Guatemala se prepara para celebrar este 7 de diciembre, a partir de las 18:00 horas, la tradicional Quema del Diablo, una de las expresiones culturales y religioso-populares más arraigadas del país. La festividad, que combina simbolismos de purificación, herencia colonial y devoción mariana, continúa vigente a pesar de los cambios sociales y urbanos.
Según información de la Agencia Guatemalteca de Noticias (AGN), la tradición de encender fogarones frente a las viviendas se practica desde el siglo XVI y simboliza el triunfo del bien sobre el mal. La historiadora Patricia Lepe explicó que, aunque el maniqueísmo forma parte de la base teológica del cristianismo, la figura del diablo, como se concibe hoy, surgió hasta el siglo XII. En la época colonial, la noche del 7 de diciembre servía como antesala a la procesión de la Virgen de Concepción, celebrada el 8 de diciembre.
Los pobladores iluminaban las calles con fogatas para guiar el recorrido religioso debido a la ausencia de alumbrado público. Con el tiempo, estas luminarias evolucionaron y, hacia 1871, tras la Reforma Liberal, la Quema del Diablo adoptó un carácter más popular, especialmente en barrios del Centro Histórico y sectores como Parroquia Vieja y Gerona, según documentó el Diario de Centroamérica, citado por AGN.
Durante el siglo XX, el uso de materiales como basura, plásticos y las ramas secas conocidas como chirivisco modificó la práctica original y generó preocupaciones ambientales, aunque la costumbre persiste con fuerza simbólica y comunitaria. En años recientes, la celebración ha sido revitalizada con la quema de piñatas con forma de diablo, detalla la AGN.
UNA TRADICIÓN VINCULADA CON LA INMACULADA CONCEPCIÓN
Por su parte, Radio María señala que esta festividad está profundamente ligada a las celebraciones católicas de la víspera de la Inmaculada Concepción de María, pues en la tradición litúrgica el día inicia con la caída del sol.
Radio María explica que la Quema del Diablo nació como una forma de iluminar el paso procesional del 8 de diciembre y, con el tiempo, adquirió un significado espiritual de purificación y preparación para la llegada del Niño Dios. Según la tradición popular, el diablo se esconde entre los objetos viejos del hogar, por lo que quemarlos simboliza desechar los males acumulados durante el año.
El acto de encender los fogarones también representaba —y aún representa— la preparación simbólica del corazón como un lugar digno para el nacimiento de Jesús, acompañado por prácticas devocionales como la confesión.
LAS PIÑATAS
Previo a la fecha, las piñaterías del país elaboran piñatas de diablos de diversos tamaños y estilos, confeccionadas con alambre y papel rojo. Muchos guatemaltecos les agregan cohetillos para potenciar el efecto visual del encendido.
El evento suele iniciar a las 18:00 horas, coincidiendo con el paso procesional de la Virgen en varias parroquias, señala Radio María.
