María José viajó a Retalhuleu en la segunda semana de diciembre para pasar unos días de descanso con su familia.
El 14 de diciembre tuvo que regresar a la capital para cumplir con un compromiso académico que tendría un día después.
Abordó un bus extraurbano de línea directa ese viernes 14, a las 16 horas, pero no se imaginaba que llegaría a su destino —la capital guatemalteca— hasta el día siguiente.
Puntualmente, el bus llegó a la terminal de destino a la 1.30 de la madrugada ya del 15 de diciembre.
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— Diario La Hora (@lahoragt) December 28, 2024
La historia de María José se repite en innumerables ocasiones. Viajeros que necesitan ir al suroccidente por la ruta CA-2 Occidente (al Pacífico), deben lidiar con el calvario que representa ese tramo con múltiples embotellamientos que se han agravado con los años.
Al tráfico, por años conocido, del paso en San Bernardino, Mazatenango y Cuyotenango, municipios de Suchitepéquez, se agrega ahora el paso por el puente Nahualate, en el kilómetro 136 de la ruta, que debido al colapso parcial se tiene que atravesar con lentitud, lo que también causa enormes filas de vehículos.
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Antes, recuerda María José y su familia, llegar a Retalhuleu les tomaba unas cuatro o cinco horas y todavía se tomaban tiempo para pasar a desayunar a algún municipio a lo largo de la ruta o donde antes funcionaba el puesto de control Moscamed a cargo del Ministerio de Agricultura, en San Antonio Suchitepéquez.
Ahora, el tiempo de tránsito se ha duplicado y en ocasiones triplicado, y los que viajan por turismo o comercio son quienes sufren las consecuencias.
En algún momento, en 2012, durante el gobierno de Otto Pérez Molina, se habló de ampliar la carretera a cuatro carriles, de convertirla en moderna y de construir dos libramientos para evitar el tránsito por el centro de las áreas urbanas donde se forman los embotellamientos, pero todo fue un espejismo de corrupción.
En el trayecto de 130 kilómetros de esta importante ruta que conecta con México, desde Escuintla hasta Retalhuleu, todavía se ven partes de la carretera de cuatro carriles que se intentó construir y en Cocales están los parales de lo que sería el fallido inicio del libramiento.
El proyecto de más de Q3 mil millones fue adjudicado a la compañía de capital brasileño Norberto Odebrecht, que según Guatecompras, recibió pagos por Q1 mil 610 millones 373 mil, aunque solo hubo intentos de iniciarla.
ES COMPLICADO
Los transportistas de carga resienten el impacto con más frecuencia.
José Alejandro Ramírez, secretario ejecutivo de la Cámara Guatemalteca de Transportes, señala que el problema en CA-2 Occidente, al igual que en el resto de carreteras del país, es que existe un retraso de 30 años en la construcción de infraestructura y un déficit de 20 mil kilómetros de rutas.
“La infraestructura no crece al mismo ritmo que la cantidad de vehículos y de los usuarios de las carreteras”, se lamenta.
Particularmente, la CA-2 Occidente cruza un área que es “complicada” porque hay una presencia agroindustrial fuerte, que traslada banano, palma africana y azúcar, entre otros productos.
Además, se encuentran varios atractivos turísticos muy importantes, como los parques del Irtra, y es la ruta principal del transporte de carga que se dirige de Centroamérica a México y viceversa.
Ramírez añade que no hay infraestructura que cumpla con la demanda de movilidad en esa parte del país, en cuanto a seguridad y alcanzar una velocidad al menos moderada.
“Hay baches, mala señalización, carriles de solo una vía, eso hace lentísimo el tránsito y afecta”, asevera.
Coincide con que el tiempo de tránsito desde la capital hasta la frontera con México, pasó en años de 6 a 10 horas, y cuando ocurre algún accidente o protesta pueden ser hasta 14 horas o más.
El tiempo también se ha visto afectado, enfatiza, por el paso por el puente Nahualate y por la instalación de un puesto de control que varias instituciones colocaron desde hace meses en el kilómetro 85, porque se ralentiza el paso de vehículos.
Esto, dice el entrevistado, hace que Guatemala “tenga los sobrecostos más altos” en la región, lo que impacta al precio de los productos al consumidor final.
“Nosotros lo trasladamos —los sobrecostos— y los pagan los clientes y consumidores, eso es así en Guatemala y en el mundo”, subraya Ramírez.
IMPACTO EN EL TURISMO
Rolan Schweikert, presidente de la Cámara Nacional de Turismo de Guatemala (Camtur), indica que los problemas de embotellamientos causan que las personas decidan restar una noche de sus estadías en Retalhuleu, y cuando antes, en un viaje visitaban los parques del Irtra y Takalik Abaj, por ejemplo, ahora este segundo destino lo descartan.
Aunque hay problemas por el puente Nahualate y en el paso por Cocales, Schweikert dice que el más caótico es el paso desde San Bernardino hasta Cuyotenango.
