
Una colosal efigie del diablo, de más de 5 metros de altura, acaparó la atención de centenares de vecinos en la tradicional quema del diablo, en la colonia Arrivillaga, en la zona 5 de la Ciudad de Guatemala, este domingo 7 de diciembre.
En medio de la algarabía en el barrio, cohetillos y fuegos artificiales prepararon los ánimos para el acto central de la noche: la quema de la figura rojinegra construida por un grupo de vecinos con papel y estructura de hierro en representación del diablo.
La 37 avenida, entre 20 y 21 calles de la zona 5, donde fue levantado por noveno año consecutivo el personaje con cuernos y cola, volvió a iluminarse y a reunir a cientos de vecinos para divertirse y renovar una de las tradiciones más arraigadas del país, que se celebra de forma especial a lo largo y ancho de la capital y en Antigua Guatemala.
Uno de los doce “diablitos”, como se hacen llamar los artífices de la efigie y organizadores del acto, explicó que los integrantes más jóvenes del grupo decidieron el tema de la quema de este año.

El diablo tenía una cabeza de Trump en una mano y a los pies un balón, en representación de la selección nacional de Guatemala, debido, dijo el entrevistado, a decepción de “los diablitos” del infierno por el desempeño del cuadro azul y blanco en las eliminatorias rumbo a la Copa Mundial 2026.

EL DIABLO
Para este 2025, el diablo de la Colonia Arrivillaga midió 5.85 metros y fue construido con productos reciclados, ya que cuenta con papel de una empresa que se dedica a la sublimación de playeras, según explicó el organizador.
De igual forma, resaltó que la estructura tiene el famoso engrudo que se utiliza para hacer barriletes.

“Y lo más importante es la mano de obra. De los 12 Diablitos, en el taller de Satanás, estamos muy activos durante un mes”, sostuvo.
El “diablito” explicó que la tradición de la quema del diablo inició con el encendido de fogatas al paso de la procesión del Día de Concepción, que se celebra cada 8 de diciembre.
“Se iluminaban las calles, se encendían fogatas, no había luz en el país. De ahí generó esta tradición, que con los años todo el pueblo quemaba su basura, su chiribisco”, indicó el organizador, quien explicó que la tradición busca que todo lo malo se vaya junto con el diablo.
Posteriormente, la quema de la basura cambió, ya que la población decidió empezar a quemar piñatas con forma de diablo.







