Después de varios días de audiencia, el Juez B del Juzgado Décimo Penal, Jimi Bremer, ligó a proceso penal a 15 de 16 implicados en el caso denominado «Piratas de la Muerte», al considerar que hay suficientes indicios en su contra para seguir investigando.
Según la determinación del juzgador, solamente Juan Bautista Roblero Ovalle, quien fue señalado del delito de asociación ilícita, fue dejado fuera del caso tras dictar falta de mérito a su favor. Roblero Ovalle es padre de otros dos de los acusados, y se determinó que este no tenía vinculación al proceso por los hechos en los cuales sus hijos podrian haber participado, pues aunque un vehículo que está bajo investigación estaba a su nombre, se estableció que este no lo utilizaba.
Mientras tanto, en el caso de: Gelmer Juanito Roblero, Wilder Augusto Roblero, Christian Mauricio Barillas, Carlos Barillas, Andrés Yoc Yax, Elmer Antonio Godoy, Emilio Barrera, Marlon Pérez, Miguel Ángel Tiul, Josué López, Edgar Xiloj, Milton Alaín León, Maritrini Medrano, Edwin Dueñas y Berta Mejía, quedaron ligados a proceso penal.
Entre los delitos por los cuales estos deben seguir siendo procesados están: asociación ilícita, asesinato, plagio o secuestro, robo agravado, asesinato en grado de tentativa, conspiración para el robo agravo, robo de equipo terminal móvil, conspiración para el asesinato, conspiración para el uso fraudulento de tarjetas de crédito, uso fraudulento de tarjetas de crédito, cohecho pasivo, obstrucción de justicia, comercialización de equipo terminal móvil y tráfico de influencias.
Mientras tanto, los ligados fueron enviados a prisión preventiva mientras se le concedió un plazo de tres meses al Ministerio Público (MP) para que concluya la investigación
Caso Piratas de la Muerte: 20 fallecidos y 16 sobrevivientes, así operaba la estructura
EL CASO
La investigación detalla que la estructura tendría sus operaciones principalmente en las zonas 1, 3, 4, 6, 7, 8, 9, 10, 11 y 12 de la ciudad capital, operando los días jueves, viernes y sábados, así como días de pago y feriados y/o asuetos.
Los delincuentes se centraban en el control de las víctimas, identificaban si llevaban objetos de valor y luego se ganaban la confianza de las víctimas ofreciendo bebidas y servicios de transporte.
Las bebidas eran ofrecidas antes o durante el ingreso a las unidades de transporte, pero las adulteraban con fármacos relajantes, como medicamentos contra la depresión, la ansiedad, las alucinaciones y los espasmos.
El momento en que las víctimas se relajaban y llegaban al punto de estado de coma, era aprovechado por los criminales para despojar de sus pertenencias a las víctimas, que eran abandonadas.
Las víctimas fallecían por intoxicación a causa de los fármacos, por una sobredosis que ocasionó pancreatitis hemorrágica.
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