La pandemia ha sido uno de los causantes de que empeore hambre en Corredor Seco. Foto: La Hora

Por MANUEL GARCÍA
mgarcia@lahora.com.gt

Según una publicación hecha por The Washington Post (WAPO), la inseguridad alimentaria que ha provocado una profunda crisis de hambre es una de las razones que obligan muchos guatemaltecos a migrar hacia los Estados Unidos.

De acuerdo con el medio internacional, en lo que va del año, más menores no acompañados procesados por agentes de inmigración son de Guatemala que de cualquier otro país.

“Los analistas y los funcionarios estadounidenses se refieren indirectamente a la pobreza como una causa subyacente de esa afluencia. Pero a menudo la razón es mucho más específica: el hambre”.

El WAPO dice que, “la crisis fue causada en parte por cosechas fallidas vinculadas al cambio climático, una serie de desastres naturales y una respuesta oficial casi inexistente. Las interrupciones de la cadena de suministro llevaron a un aumento en los precios. El costo de los frijoles en Guatemala subió un 19,6 por ciento el año pasado, según el Programa Mundial de Alimentos”.

Cosechas fallidas han significado un gran problema para Guatemala, debido a la desnutrición. Foto. La Hora/Archivo

En entrevistas con migrantes que se preparan para salir de Guatemala y otros que han llegado recientemente a Estados Unidos, el WAPO refiere que la mayoría ha mencionado que la inseguridad alimentaria como un factor importante en sus decisiones de marcharse.

“En las comunidades indígenas de las tierras altas occidentales del país, donde se va un número desproporcionado de personas, la tasa de desnutrición infantil crónica ronda el 70 por ciento, más alta que en cualquier otro país del mundo”, se detalla en el artículo.

Cifras de la Oficina de Aduanas y Seguridad Fronteriza de los Estados Unidos (CBP, por sus siglas en inglés), señalan que, entre octubre del 2020 y febrero del 2021, 64,217 guatemaltecos han sido identificados en la frontera sur de los Estados Unidos.

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UN CASO DE MILES

El WAPO centra la publicación en un caso reciente de desnutrición aguda severa detectado en Panzós, Alta Verapaz en donde un equipo de nutricionistas observó a Dilcia Cajbon, de 11 meses, “con las costillas visibles a través de la piel, y lo supieron de inmediato, desnutrición aguda severa, según Stefany Martínez, líder del equipo de UNICEF, mientras subían a la menor de edad a una balanza”.

Esta situación de inseguridad alimentaria se volvió más severa por las tormentas Eta e Iota, según expone WAPO, “Como muchos en este tramo rural de Guatemala, la familia de Dilcia solo tenía una comida al día. Las tormentas habían inundado la plantación de palma, la mayor fuente de empleo local. Para ganar lo poco que tenía para comer la familia, la madre de Dilcia había dejado de darle alimentos sólidos a su hijo menor”, se detalla.

EL HAMBRE ES LA RAZÓN DE LA MIGRACIÓN

El WAPO también cita una entrevista con un comunitario de Tinajitas, Panzós “Cuando dejamos de trabajar, dejamos de comer, dijo Guillermo Chub, quien planea emigrar en los próximos meses. Chub dijo que perdió su trabajo en la plantación de palma a fines del año pasado cuando el río Polochic se desbordó y destruyó las tierras de cultivo a ambos lados.

Además, señalan que, el gobierno envió alimentos que duraron solo un día. En consecuencia, como su familia redujo sus comidas diarias de tres a dos a una, decidió que era hora de irse a los Estados Unidos.

Una residente continúa extrayendo artículos de su casa después de que la inundaran los huracanes Eta e Iota del año pasado. (AP Foto/Moisés Castillo)

Panzós fue uno de los municipios priorizados por la administración Obama y el gobierno guatemalteco en 2015, cuando Estados Unidos intentó disuadir una ola migratoria previa. El presidente Barack Obama creó un paquete de ayuda de mil millones de dólares destinado a abordar las causas fundamentales de la migración, incluida la inseguridad alimentaria.

La publicación WAPO expone que la tasa de desnutrición en Panzós , y en todo Guatemala, ha aumentado a pesar de que se implementó un paquete de ayuda de mil millones de dólares destinado a abordar las causas fundamentales de la migración, incluida la inseguridad alimentaria por el ex presidente Barack Obama.

