Coheterías clandestinas: el riesgo oculto que crece en Guatemala ante la falta de regulación y control Foto: La Hora
Coheterías clandestinas: el riesgo oculto que crece en Guatemala ante la falta de regulación y control Foto: La Hora

La problemática de la existencia de fábricas de pirotecnia clandestinas continúa representando uno de los riesgos más graves para los guatemaltecos, especialmente en comunidades donde la fabricación de pólvora es una actividad económica heredada y, para muchas familias, la única forma de subsistencia.

Factores como la falta de regulación, la clandestinidad y la manipulación directa de materiales explosivos convierten estos espacios en escenarios donde un descuido puede derivar en tragedias irreparables.

LA REALIDAD DETRÁS DEL PROBLEMA 

En muchos de estos territorios, la elaboración de pólvora sigue siendo el único motor económico. La falta de empleo formal, la ausencia de programas de desarrollo y la limitada presencia estatal obligan a que niños, niñas y adolescentes colaboren en tareas como limpieza de material, empaquetado, clasificación o manipulación ligera de pólvora.

Para las familias, no se trata de una elección, sino de una necesidad. Por eso, los especialistas coinciden en que la responsabilidad no recae en los pobladores, sino en las condiciones estructurales que los obligan a trabajar bajo riesgo extremo.

 

TRAGEDIAS RECIENTES 

Durante los últimos años se han registrado una cadena de incidentes que reflejan la magnitud del peligro. Tal es el caso ocurrido el 29 de noviembre del 2024, cuando una explosión en una vivienda ubicada en el caserío Los Sineyes, de la Aldea Sacsuy, San Juan Sacatepéquez, provocó la muerte de la señora María Mach Toxcon, de 61 años.

Según el informe oficial de los cuerpos de socorro al llegar fueron bloqueados por familiares, lo que retrasó la atención y verificación en el lugar. Tras un diálogo, solo un paramédico pudo ingresar para confirmar el fallecimiento.

 

Un mes después, el 28 de diciembre de 2024, un incendio se registró en la finca Los Nietos, en San Lorenzo El Cubo, Ciudad Vieja, Sacatepéquez, la cual cobró la vida de dos niños de 5 y 6 años que no lograron sobrevivir debido a las quemaduras provocadas por el fuego asociado a materiales pirotécnicos almacenados en la vivienda, un caso que marco a la comunidad.

Dos niños mueren en incendio en vivienda utilizada para fabricar juegos pirotécnicos en Ciudad Vieja

Más recientemente, el pasado 17 de noviembre de 2025, una explosión en una distribuidora de juegos pirotécnicos en la colonia Linda Vista, San Raymundo, dejó dos personas fallecidas, varios heridos y dos desaparecidos. Socorristas que atendieron la emergencia trabajaron entre explosiones secundarias, lo que evidencia la magnitud del riesgo al que están expuestos tanto trabajadores como socorristas.

Incendio consume fábrica de juegos pirotécnicos y deja dos fallecidos en San Juan Sacatepéquez

Estos casos muestran una constante, familias enteras, incluidos menores de edad, participan en actividades que operan sin medidas de seguridad, sin supervisión estatal y en condiciones altamente vulnerables.

ACCIONES PARA PROTECCIÓN DE MENORES 

La Procuraduría General de la Nación (PGN) ha señalado en varias ocasiones que el trabajo infantil en entornos peligrosos constituye una grave vulneración a los derechos de la niñez, y recuerda que actividades que involucren material inflamable o explosivo se consideran trabajo prohibido, pues exponen a los menores a daños físicos, psicológicos y emocionales.

La institución destaca que atiende cualquier denuncia relacionada con posibles vulneraciones de derechos a niñas, niños y adolescentes. Al comprobar que exista posible delito o el menor carezca de representación legal, la PGN también traslada la denuncia a las entidades competentes y asume la defensa legal para garantizar la restitución de sus derechos.

Por su parte, la Procuraduría de los Derechos Humanos (PDH) emite recomendaciones, orientadas a evitar tragedias y reforzar la supervisión estatal.
Entre las recomendaciones frecuentes de la institución están:

  • Reforzar inspecciones laborales
  • Implementar campañas preventivas en comunidades donde se registra esta actividad
  • Promover alternativas económicas que reduzcan la dependencia de la fabricación artesanal de pólvora.

MINTRAB  Y LOS CONVENIOS DE LA OIT

De acuerdo con el Ministerio de Trabajo y Previsión Social (Mintrab), la institución es responsable de garantizar el cumplimiento de los Convenios 138 y 182 de la OIT, normativas que establecen la edad mínima para trabajar y prohíben que niñas, niños y adolescentes sean expuestos a actividades que pongan en riesgo su salud, seguridad o educación.

Como parte de estas obligaciones, el Mintrab emite la Constancia de Edad Mínima de Admisión al Empleo, dirigida a adolescentes de 15 a 17 años, que certifica que pueden desempeñar únicamente labores permitidas por la ley y que no representen riesgos para su integridad ni interfieran con su desarrollo.

 

UNA PROBLEMÁTICA QUE REQUIERE ATENCIÓN URGENTE

Las explosiones, los incendios y las vidas perdidas en estos espacios clandestinos revelan un patrón que no puede seguir normalizándose. La niñez continúa expuesta, las familias continúan sin alternativas y los socorristas siguen enfrentando riesgos adicionales, incluso cuando se les impide el ingreso en momentos críticos.

La solución, coinciden instituciones y especialistas, pasa por prevenir, acompañar, ofrecer oportunidades y garantizar que ningún niño o niña tenga que trabajar entre pólvora para sobrevivir.

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