FOTO AP. Una guía espiritual indígena dirige una ceremonia de oración para evitar la propagación del nuevo coronavirus en su comunidad.

Por Grecia Ortíz
gortiz@lahora.com.gt

En marzo, las remesas que ingresaron a Guatemala representaron un monto menor de ingresos comparado con lo recibido en enero y febrero de este año e inferior a lo que ingreso en 2018 y 2019 respectivamente. La cifra total recibida el mes pasado fue de US$746 millones 784.7 de acuerdo con el Banco de Guatemala (BANGUAT).

Incluso el monto recibido el mes pasado en remesas, fue inferior a 2018 y 2019 comparado a la misma fecha, aunque aún se mantiene superior a 2017.

Por lo que en tres meses del año, las remesas suman US$2 mil 389 millones 420 mil 500.

Este año, en enero y febrero habían reportado ingresos en remesas superiores a los US$ 800 millones, sin embargo, marzo (en que se incrementaron los contagios y medidas por el COVID-19) descendió.

Este comportamiento, de acuerdo con un análisis del Dialogo Interamericano, un centro de análisis e intercambio político que une a una red de líderes globales para promover la gobernabilidad democrática, la prosperidad y la equidad social en América Latina y el Caribe, estaría influenciada por la situación que atraviesan migrantes en Estados Unidos, ante los efectos del COVID-19.

De acuerdo con esa organización, en un análisis compartido recientemente, se espera que la pandemia tenga consecuencias particulares con aquellos que son financieramente vulnerables y tienen riesgo de salud subyacentes.

HABRÁ UNA DISMINUCIÓN NEGATIVA DEL TRES POR CIENTO EN REMESAS

De hecho, Manuel Orozco del Diálogo Interamericano, señala que estas estimaciones apuntan a que habrá al menos, una disminución negativa del 3 por ciento en las remesas, con México y América Central.

“Con el aumento de las necesidades materiales entre las familias, y las condiciones de recesión en el país de origen pueden sentirse obligados migrantes para confiar en sus ahorros para enviar dinero”, explican en el documento.

Además, añadió que los migrantes enfrentan un conjunto de vulnerabilidades financieras y de salud que los ponen en riesgo de trabajo o salario.

Entre las hipótesis que manejan, destacan que alrededor del 5 por ciento de la fuerza laboral migrante de América Latina y el Caribe perderá sus empleos, es decir, el 17 por ciento de los tres millones de trabajadores en Estados Unidos, lo que significaría 595 mil trabajadores.

“Entre los desempleados: solo el 10% usará sus ahorros para enviar dinero a sus hogares (en 2009 era del 25%)”, señala Orozco en el análisis.

CRECIMIENTO NEGATIVO EN REMESAS PROPORCIONA INFORMACIÓN DE LAS DIFICULTADES DE MIGRANTES

Al mismo tiempo, asevera que las remesas se encuentran entre las principales prioridades de gasto para los migrantes y son un aporte económico clave para los receptores, y que “el crecimiento negativo de las remesas proporciona información sobre las dificultades que deben enfrentar los migrantes, los receptores y países en los que las remesas forman una gran parte de su PIB respectivo”.

Después de la crisis de 2009, los migrantes cambiaron su comportamiento al restringir los gastos y aprovechar sus ahorros.
Los aumentos actuales y futuros del desempleo resultantes de esta pandemia presionarán a los migrantes en su intento de continuar enviando y ayudando a sus familias en su país de origen.

Asimismo, mencionó que las vulnerabilidades de los migrantes tanto en sus países de destino como las vulnerabilidades de los destinatarios de las remesas se destacarán durante esta recesión y presionarán a sus respectivos países

Orozco, destacó que en 2020, el treinta y cinco por ciento de los migrantes enviarán un cinco por ciento menos de lo que tendrían antes de la pandemia.

DECENAS PARALIZARON SU TRABAJO

En los últimos días migrantes guatemaltecos han referido a La Hora Voz del Migrante, que no han podido retornar a sus empleos por las medidas para contener la pandemia que avanza a paso acelerado en ciudades como Nueva York, en donde viven más de cien mil guatemaltecos, de acuerdo con proyecciones del Ministerio de Relaciones Exteriores (MINEX).

Otros como Oscar, un connacional que solicitaba apoyo para sobrevivir, perdieron sus empleos y de momento dicen que no tienen esperanza de encontrar uno nuevo pues la ciudad de Nueva York está paralizada.

En Nueva Jersey también se vive una situación similar en connacionales que trabajan en el sector de la construcción, pues dicen no han podido trabajar porque muchas personas temen a que los puedan contagiar y eso implica que no pueden enviar remesas a sus familias que viven en Guatemala.

EN 2017, 2018 Y 2019 REMESAS HABÍAN MOSTRADO UNA LEVE MODERACIÓN SEGÚN BANGUAT

En febrero recién pasado el BANGUAT le dijo a La Hora que el ritmo de crecimiento del ingreso de divisas por remesas familiares había mostrado una leve moderación (14.4% en 2017, 13.4% en 2018 y 13.1% en 2019) y que, en 2020, se esperaba que continúen con esa tendencia y registren un crecimiento en un rango de entre 9.5% y 12.5% (valor central de 11.0%).
Asimismo, habían señalado que en un horizonte de mediano plazo se espera que las remesas que sigan reduciéndose gradualmente hasta ubicarse en niveles acorde con su comportamiento histórico (alrededor de 7.5%).

En ese entonces, habían manifestado que un escenario de reducción abrupta en el ingreso de divisas por remesas familiares era poco probable; “dado que, como se indicó, se espera que las mismas se reduzcan gradualmente”.

Y sobre la pregunta de las áreas que se verían impactadas por una disminución en envío de remesas, manifestaron que: “de acuerdo con la Organización Internacional para las Migraciones (OIM) en la Encuesta sobre Migración Internacional de Personas Guatemaltecas y Remesas 2016, las familias receptoras de remesas utilizan el 49.8% de estos recursos para la inversión y ahorro (construcción de vivienda, compra de inmuebles, reparación de la casa y ahorro), 35.0% para el consumo, 7.2% para el consumo intermedio (compra de insumos para actividades económicas que generan valor agregado) y 8.0% para salud y educación.

Por lo que, como se indicó, una reducción en el ingreso de divisas por remesas familiares afectaría, principalmente, el crecimiento del consumo y de la inversión”, explicaron en su respuesta a La Hora en febrero pasado.

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