
El primer superintendente de Competencia, Jorge Miguel Castillo, tiene claro que la institución, que desde ya preside, necesita de los mejores profesionales, entre abogados y economistas, para investigar posibles prácticas anticompetitivas en Guatemala, que genere mejores condiciones que permitan a las empresas competir en igualdad de condiciones.
Castillo, juramentado en el cargo el pasado 13 de octubre, conversó con La Hora sobre los objetivos que se traza en el cargo, y en ese sentido dijo que planea comenzar la contratación de personal, para enviarlos a capacitar a otros países y organismos internacionales para que a finales del 2026 pueda ya estar en funcionamiento pleno la Superintendencia, en la investigación de prácticas anticompetitivas.
El nuevo funcionario no se atreve a dar un diagnóstico puntual de la situación de competencia en Guatemala y dice que los profesionales que estarán en la institución serán los encargados de hacer dicha evaluación.
No obstante, Castillo considera que la situación de cada país es diferente y que muchas veces «el problema no está en los agentes económicos, sino en las regulaciones», razón por la cual, dice, se deberán revisar cuáles de estas leyes pueden estar perjudicando la libre competencia.
De igual forma, el funcionario reconoce que la Ley de Competencia por sí sola «no es una panacea» y «no generará más felicidad o corregirá los problemas estructurales». Sin embargo, enfatiza, en que sí se pueden generar condiciones para que las empresas innoven, inviertan en tecnología y amplíen la oferta de bienes y servicios y con ellos se beneficie al consumidor final.
En la entrevista, también explica qué son prácticas competitivas, qué espera de los agentes económicos y por qué la institución no se va a politizar.
¿Quién es Jorge Miguel Castillo, el primer Superintendente de Competencia y sus primeras acciones?







