Representación del rompimiento del pacto del Sur. Arte la Hora: Alejando Ramírez
Representación del rompimiento del pacto del Sur. Arte la Hora: Alejando Ramírez

Hoy se cumplen dos décadas desde que un estallido de violencia en nueve cárceles del país transformó de forma irreversible la dinámica del crimen organizado en Guatemala. El 15 de agosto de 2005, la Mara Salvatrucha (MS-13) rompió el llamado “Pacto del Sur”, una tregua tácita que había permitido la convivencia con el Barrio 18 durante años, y lo hizo con una ofensiva coordinada que dejó 36 reos muertos y decenas de heridos en cuestión de horas.

Aquel pacto, originado en las calles de Los Ángeles y adoptado en Guatemala en los años noventa, era una suerte de código de respeto mutuo que permitía a ambas pandillas centrarse en sus negocios y enemigos comunes.

Sin embargo, desde mediados de esa década, nuevas clicas comenzaron a desafiarlo. Entre ellas destacó la “Coronados Locos Salvatrucha”, con base en Ciudad del Sol, Villa Nueva, y liderada por David Ixcoy, alias “El Soldado de Coronados”. Su ataque en un reformatorio contra un miembro del Barrio 18, marcado con una X sobre su tatuaje, encendió las alarmas de que la tregua podía llegar a su fin.

Ese fin llegó en 2005. Según investigaciones de Insight Crime y El Faro, el rompimiento fue calculado durante meses por la MS-13, que buscaba el control total de los negocios criminales dentro de los penales.

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EL PACTO DEL SUR

En el penal de Escuintla, decenas de pandilleros armados con fusiles, pistolas y machetes atacaron sin piedad a miembros del Barrio 18. De forma simultánea, estallaron motines en Pavón, Canadá, El Hoyón, el Preventivo de Mazatenango y otros centros. La violencia se desbordó y marcó para siempre las relaciones entre ambas estructuras.

La reacción del Barrio 18 fue igual de sangrienta. Líderes sospechosos de haber permitido la emboscada fueron asesinados por sus propios compañeros. El día quedó tatuado en la memoria de cientos de pandilleros, literal y simbólicamente, como advertencia de que la «traición se paga con sangre». Fuera de los muros, la guerra se trasladó a colonias y barrios de la capital y municipios aledaños, sumando víctimas que casi no aparecieron en los titulares.

Desde entonces, las cárceles guatemaltecas nunca recuperaron el frágil equilibrio que el pacto había proporcionado. El sistema penitenciario se convirtió en un campo de batalla constante, con motines, secuestros de guardias y enfrentamientos provocados por traslados de reos a centros controlados por pandillas rivales.

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Insight Crime señala a David Ixcoy como uno de los primeros en poner a prueba el pacto, ya que este pertenecía a una de las primeras clicas de la MS13 en el país, conocida como “Coronados Locos Salvatrucha” que se localizaba en Ciudad del Sol en Villa Nueva.

Debido a su actividad con dicha pandilla, David llegó al reformatorio justo después de haber destronado a Huevo Loco, el antiguo líder de la clica.

Según los registros de dicha ONG, Ixcoy se presentó “El Soldado de Coronados”, quien a los pocos días de haber entrado al reformatorio fabricó un cuchillo y cuando anocheció, tomó del cuello a un miembro del Barrio 18 conocido como “Strong” que dormía en un catre y le trazó una X en todo el pecho tachando completamente el número 18 que tenía tatuado.

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“Los demás líderes de diferentes pandillas, asustados por la ocurrencia del muchacho de Ciudad de Sol, hicieron una reunión, pues se corría el riesgo de que aquel pacto, tan bien apreciado por los pandilleros, se viniera al traste” indica Insight Crime.

El ROMPIMIENTO DEL PACO

El 15 de agosto del año 2005, la MS rompió el pacto después de años, luego de que en el penal de Escuintla, decenas de pandilleros Salvatrucha atacaron a balazos y machetes a los miembros del Barrio 18, en donde 36 reos murieron en dicho enfrentamiento. 

Luego de este motín en Escuintla, le siguieron tres más en otros centros penales, incluyendo algunos otros altercados en reformatorios para menores, en donde en su mayoría murieron integrantes del Barrio 18.

Insight Crime señala que este rompimiento inició con las acciones del Soldado de Coronados en contra de los miembros del barrio 18 y terminó de explotar con el ascenso de algunos líderes de la MS más violentos como el “Diabolico”

“La MS13 es una estructura mucho más pequeña que Barrio 18. Pero mucho más organizada. Ellos son más astutos. Ellos tratan ya de no aparecer flojos, de no parecer pandilleros. Ellos tienen gente estudiando leyes, administración de empresas. Son una mafia”, asegura un expolicía a Insight Crime, que pasó la última media década persiguiendo, o tratando de hacerlo, a la MS13.

EL COMIENZO DE UNA ERA DE VIOLENCIA 

A 20 años de distancia, expertos en seguridad señalan que las consecuencias de aquel quiebre siguen vivas. La MS-13, más pequeña en número que el Barrio 18, pero más organizada y con liderazgo flexible, consolidó un control criminal que combina violencia y estrategia, incluso formando miembros en áreas como derecho y administración de empresas. La guerra iniciada en 2005 se ha heredado a nuevas generaciones de clicas, como “Little Psycho Criminal” y “Vatos Locos”, que hoy se disputan el liderazgo en territorios dentro y fuera de prisión.

El “rompimiento del Pacto del Sur” no fue solo el fin de una tregua, sino el comienzo de una era de violencia desbordada, con un sistema penitenciario debilitado y una calle marcada por el miedo. Veinte años después, esa herida sigue abierta y las lecciones aún no se traducen en reformas que impidan que la historia se repita.

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