicó.

González Arévalo indica que este proyecto sería de gran beneficio para la población guatemalteca porque “el gas viene mayoritariamente de ese país (México) y en vez de utilizar camiones u otros medios para transportación, teniendo el gasoducto se haría a un menor costo y uno espera que este beneficio final llegue a los hogares, a la industria, a los comercios, a toda persona que utilice gas propano, incluso vehículos lo utilizan, eso es lo que se ve venir y esperamos que así se concrete”, añadió.

Sin embargo, Julio González, Activista del Colectivo Ecologista Madre Selva, se muestra escéptico sobre los beneficios que podrían obtenerse de este proyecto. “En teoría, nada más en teoría, permitiría el abaratamiento del gas, porque ya no se trasportaría por barco o en pipas”, afirmó.

Sin embargo, señala que hay que entender la situación de energéticos, porque el precio del gas no bajará de la noche a la mañana, es probable que no baje y que todo sea una ilusión, y se quede precisamente en eso.

Por su parte, Luis Ayala, Director General de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas, asegura que con este proyecto la tarifa de energía eléctrica tendría una considerable baja en su precio, lo cual beneficiaría a los guatemaltecos.

“El Convenio que se firmó lo que permite es integrar equipos de trabajo que hagan factible la introducción de gas natural a Guatemala. Con la introducción de gas natural a Guatemala, la beneficiada será la generación eléctrica. Podría ser finalmente lo que reduzca la tarifa eléctrica en Guatemala, el gas natural siempre tienen un precio mucho más bajo que las actuales formas de generación, ya sea con búnker, con diésel o con carbón.

Ayala informa, además, que el sector industrial se vería favorecido, ya que industrias que requieren muchas formas de energías muy fuertes o muy grandes podrían verse beneficiadas de contar con gas natural en la región”, señaló.

Agrega que estos beneficios los obtendrá la población en el tema de tener una tarifa eléctrica más baja. Además, nuevas industrias invertirían en Guatemala, sabiendo que se cuenta con generadores de energía a base de gas natural, lo cual generaría una mayor cantidad de empleos, mayores inversiones, lo que redunda en beneficio para las familias pobres.

Julio González advierte que el gasoducto no influirá de manera favorable en la economía de los guatemaltecos, “esto es como el tema de la gasolina, el precio no va bajar, en este caso obviamente lo que se va ahorrar en el transporte va redundar en mayores ganancias para las empresas que se dedican a eso.

La entrada del gasoducto abrirá una guerra económica, porque los transportistas perderían bastante, económicamente hablando, y no van a dejar que eso suceda así de fácil. Los dueños de transporte, son grupos de poder que manejan influencias en el Congreso. Según indica el activista.

Se va mantener un abastecimiento más fluido, pero va depender, igual que el petróleo, de los vaivenes de la Bolsa de Valores, por lo que el precio del gas no bajará.

Al contar con otro medio para transportar el gas natural, los dueños del transporte pesado pierden; despedirían a choferes, se perderían concesiones para el transporte pesado, los lugares donde se almacenan. No hay que desestimar la dependencia que se generaría de México con el gasoducto.

IMPACTO AMBIENTAL
Julio González asegura que no se puede saber a ciencia cierta el impacto que este proyecto tendrá en el tema ambiental, puesto que no se han realizado estudios ambientales por parte de ninguna institución de gobierno.

Añade que, con la introducción del gasoducto también se introducirá un riesgo. La entrada de este proyecto se va convertir en una situación peligrosa, las autoridades de gobierno no deben obviar ese tema. Debe existir a estas alturas un estudio de impacto ambiental, sabiendo que nuestro país es altamente sísmico y si el proyecto va pasar por San Marcos o Huehuetenango, en los dos hay fallas geológicas, afirmó González.

Por otro lado, Luis Ayala, del MEM, indica que todo proyecto tiene un impacto ambiental. Por el área donde se pretende realizar considera que tendrá un impacto ambiental bastante bajo, porque se pretende realizar en la zona agroindustrial del sur del país, donde ya está instalada un gran cantidad de industria.

“Creemos que este proyecto es importante para la industria del país, y esperamos que pueda tener una repercusión en Centroamérica, ya que mercados grandes como el de El Salvador y Honduras podrían verse beneficiados también en la introducción de este combustible dentro de sus matrices”, agregó.

Carlos González de Asies, cree que el impacto ambiental podría ser mínimo, “si es así como a mí se me ocurre, no he visto planos, para aprovechar las brechas que ya hay, ya sea la del tren o brecha de carreteras, para que no haya que talar tanto árbol. Siendo algo que viene bajo tierra, no debería haber ninguna salida del combustible hacia el ambiente. Lo lógico sería que se haga por las brechas ya existentes”.

El riesgo de un sismo pondría en grave peligro a la población cercana y a la naturaleza, porque podría romperse la tubería, un incendio de gas difícilmente podría ser controlado por los cuerpos de bomberos que tenemos. Por otro lado, podrían verse afectados los ecosistemas naturales del país.

Julio González menciona que las autoridades deben tomar en cuenta los siguientes puntos: Por dónde pasará la tubería, qué áreas están pobladas, la zona de la falla geológica. Los aspectos geopolíticos también deben ser objeto de análisis, pues el gasoducto podría convertirse en objetivo de sabotaje económico, como lo hacen los pueblos pobres de Nigeria que se roban el petróleo, rompen el ducto y empiezan a cargar barriles.

Actualmente el petróleo está pasando por un período de escasez, por lo que se está aprovechando al máximo el gas natural. Esto también puede ser motivo de conflicto político. Van a desaparecer las industrias pequeñas que ya tienen un historial y una tradición en el país, principalmente aquellas que desde hace muchos años se han dedicado a la venta del gas propano. Porque ahora viene un monopolio que ya trae nombre y apellido, señaló González.

Añadió que debe realizarse un estudio para determinar las condiciones demográficas del lugar donde será la planta central donde van almacenar el gas, pues a criterio del experto, esa zona es considerada de riesgo por la sobrepoblación existente y por sus condiciones climáticas.

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