Migrantes guatemaltecos compartieron con “La Hora Voz del Migrante”, algunos de sus principales anhelos y compartieron su sentir ante la llegada de una nueva Navidad y Año Nuevo. FOTO AP

Por Margarita Girón
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En Navidad muchos migrantes anhelan regalos, comida, fiesta y todas las festividades que se acostumbran para el fin de año, pero ¿qué es lo que anhelan los migrantes chapines?, muchos viven con nostalgia esta fecha por encontrarse lejos de Guatemala, otros se han adaptado a la Navidad al estilo estadounidense, pero las peticiones que cada uno realiza, se repiten cada año y se convierten en anhelos constantes, tanto a nivel personal, como para su país y el lugar en donde se encuentran.

Desde diferentes estados, migrantes guatemaltecos compartieron con La Hora Voz del Migrante, algunos de sus principales anhelos y compartieron su sentir ante la llegada de una nueva Navidad y Año Nuevo.

VOLVER A ESTAR CON LA FAMILIA EN GUATEMALA

Omar Prado, un guatemalteco que reside en California, dijo que dentro de las peticiones que año con año se repiten para él, desde que llegó a Estados Unidos, están que su familia en Guatemala tenga salud, paz, amor y armonía los 365 días del año.

Prado, quien es originario de Cuilapa, Santa Rosa, actualmente se dedica a la construcción y también es cantante del género norteño, dijo que otra de los deseos que surgen en esta época es volver a estar con su familia en Guatemala.

Para Prado, la realidad de Guatemala no es ajena, pues dentro de sus anhelos también destaca que el presidente electo Alejandro Giannetti trabaje por el país.

“Ojalá el nuevo Presidente sí trabaje por el país y que se acabe la violencia. También es necesario más apoyo hacia las comunidades en donde hay más pobreza y sobre todo más acceso a la educación”.

Omar Prado

QUE NO FALTE EL TRABAJO Y LA SOLIDARIDAD ENTRE MIGRANTES

Don Mario Chavarría, desde Nueva York, manifestó que parte de los deseos que cada año tiene es seguir trabajando en los cambios que resulten en soluciones a los problemas que le aquejan, tanto a nivel personal, como en proyectos que beneficien a la sociedad y en especial a los migrantes de Guatemala.

Según don Mario, los chapines se reúnen para festejar no solo la Navidad si no para agradecer a Dios por quienes han logrado su legalización en ese país o están en proceso, un deseo que une a muchos, además de compartir en familia algunas tradiciones guatemaltecas como el tamal, el ponche y los regalos, principalmente cuando hay niños en casa.

“A veces nos invade la nostalgia y algunos hasta caen en depresión por estar lejos de su país, pero también le piden a Dios un día poder volver y estar con los suyos”.

Mario Chavarría

Para Claudia García, una guatemalteca originaria de Chiquimulilla, Santa Rosa, quien actualmente reside en Boston, Massachusetts, estas fechas son muy nostálgicas.
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ESPERA OBTENER UNA RESPUESTA POSITIVA A SU SITUACIÓN MIGRATORIA

Para Claudia García, una guatemalteca originaria de Chiquimulilla Santa Rosa, quien actualmente reside en Boston, Massachusetts, estas fechas son muy nostálgicas, pues es una época en la que acostumbraba a reunirse toda su familia para compartir y desde que está en Estados Unidos todo es diferente.

Uno de las peticiones que Claudia hace cada año, es poder tener una respuesta positiva sobre su situación migratoria.

“Yo sigo pidiendo mucho a Dios y que ocurra solo si es su voluntad y así cumplir nuestros deseos de poder abrazar un día no muy lejano a mis padres y volver a Guatemala para poder saludar a las hermosas, agradables y humildes personas de mi bella Chiquimulilla.

Claudia llegó a Estados Unidos en 2005 y desde entonces ha aportado a la economía estadounidense y también ha enviado remesas a Guatemala en donde según ha manifestado, su corazón le ha guiado para amadrinar académicamente a un niño en Chiquimulilla, además de enviar ayuda humanitaria para su municipio.

“Un día no muy lejano volveré a Guatemala, tengo fe y confianza en Dios porque los planes de Dios siempre son perfectos y buenos”.

