POR MANUEL GARCIA
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En un foro organizado por el Centro Internacional de Empresas Privadas (CIPE), en el que participó David Casasola analista económico del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), se abordaron los retos que el país debe de superar para restablecer la economía que se vio duramente afectada por la crisis sanitaria que provocó el Covid-19.
Según el experto el futuro del trabajo en Guatemala post Covid-19 es aún incierto, aunque los datos disponibles no permiten analizar el impacto en el sector informal, pero en el sector formal catalogó lo sucedido como la mayor caída en 30 años.
Todas las medidas adoptadas para mitigar los efectos de la pandemia desde marzo provocaron una caída en la activad económica “histórica”, explicó
En materia de empleo, Casasola indicó que «en 8 meses perdimos 8 años de creación de empleo formal, en total se perdieron 80 mil empleos y cada año antes de la pandemia generábamos 10 mil lugares de trabajo al año», añadió el experto.
Son 80 mil personas que van a buscar cómo obtener ingresos en el ámbito informal, remarcó
Casasola explicó que ha sido limitado el crecimiento del empleo formal desde el 2012 a la fecha «hay una brecha que va hacia el alza de 3.2 millones de personas que buscan un empleo, una tendencia positiva ya desde antes de la llegada del Covid-19. El ritmo al que crecen las oportunidades económicas en la economía guatemalteca es menor al ritmo que crece la demanda de estas».
VALVULAS DE ESCAPE
El experto indicó que para esta brecha de desempleo hay dos válvulas de escape, la migración irregular a Estados Unidos y el sector informal.
«Las remesas han sido una válvula de escape a esta situación donde la oferta de oportunidades de empleo se mantiene constante y también la informalidad, en la economía del país 7 de cada 10 personas se ocupan en una actividad en el sector informal», comentó.
Esto termina haciendo una base tributaria más pequeña, uno de los impactos y desafíos post-Covid, destacó Casasola.
SALARIOS
«Las mejoras en los ingresos de los guatemaltecos a lo largo del tiempo son limitadas», añadió Casasola, quien mencionó que, a pesar del avance tecnológico y las ventajas de disponibles, “no hemos sabido aprovechar esa ola».
«En 2019, el 25% de la población ganaba al mes, Q407 para poder cubrir sus necesidades y el 60% superaba los Q1800, niveles bajos que impiden que los vuelvan a invertir en desarrollar más habilidades».
La fuerza de trabajo se concentra en las actividades agrícolas, el sector que tiene ingresos bajos se observa que los guatemaltecos se ocupan menos en actividades de bajo valor agregado.
RECOMENDACIONES
Dentro de las recomendaciones que brindó Casasola están la facilitación al tránsito hacia la formalidad, la necesidad de la certeza a esquemas de contratación que aumenten la capacidad de maniobras en tiempo de crisis.
Modificar los incentivos económicos actuales a favor de las actividades con alto potencial de generación de empleo formal.
Generar condiciones específicas para sectores como la manufactura ligera, los servicios intensivos en mano de obra y agricultura intensiva en mano de obra de alto valor agregado.
Focalizar las reformas a incentivos en zonas que gráficas claramente debilitados que ofrezcan condiciones óptimas para atrás diversiones.
