Juan Cruz, uno de los exasesores de Donald Trump, hace un repaso del segundo Gobierno

Sergio Morales

Pocos días después de que asumió el cargo, el presidente de Estados Unidos (EE. UU.), Donald Trump, parece estar dispuesto a cumplir a cabalidad sus promesas de campaña, al menos en cuanto a la deportación de miles de migrantes que permanecen en aquel país en situación irregular.

Este tema, junto con el del tráfico de drogas serán dos de sus principales prioridades en su segundo mandato (2025-2029), dice Juan Cruz, un exasesor de Trump, quien estuvo a cargo del Consejo de Seguridad Nacional en el primer mandato del gobernante estadounidense y que también fue jefe de la CIA (Agencia Central de Inteligencia, en inglés) de EE. UU. en Colombia.

En una conversación con La Hora, Cruz se refiere a este y otros aspectos que se verán en los próximos cuatro años del recién estrenado gobierno norteamericano, subrayando en que no se debe soslayar el hecho de que EE. UU. tiene por primera vez un secretario de Estado de origen latino, Marco Rubio, lo cual es “sumamente positivo” para la región.

No obstante, afirma que Rubio trabajará en línea con las ideas y políticas de Trump, ya que su designación precisamente demuestra las prioridades en política internacional. Añade que el mandatario estadounidense es un inversionista y que, por lo tanto, siempre pondrá sobre la balanza los riesgos y el retorno de dichas inversiones.

  1. MIGRACIÓN

En primer lugar, Cruz afirma que la migración irregular y las deportaciones serán claves durante su mandato porque el abordaje de estos temas fue prioritario durante la campaña y elección. Además, es de las preocupaciones más sentidas entre los ciudadanos estadounidenses.

En los primeros días de Trump como presidente de EE. UU. se ha mantenido el ritmo de las deportaciones hacia Guatemala, con el ingreso de tres a cuatro vuelos por día, que traen un promedio de 100 migrantes.

Asimismo, en EE. UU. el servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, en inglés) ha llevado a cabo operativos en busca de extranjeros con cargos criminales, que permanecen en el país sin autorización.

Estos se han producido, incluso, en ciudades que tradicionalmente han sido amigables con los migrantes, como en Nueva York o Illinois, Chicago. En este sentido Cruz considera que puede haber un giro inesperado con el abordaje que se hará de estas “ciudades santuario” las cuales podrían enfrentar problemas para acceder a fondos federales si insisten en proteger a los extranjeros en situación irregular.

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Las redadas en busca de migrante en situación irregular aumentarán, ya que el tema es prioridad del presidente Donald Trump, dice uno de sus exasesores. Foto: La Hora / AP.

En su primer mandato (2017-2021) Trump ya intentó tomar acciones en contra de estas ciudades. De esa forma, firmó un decreto ejecutivo por medio del cual pretendía retenerles los fondos, aunque judicialmente no prosperó. Asimismo, otra de las iniciativas adoptadas por el gobernante fue la de enviar a estas ciudades santuario a los migrantes que entraban de forma irregular y eran liberados.

  1. NARCOTRÁFICO

La lucha contra las drogas es otra de las prioridades del presidente Trump cuyo fin primordial es proteger a los ciudadanos americanos, afirma Cruz. En este sentido, agrega, el mandatario está dispuesto a dar otro enfoque al abordaje del tema puesto que, la administración de Joe Biden se centró en la lucha contra el fentanilo, producido principalmente en México, y descuidaron a países como Colombia, Perú y Bolivia que tuvieron récords históricos en la producción de cocaína.

Una de las primeras acciones de Trump como presidente de EE. UU. fue declarar a los carteles del narcotráfico como “organizaciones terroristas”. Esto implica, a criterio de Cruz, que se les envía un mensaje fuerte a estos grupos de que “no le tiembla la mano”.

El 2 de enero de 2020, en el último año del primer gobierno de Trump, drones estadounidenses ejecutaron en la salida del aeropuerto de Bagdad, Irak, al general iraní Qasem Soleimani, a quién se le acusaba de matar a cientos de ciudadanos norteamericanos.

Este hecho tuvo como fondo la lucha contra organizaciones terroristas. La pregunta, ahora, es ¿Cómo va a actuar EE. UU. con regímenes que, se sabe, tienen claros nexos con el narcotráfico? ¿Acaso estaría dispuesto a tomar acciones severas en contra de estos gobiernos, como los de Venezuela o Nicaragua?

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El presidente Donald Trump clasificó a los carteles del narcotráfico como «organizaciones terroristas». Foto: La Hora / EFE.

El exasesor de Trump se limitó a responder que esa es una consideración que alguna gente trata de hacer, pero que, al momento, “no hay nada claro”.

3. CHINA Y TAIWÁN

El debate mundial entre China y Taiwán también será de importancia para Donald Trump, considera Cruz. No obstante, cree que la isla ha perdido peso y, hoy por hoy, ser una administración “anti China” no necesariamente significa que se es “pro Taiwán”.

En la práctica, esto significa que Taiwán —el mayor productor de semiconductores del mundo— tendrá que hacer sus propios esfuerzos para posicionarse mejor frente al gobierno de Trump, afirma.

El mandatario republicano es un inversionista, recalca Cruz, al hacer la analogía desde el punto de vista económico, por lo cual en cada acción el gobernante evaluará los riesgos y analizará cuándo retornará una inversión.

Si el día de mañana China invade Taiwán, Trump pondría sobre la mesa la conveniencia de entrar a una guerra, pero las preguntas básicas a responder serían ¿para qué y con qué objetivo? “Eso tiene preocupados a los taiwaneses”, manifiesta.

China ha experimentado una expansión de su influencia a nivel mundial. Latinoamérica no es la excepción. En el continente, sobran los dedos de una mano para contar a los países que aún reconocen a Taiwán como una nación independiente y mantienen con ella relaciones diplomáticas. Uno de estos países es Guatemala.

El primer mandato de Trump se caracterizó por la “guerra comercial” que mantuvo con el gigante asiático, que lo llevó ordenar un incremento de aranceles a los productos chinos y limitar el ingreso de compañías tecnológicas, medida que fue correspondida de la misma manera por Pekín.