Por Grecia Ortíz
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Solo en la región de las Américas, la directora de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), Carissa F. Etienne, aseguró que se han reportado más de 163 mil casos confirmados de COVID-19 y cerca de tres mil personas han perdido la vida, situación que dijo se intensificará y empeorará antes de mejore como se ha visto en otras regiones del mundo.
Además, hizo énfasis, en que esta pandemia es grave y que se necesita hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mitigar el impacto del virus en los pueblos.
La región, de acuerdo con la directora de la OPS, ya entro en una nueva fase, en la que países empiezan a reportar casos de transmisión comunitaria del nuevo virus. Aunque, destacó que pesé a los desafíos hay razones que deberían alentarnos a actuar.
“Primero, hemos enfrentado amenazas antes. La Organización Panamericana de la Salud ha estado trabajando con las personas y los países de las Américas para combatir enfermedades mortales y controlar brotes durante casi 120 años. Nuestra región ha estado libre de polio durante 25 años; fuimos líderes en la erradicación de la viruela; y estamos haciendo progresos constantes hacia la eliminación de la malaria. Yo creo que podemos hacer frente a la COVID-19”, afirmó.
HAY QUE ACTUAR AHORA
A decir de la directora de la OPS, en los últimos 40 años, muchos de los países que integran ese organismo, han desarrollado sistemas y fuerza laboral de salud que está preparada para enfrentar desafíos serios, incluso en un contexto de desigualdad y recursos limitados, y será el COVID-19, el que ponga a prueba los sistemas y servicios de salud, afirmó.
Además, comentó que la segunda razón para tener esperanza es que aún se tiene una ventana de tiempo para actuar y que hay pasos que los países pueden tomar para frenar la propagación del virus, entre reducir el impacto de los sistemas de salud y salvar vidas.
“Pero solo si actuamos ahora. Lo que hagamos hoy determinará la capacidad de nuestros sistemas de salud para salvar vidas mañana”, aseguró en una conferencia ofrecida este 31 de marzo.
EL VIRUS NO SE VA A DETENER POR BORDES EN LOS MAPAS
Por otro lado, consideró que los países deben realizar inversiones para fortalecer sus sistemas y servicios de salud y que no pueden enfatizar lo suficiente en que países deben tomar medidas urgentes para preparar hospitales y centros de salud para la afluencia de pacientes por el virus.
Añadió que por eso los gobiernos a nivel nacional y local deben organizar los sistemas de salud basándose en el supuesto de que sus áreas se verán afectadas, pues el virus “no ha sido y no será detenido por los bordes dibujados en los mapas”.
Otro de los aspectos que mencionó es lo importante que resulta la protección del personal de salud, como nunca antes, porque deben estar capacitados en saber cómo evitar infecciones o tener acceso a equipos de protección a largo plazo, porque es un deber protegerlos y cuidarlos, porque son ellos quienes están en la primera línea de esta batalla.
Medidas como cancelación de reuniones masivas, cierre de escuelas y negocios, teletrabajo y medidas voluntarias o legalmente obligatorias, que pueden parecer drásticas, son la única forma de evitar que los hospitales se vean abrumados por demasiadas personas enfermas en un período de tiempo muy corto.
ESTA PANDEMIA ES GRAVE
A la vez, destacó que sin evidencia sólida sobre tratamientos efectivos y sin vacunas disponibles, el distanciamiento social y medidas preventivas agresivas, siguen siendo la mejor apuesta para prevenir las consecuencias más graves de la pandemia en la región.
“Pero permítanme enfatizar esto una vez más: esta pandemia es grave y necesitamos hacer todo lo que esté a nuestro alcance para mitigar el impacto de COVID-19 en nuestros pueblos. Y el mejor momento para hacerlo es ahora, antes de que los hospitales y los trabajadores de la salud se vean abrumados”, contó.
La directora de la OPS, afirmó que lo que suceda en las próximas semanas dependerá en gran medida de los esfuerzos en conjunto de trabajar y actuar juntos, incluso si esto se hace de forma física y separada, además, que la solidaridad en la región nunca había tenido un significado profundo como el que se tiene ahora.
“Es la ciencia y la solidaridad lo que nos permitirá a todos en las Américas controlar la propagación de COVID-19, cuidar a los que se enferman y, en última instancia, salvar muchas vidas”, afirmó.