Claudia García

EL MEJOR REGALO DE NAVIDAD

Feve Aguilón, originaria del departamento de Petén, migró a Estados Unidos cuando tenía 19 años, actualmente vive en Los Ángeles y esta Navidad recibió el mejor regalo que pudo recibir y que esperaba desde hace 16 años. Según dijo Aguilón, hace unos días le notificaron que su residencia y la de su hija, quien llegó de 3 años a EE. UU. había sido aprobada.

“Era algo que tanto le pedí a Dios y creo que todos como emigrantes deseamos tener en este país para poder viajar a Guatemala a ver a nuestra familia y más en estas épocas que son muy especiales”, expresó la entrevistada.

Según manifestó, después de 16 años en Estados Unidos, siempre pidió a Dios por esa noticia y aunque lo veía lejos, este año llegó la noticia que tanto esperó por tanto tiempo.

“Bendito sea Dios que ya este año me llegó y este regalo de Navidad porque Imagínese voy a empezar el año 2020 con residencia y no solo yo sino también mi hija”.

Feve Aguilón

Otro de los sueños que Feve logró cumplir esta navidad es poder ver a su familia, “justo en estos días llega mi abuela, mi tía y mis primos, vienen desde Guatemala, así que vamos a pasar una Navidad muy feliz este año y claro un poquito de nostalgia siempre porque mi papá no pudo viajar, pero primeramente Dios pronto iré a verlo”, enfatizó.

Feve se siente afortunada, pues obtener la residencia es una gran bendición de Dios porque hay muchos connacionales que incluso tienen 30 años viviendo en Estados Unidos y aún no pueden obtenerla.

La esperanza de una vida mejor, ya sea en Estados Unidos o en Guatemala, continúa siendo el sentimiento que une a los migrantes chapines que viven estas fiestas lejos de su tierra.
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NO SE PIERDE LA ESPERANZA DE VOLVER

Para Joel Calán, desde Nueva Jersey, las festividades de fin de año despiertan en el guatemalteco, originario de San Martín Jilotepeque, Chimaltenango, un sentimiento de nostalgia, pues a decir del connacional le hace la falta el calor de su familia y la convivencia que regularmente tenía con ellos en Guatemala y aunque el trabajo se convierte en un distractor para no sentir tristeza, la petición y la mayor esperanza del guatemalteco es un día poder volver a su país.

“Hace mucha falta el calor de la familia y los seres queridos, con quienes no podemos tener ese contacto físico. La soledad, el ambiente, cosas muy sencillas como el olor del pino, la música, juegos pirotécnicos, la comida que a pesar de que existen una gran cantidad de restaurantes chapines, no es el mismo sabor de maíz, al que estábamos acostumbrados en nuestro hogar en Guatemala”, dijo Calán.

El entrevistado destacó que, durante los primeros años en Estados Unidos, el sentimiento de nostalgia es común y a diferencia de los migrantes que ya tienen varios años en Estados Unidos, los recién llegados, se refugian en su trabajo y se convierte en el principal distractor y prefieren incluso trabajar para Navidad y Año Nuevo, para no sentirse solos, pues muchos no cuentan incluso con alguna pareja para pasar las fiestas.

“Uno de los distractores principales es el trabajo, para no sentir los días, muchas personas trabajan incluso los días de Navidad y Año Nuevo. Pero siempre estamos con esa esperanza de regresar a nuestro país y poder seguir con nuestra vida ya con una mayor felicidad”, puntualizó calán.

Para los guatemaltecos que viven en Estados Unidos, las fiestas de fin de año se convierten en una oportunidad para expresar sus deseos y continuar trabajando, mientras la esperanza de una vida mejor, ya sea en Estados Unidos o en Guatemala, continúa siendo el sentimiento que une a los migrantes chapines que viven estas fiestas lejos de su tierra.

Datos del Ministerio de Relaciones Exteriores (Minex), estiman que, hasta el mes de julio, 2 millones 919 mil 847 guatemaltecos residen en Estados Unidos, principalmente en los estados de California, Texas, Florida, Georgia, Nueva York, Nueva Jersey, Maryland y Carolina del Norte.

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