Imagen ilustrativa. La falta de oportunidades de desarrollo es un tema fundamental que influye en la migración. Foto La Hora/AP/Moisés Castillo.

La Compañía de Jesús manifestó su preocupación debido a que las causas que están provocando la migración forzada de las personas al norte de Centroamérica continúan e identificaron siete problemáticas que consideran es necesario abordar para evitar el éxodo de migrantes hacia Estados Unidos.

La organización realizó un análisis del fenómeno considerando el trabajo directo de sus obras en Honduras, El Salvador, Guatemala y México, por lo que también formularon propuestas, reconociendo que la complejidad de la situación “obliga a la colaboración y solidaridad entre países, sectores, organizaciones y personas”.

En ese contexto, identificaron las siguientes siete causas estructurales del fenómeno de la migración forzada:

1) La desigualdad de oportunidades para el desarrollo humano pleno asociada a un modelo económico.

2) La desilusión hacia los procesos democráticos existentes y que se asocia a un modelo de Estado.

3) La deficiencia de los sistemas tributarios y de protección social.

4) La influencia del narcotráfico y el tráfico de armas.

5) La (in)seguridad, militarización y sistemática violación de los derechos humanos.

6) La vulnerabilidad frente a las amenazas inducidas por el cambio y la variabilidad climática.

7) El horizonte individualista de la vida unido al universalismo que prioriza las categorías globales sobre las locales.

Imagen ilustrativa. La organización analizó siete aspectos que obliga a los centroamericanos a migrar de forma ilegal hacia Estados Unidos. Foto: La Hora/AP

DESARROLLAN PROPUESTAS

Ante esa complejidad de factores, las Provincias jesuitas de México y Centroamérica desarrollaron una serie de propuestas y advirtieron que “la atención de estas y otras causas no exime la responsabilidad de atender las necesidades inmediatas de ayuda humanitaria, asesoría u orientación legal y atención psicológica”.

Entre los planteamientos destaca la necesidad de que los Estados emprendan un cambio tributario que reduzca la desigualdad y los privilegios, además, que se encaminen a aumentar la productividad y mejorar el gasto público.

Asimismo, señalaron que es necesario que se fortalezca a las micro y pequeñas empresas, un mercado común centroamericano y mercados locales de alimentos, así como promover el empleo decente, el acceso a tierras, recursos e infraestructura.

También mencionaron la universalización de la educación, la salud, el agua y el saneamiento como políticas que deben implementarse con miras a asegurar bienestar a quienes hoy no encuentran esperanza de resolver la precaria situación en la que se encuentran.

 

DEBEN FORTALECERSE LAS FISCALÍAS Y ORGANISMOS ELECTORALES

Además, la Compañía de Jesús vincula estas propuestas a la búsqueda de un Estado efectivo y advierten que para ello deben fortalecerse las fiscalías y los organismos electorales, promoviendo la construcción de puentes entre las élites y las bases.

“La promoción de modelos de seguridad ciudadana, el establecimiento de rutas para una migración regular, el abordaje de las causas de la violencia y programas dirigidos a las juventudes son algunas de las alternativas ofrecidas ante la mencionada crisis de violencia”, destacó.

Por último, remarcan que las propuestas abordan la necesidad de revalorizar y fortalecer los ecosistemas y la vida comunitaria, poniendo acento en el reconocimiento de los aportes de los pueblos indígenas y campesinos, revalorizando los sistemas agroalimentarios y eliminando o regulando los megaproyectos.

Las Provincias de México y Centroamérica de la Compañía de Jesús recordaron que las movilidades humanas “traen buenas noticias y cambios positivos a los pueblos y enriquecen la cultural de lugares y comunidades” y llamaron a la solidaridad y la hospitalidad a sus obras y comunidades.

Los jesuitas acompañan a personas migrantes y refugiadas en la zona de México y Centroamérica desde 1980 y a partir del 2001, en México se creó el Servicio Jesuita a Migrantes y en el 2017 se reactivó el Servicio Jesuita a Refugiados para atender la frontera sur y en el presente año se inició un proyecto en la frontera norte.

 

 

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