
Los enjambres sísmicos han sido eventos geológicos que a lo largo de la historia han marcado la vida cotidiana de los capitalinos en los distintos asentamientos en los que la ciudad ha estado.
Aunque en la historia reciente, estos eventos se registraron principalmente en Santa Rosa, el departamento de Sacatepéquez ha sufrido los embates de la naturaleza en distintas oportunidades.
La historia refiere a dos eventos que cambiarios la vida social de sus habitantes, el primero en 1717, cuando a lo largo de tres meses los movimientos sísmicos generaron caos. De acuerdo a los registros y a diferentes estudios, el 27 de agosto de ese año comenzó una actividad en el volcán de fuego, lo que provocó alarma en la población.
Enjambre sísmico: geofísico explica por qué algunos temblores se sienten con más fuerza que otros
EL TERREMOTO DE SAN MIGUEL
Giovanni Peraldo Huertas y Walter Montero Pohly en su ensayo, «La Secuencia Sísmica de agosto a octubre de 1717 en Guatemala, Efectos y Respuestas Sociales», refieren a que por el poco conocimiento sobre el tema se confundían las actividades volcánicas con las actividades tectónicas, sin embargo, un hecho quedo claro, la actividad del 27 de agosto, quedó marcada, pues días después comenzaron una serie de sismos que remecieron la ciudad.
Finalmente, en la mañana del 29 de septiembre de 1717, día de San Miguel Arcángel, se registró un movimiento telúrico de gran magnitud que destruyó buena parte de la ciudad, posteriormente se registraron replicas que según los datos históricos, hicieron creer que la duración del sismo fue de más de una hora.
Las réplicas continuaron y finalizaron hasta el 3 de octubre, que terminó con la seguidilla de movimientos, dejando destrucción en la capital del reino.
EL TERREMOTO DE SANTA MARTA
Medio siglo después, se registró otra serie de movimientos, que la aún golpeada ciudad de Santiago de los Caballeros resintió de gran manera.
Desde el 11 de junio de 1773, la capital de reino empezó a resentir movimientos sísmicos que se extendieron a lo largo del tiempo, en todo el área de Sacatepéquez, que alertaron a la población.
Sin embargo, el día de Santa Marta, 29 de julio, un sismo que se calcula pudo haber tenido una intensidad de 7.5 grados azotó la ciudad, causando destrucción significativa de la ciudad, al que le acompañó una serie de réplicas que se prologaron por espacio de seis meses.
De acuerdo a la historia, desde el 11 de junio hasta el 29 de julio, los sismos fueron incrementando su intensidad, hasta el evento mayor, posterior este continuaron los movimientos disminuyendo su fuerza.
Estos movimientos obligaron al cabildo de la ciudad tomar la decisión de trasladar la capital, reubicándola en lo que hoy conocemos como el Valle de la Virgen y estableciendo la Nueva Guatemala de la Asunción.
Tanto en los terremotos de San Miguel como los de Santa Marta, los movimientos se cree que estuvieron realizados con actividad de la falla de Jalpatagua.
EL TERREMOTO DE SAN GILBERTO
A diferencia de los sucedidos en la antigua Santiago de los Caballeros, el 4 de febrero de 1976 se registró uno de los terremotos más potentes de la ciudad que afecto buena parte del territorio.
No obstante, en este sismo, no hubo un enjambre previo, sino un movimiento repentino seguido de réplicas que finalizaron en los días próximos.
Este movimiento se registró como parte de una actividad de la falla del Motagua, en el cual se registró un total de 23 mil fallecidos y 77 mil heridos aproximadamente.
Falla de Jalpatagua: protagonista de enjambres sísmicos en el país
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