Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt
Una nota publicada por Los Angeles Times, explica como dos migrantes guatemaltecos fueron falsamente identificados como miembros de la MS-13 por tres oficiales de Los Angeles Police Department, ahora existe una investigación en curso por lo sucedido.
La nota explica que fueron dos hombres de traje los que llegaron al departamento en donde viven los hermanos Gadseel y José Quiñónez, ambos salieron de Guatemala hace varios años según mencionaron.
Los hombres que llegaron eran de la Oficina de Normas Profesionales del Departamento de Policía de Los Ángeles, ese decir, son los policías que vigilan a otros agentes y ellos querían saber si Quiñónez, de 29 años, o su hermano pertenecían a alguna pandilla.
Ambos respondieron que no, les preguntaron si podían tomar fotografías a sus tatuajes, y ellos aceptaron porque dijeron que no tenían nada que ocultar.
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Meses después, de acuerdo con Los Angeles Times, tres oficiales del departamento de policía de ese lugar, fueron acusados de falsificar docenas de registros de pandillas, y el motivo de la visita de la madrugada quedó claro: Quiñonez y su hermano, José, habían sido falsamente identificados como miembros de la MS-13, según una denuncia presentada por los fiscales del condado.
“Gadseel y José Quiñónez se encuentran entre las docenas de personas que, según los fiscales del condado, fueron etiquetadas falsamente como pandilleros o asociados por los oficiales Braxton Shaw, Michael Coblentz y Nicolás Martínez. Los tres pertenecen a la élite de la División Metropolitana de LAPD”, dice el artículo.
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¿CÓMO OCURRIÓ?
Los guatemaltecos, explicaron que fueron entrevistados por investigadores internos de la Policía de Los Ángeles y describieron detalles de lo que ocurrió en 2018, Gadseel Quiñonez, quien trabaja en un centro reciclador desde 2010, contó que salía de su trabajó cuando una patrulla lo detuvo, en esa ocasión iba con su hermano José que meses antes había llegado de Guatemala, en donde viven su madre, padre y otros cuatro hermanos.
Esa vez, uno de los oficiales un hombre blanco, alto, fornido y con la cabeza rapada, abrió la puerta del lado del pasajero, luego agarró a José del brazo, menciona José en el artículo publicado.
LOS REGISTRARON COMO PANDILLEROS, AUNQUE NO LO SON
Los dos fueron esposados, mientras el vehículo era revisado y eran entrevistados, José luchaba por entender muchas de las preguntas en inglés que le realizaban.
En otra ocasión, los agentes le preguntaron a Gadseel por un dinero en efectivo que le habían encontrado en su vehículo, mismo que era resultado de su trabajo en la recicladora.
Luego, los oficiales les preguntaron si ambos estaban en una pandilla, ellos respondieron que no y luego dijeron que los habían detenido porque “parecían” pandilleros, finalmente el jefe de la planta de reciclaje habló con la policía y los dejaron irse.
Gadseel le dijo a José que «tenía que comportarse, seguir las reglas» para no meterse en problemas con la policía, dijo José. Fue su primer encuentro con un policía estadounidense y lo dejó asustado y confundido, destaca la nota de Los Angeles Times.
La nota, explica que ambos tenían etiquetas como integrantes de la pandilla MS-13, que los policías reportaron, los hermanos no sospechaban que habían sido identificados así hasta que un periodista los contactó.
Un abogado de la policía dijo que algunas, pero no todas las personas identificadas como pandilleros en las tarjetas de campo del LAPD, fueron ingresadas en una base de datos.
Las tarjetas de campo, de acuerdo con un oficial “son una herramienta de recopilación de inteligencia que, en sí misma, no se puede utilizar para enjuiciar a alguien. Y debido a que las tarjetas y la base de datos no son públicas, los empleadores no pueden ver los registros al sopesar si dar un trabajo a alguien”.
Estas son una “herramienta útil”, que sirve para combatir las bandas y que detener esa función, “afectará a las comunidades minoritarias de bajos ingresos”, las tarjetas que llenaron los agentes, incluyendo a los hermanos Quiñonez están entre las 43 que está acusado de falsificar.
NO TIENE TEMOR
Gadseel, en tanto dice que no sabe si aún se encuentra entre el listado de presuntos pandilleros y asociados, pero es algo que dijo no lo preocupa, pues desde que dejó Guatemala y se estableció en ese país, se encargó de trabajar duro para salir adelante y nunca pensó en unirse a una pandilla porque nadie gana de esa manera.
“El que nada debe, nada teme”, mencionó el connacional para Los Angeles Times.
El más pequeño de los hermanos, José, que ahora tiene 18 años, está ingresando a su último año en Dymally High School en el sur de Los Ángeles.
Según explicó, dejo Guatemala para buscar trabajo y enviar dinero a casa, ahora trabaja en un centro de reciclaje en donde clasifica botellas y tritura vidrio, de lunes a miércoles, de 8 a.m. a 4 p.m.
El guatemalteco dijo que algún día le gustaría trabajar como abogado, e incluso como oficial de policía y así ayudar a la gente.