“Esa parte se embotella y ya no camina. Un viernes es imposible llegar a Reu”, dice el presidente de Camtur, quien concuerda en que el tiempo de viaje desde la capital ese día puede ser de hasta 10 horas.
Agregó que algunos turistas han optado por cambiar sus horarios de viaje y hacerlos de noche o de madrugada, no obstante, esto representa riesgos de seguridad, ya que si ocurre algún inconveniente es más difícil encontrar ayuda.
Schweikert concluye que es urgente hallar soluciones a la infraestructura del sur del país.
“Si no, de balde se van a hacer ferias al extranjero y el Inguat promueve los destinos turísticos”, enfatiza, porque muchos extranjeros reclaman las largas horas de tráfico que se pasan en las carreteras guatemaltecas.
SOLUCIONES
La Hora consultó a la oficina de comunicación del CIV acerca de las soluciones que se plantean en la ruta, pero no respondió. Si lo hacen, se incluirá en este espacio.
Por el momento, con capital privado el año pasado inició la construcción de un libramiento que empieza en San Bernardino, Suchitepéquez, y que termina San Andrés Villa Seca, Retalhuleu, uno de los tramos más complicados en cuanto a embotellamientos.
Por ser privada la ruta se transitará con pago de peaje. Según reportes de prensa, estará finalizada en el 2025.
De igual forma, muchas personas que se dirigen a Retalhuleu desde la capital optan por tomar la ruta por el altiplano, la CA-2 Occidente o Interamericana y llegar hasta Quetzaltenango para luego bajar a la costa sur para tomar la ruta Cito-Zarco o Cito 180.
Aunque el tramo es más extenso, a la larga es menos estresante y toma menos tiempo.
Actualmente, en Guatecompras está adjudicado el proyecto para la construcción de un libramiento en Cocales, Patulul, Suchitepéquez, otro de los tramos complicados, pero la ejecución, adjudicada a la empresa Mauricio Valdez Construcción, por Q218.8 millones, está suspendida y se desconoce cuándo se reactivará.
El último movimiento que figura en Guatecompras es la modificación del contrato, que se efectuó el 12 de enero de 2024, a dos días del cambio de Gobierno.
HISTORIA DE CORRUPCIÓN
El consorcio brasileño de Odebrecht fue objeto de una trama de corrupción a nivel latinoamericano que se saldó con escándalos en varios países y la detención de altos funcionarios, incluidos expresidentes.
Aunque Guatemala no fue la excepción no hay sentencia contra ningún funcionario por el caso en el que, en su momento, se vinculó al exministro de Comunicaciones, Alejandro Sinibaldi, pero del que ha salido librado.
En una declaración que hizo al Ministerio Público (MP) cuando regresó a Guatemala, después de estar prófugo, reconoció haber recibido coimas y señaló a diputados y otros exfuncionarios.
En febrero pasado, el secretario general del MP, Ángel Pineda, dijo en una entrevista con La Hora que existe una investigación abierta en contra de 108 exdiputados de Congreso que en 2012 aprobaron otorgarle un proyecto millonario a la empresa brasileña a cambio de presuntos sobornos, que alcanzaron los Q250 mil por voto; sin embargo, hasta la fecha no se conocen resultados.
La pesquisa habría surgido a raíz del testimonio de Sinibaldi en contra de exdiputados, e incluso actuales congresistas.
El 21 de diciembre de 2016 el Departamento de Justicia de Estados Unidos (EE. UU.) reveló que altos funcionarios de la constructora brasileña Odebrecht reconocieron haber pagado alrededor de US$788 millones en sobornos a altos funcionarios de 12 países de Latinoamérica, a cambio de que se les adjudicaran obras de infraestructura.
Guatemala fue uno de los países señalados. De acuerdo con las declaraciones de los ejecutivos de la constructora, entre 2013 y 2015, Odebrecht hizo pagos corruptos por aproximadamente US$18 millones a autoridades de gobierno en Guatemala para obtener contratos de obras públicas.
Sinibaldi, según su declaración de 41 páginas, narra la maraña de cómo los excongresistas negociaron con Odebrecht para darle luz verde a la aprobación bajo el auspicio de la ex vicepresidenta Roxana Baldetti y el exmandatario Pérez Molina.
Los beneficios obtenidos por la empresa, a cambio de esas coimas, fueron de aproximadamente US$34 millones.
Las bancadas que apoyaron ese endeudamiento por el que Odebrecht presuntamente pagó sobornos fueron el Partido Patriota, Todos, UNE, Creo-Unionistas, FRG, Gana, PAN, Victoria, URNG, UCN, VIVA e independientes.
Y mientras se piensa en soluciones para la infraestructura y la justicia se encarga de enjuiciar a los responsables del desfalco de Odebrecht, quienes viajen al sur deberán seguir enfrentándose al tráfico en distintos puntos, quienes lo hacen por turismo probablemente piensen en otros destinos o a lo mejor pospongan su viaje.
“Fue desesperante. Sentía que no llegaba”, dice María José, quien reconoce, por el momento no le quedaron deseos de regresar.