POR CLAUDIA PALACIOS
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Según Siekavizza, al principio el caso fue ingresado a un juzgado de Mayor Riesgo porque existían dos motivos de preocupación: el primero era proteger a Petrona Olga Say, empleada doméstica de la pareja, y principal testigo del caso, y el otro era que no se había esclarecido la participación de Alejandro de la Vega Monzón, en el crimen.

Una vez superadas ambas situaciones la familia pidió que se trasladara el caso a un órgano especializado con el objetivo de facilitar el proceso. La fiscalía ha repetido en varias ocasiones que Cristina Siekavizza podría haber muerto como consecuencia de agresiones físicas por parte de su esposo, Roberto Barreda, principal sospechoso del caso

Petrona Say testificó en una audiencia de anticipo de prueba, confirmando la teoría de la fiscalía. La testigo eficaz declaró que el día de la desaparición la pareja había tenido una pelea y que luego encontró evidencia de rastros de sangre en el baño de la vivienda.

Por otro lado, Alejandro de la Vega Monzón, detective privado, que en un principio se pensó había contratado la Familia Siekavizza para investigar la desaparición de Cristina y que luego se vinculó al encubrimiento del crimen, fue encontrado muerto a balazos en su residencia.

Juan Luis Siekavizza también expresó extrañeza porque aún no han sido notificados sobre el amparo interpuesto ante la Corte de Constitucionalidad para recusar a la jueza Carol Patricia Flores, que conoce el caso en el Juzgado A de Mayor Riesgo.

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