César Reyna espera sentencia por el delito de trata de personas y lavado de dinero. Foto La Hora: José Orozco
César Reyna espera sentencia por el delito de trata de personas y lavado de dinero. Foto La Hora: José Orozco

El Ministerio Público (MP) solicitó al Tribunal Quinto de Sentencia Penal que condene a César Reyna a una pena de 16 años de prisión por los delitos de trata de personas y lavado de dinero, además de una suma de más de medio millón de quetzales, al considerarlo culpable de explotar mujeres, junto con su esposa, en un negocio denominado «El Escondite de los Placeres».

Desde 2017, las autoridades realizaron una serie de allanamientos que dieron con el lugar, donde se ubicó a un grupo de mujeres que fueron usadas para explotación sexual, en el lugar se ubicó a dos hombres «utilizando los servicios» quienes fueron puestos a disposición de juez competente y que ya fueron condenados por estos hechos.

Durante la audiencia, Reyna decidió romper el silencio y contar su versión de los hechos, donde nunca negó la existencia de la casa cerrada, ni tampoco el uso de mujeres para explotación sexual, ni las transacciones producto de lavado de dinero.

Reyna, esposo de Wendy Nineth Carrillo Pivaral, explicó ante el Tribunal, que ninguno de los dos se dedicaban a esta actividad anteriormente, pues cada uno tenía su trabajo y vida; sin embargo, problemas de fertilidad, despido en el trabajo y otros aspectos, llevaron a Carrillo a entrar en una depresión.

Ante la falta de ingresos y derivado del gusto por los perros, Reyna inició un negocio de veterinaria y atención a los animales, por su parte Carillo inicio un negocio de asesoría laboral, pero al no funcionar, dicho local lo utilizó para contratar mujeres y que estas dieran servicios sexuales.

«Yo no las conocí, yo hablé con un par de ellas una vez porque una vez una me llamo porque problemas con su perrito, y la otra si me llamó específicamente por un problema que había tenido Wendy», explicó Reyna.

«AHÍ SÍ ERA SU ESPOSO»

Según indicó, en esa segunda llamada se hacía el reclamó de una falta de pago, pues su esposa había tenido problemas. «Wendy me manifestó que había tenido problema con ella, porque ella estaba cobrando más de la cuota por el tiempo que había estado con un cliente, pero ese no fue el problema, el problema fue que esta muchacha estaba inconforme y amenazó a Wendy, la amenazó que ella no sabia en lo que estaba metiendo».

Reyna reiteró que aunque tenía conocimiento de las acciones de su esposa, nunca administró o conoció detalles a fondo de las actividades de Carrillo. Según relató durante esa llamada «Ahí sí me tomó en cuenta como su esposo, de ahí para todo no me tomaba en cuenta, necesito que hables con ella porque me amenazó».

El acusado afirmó que para frenar las acciones contra su esposa, este la amenazó con denunciarla al Ministerio Público.

Durante su intervención, Reyna indicó también que las acciones de su esposa llegaron a interrumpir la vida familiar de estos, pues un domingo por la mañana mientras desayunaban, Carrillo recibió una llamada donde está «le dio a un cliente todo el menú sexual que ofrecían», para así concertar una cita con las mujeres que ahí eran explotadas.

«Mira le dije yo cuando colgó, eso no lo hagas, los domingos estas conmigo, yo no sé como serás allá porque incluso por eso se cambió su nombre, si, pero respétame pues», afirmó que le recriminó.

Así también indicó que durante la primera Navidad que ya tenían dicho negoció, Carillo le informó que debía irse a la Antigua Guatemala «a trabajar» pues había hecho un contacto con otra persona que tenía un negocio igual al suyo y contactaban clientes que visitaban dicha ciudad. «Me dijo que si no tenía alguna muchacha y me la voy a llevar, me voy a ir con ella y porque ella necesita protección, yo la tengo que proteger, tengo que ver que todo lo haga y obviamente yo soy la que voy a cobrar», indicó que fueron las palabras de Carillo.

LAVADO DE DINERO

Reyna afirmó ante los juzgadores que las transacciones por las que el MP acusa de que existe lavado de dinero, si existieron, pero que asegura, no fue con la finalidad de ocultar el origen de los fondos, sino por hacer giros, ya que no recibía ni una sola ganancia del negocio de su esposa.

Supuestamente, dichas transacciones se debieron a que Carrillo se ofreció a cambiarle una cantidad de dólares, entonces para obtener un beneficio económico más alto, esta le aseguró que conocía a una empleada bancaria que le daba una taza de cambio más alta, por lo que le solicitó los dólares y a cambio esta le depositaba.

El acusado indicó que aunque sabía a qué se dedicaba su esposa, una vez las mujeres explotadas «estuvieran de acuerdo», no se estaba cometiendo delito.

Luego de escuchar a todas las partes, el Tribunal fijó para el próximo 27 de noviembre la fecha de la sentencia y determinar si Reyna es culpable o inocente.

Sergio Osegueda
Periodista con experiencia de 16 años. Apasionado por las tradiciones de nuestro país.
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