Las causas que han generado esta situación son, “El impacto colectivo de huracanes, sequías, una contracción económica y un gobierno aparentemente indiferente a la desigualdad ha superado con creces cualquier esfuerzo de desarrollo fragmentado. A este ritmo, se necesitarán 100 años para que Guatemala erradique la desnutrición crónica”, dijo Carlos Carrera, director de país de UNICEF”.

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NIVEL DE EMERGENCIA DE INSEGURIDAD ALIMENTARIA FASE 4

El Washington Post indica que un nuevo informe del Programa Mundial de Alimentos predice que 428.000 guatemaltecos habrán alcanzado un nivel de emergencia de inseguridad alimentaria de “Fase 4” este año, el más alto antes de la hambruna.

“Ahora, mientras el gobierno de Biden se prepara para lanzar su propio paquete de ayuda de 4.000 millones de dólares destinado a reducir la migración desde Centroamérica, los funcionarios estadounidenses están descubriendo de nuevo cuán profundamente arraigadas están las causas. A pesar de que el producto interno bruto de Guatemala ha crecido, su tasa de desnutrición ha seguido aumentando. El año pasado, la pandemia empujó a un millón más de guatemaltecos a la pobreza, según el Banco Mundial” se lee en la publicación de WAPO.

En el departamento de Quiché, los agricultores dijeron que sus cosechas del año pasado fueron devastadas, además el costo del fertilizante había aumentado y las restricciones de movimiento durante la pandemia significaron que los agricultores no pudieron encontrar trabajos de jornaleros para compensar esas pérdidas.

Juan Hernández, de 45 años dijo a WAPO que pasaron días sin comer y ahora planea dejar su pueblo de Xix en los próximos días. “A veces solo compartimos tortillas”.

“Un contrabandista está cobrando $ 15,000 por llevarse a Hernández y su hija de 19 años a Florida, dijo. No tenía un solo dólar, pero pedía prestado el dinero a intereses de amigos que ya vivían y trabajaban en los Estados Unidos. Con un acceso cada vez más fácil a los traficantes de personas y los préstamos para pagarlos, muchos aquí ahora sopesan los riesgos de la migración frente a un empeoramiento del nivel de vida”.

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En el municipio de Cuilco el año pasado, una tormenta sin precedentes arrasó acres de campos de maíz, devastando tanto el mercado laboral del área como su fuente de alimentos de un solo golpe. Celso, de 16 años, tuvo una conversación con su padre mientras la familia de cinco luchaba por juntar tres comidas al día. Como hijo mayor, se le consideraba responsable de la familia. “Ambos decidimos que debería ir a ayudar”, dijo a WAPO.

Celso llegó al sur de Florida en enero. Le debía a su contrabandista $ 8,000, por lo que comenzó a cortar madera contrachapada en un sitio de construcción por $ 10.50 la hora, en lugar de asistir a la escuela secundaria. Está estudiando inglés por la noche.

“Vine porque no teníamos nada para comer”, dijo Oscar, de 12 años, a un camarógrafo de Agence France-Presse entre lágrimas la semana pasada después de cruzar el Río Grande. Caminó por un camino de tierra con un grupo de otros niños y familias, todos buscando entregarse a los agentes de la Patrulla Fronteriza, contó Oscar a WAPO.

LA DESNUTRICIÓN EN GUATEMALA

El Sistema de Información Gerencial de Salud (SIGSA) informó que hasta la semana 51 del 2020 se registraron un total de 27,847 casos de desnutrición aguda lo que refleja que los casos crecieron un 80% en Guatemala.

Es decir 12,357 casos más que los 15,485 que se reportaron en el mismo periodo de 2019. La mayor proporción de casos se presenta en niños de 12 a 24 meses (43,1 por ciento del total), seguido de los de 6 a 12 meses (22.2%), 6 meses (12.5%), de 2 a 3 años (11.4%), de 3 a 4 años (5.5%) y más de 4 años (5.2%), detalló la actualización de datos.

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Según las autoridades, de los 27,842 casos de desnutrición aguda contabilizados el año pasado, 19,982 son moderados y el resto severos.

La tasa de niños desnutridos pasó de 67 por cada 10,000 menores en 2019 a 120.5 en el 2020, según estadísticas en el SIGSA.

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