El presidente Bernardo Arévalo. Foto: José Orozco / La Hora
El presidente Bernardo Arévalo. Foto: José Orozco / La Hora

Durante la conmemoración de los 28 años de la firma de los Acuerdos de Paz, este domingo 29 de diciembre, el presidente Bernardo Arévalo aseguró que una parte del Organismo Judicial y el Ministerio Público (MP), a cargo de la fiscal general Consuelo Porras, responde al pacto de silencio que permitió que la violencia y el terror reinara en Guatemala durante el Conflicto Armado Interno (CAI).

“No hay que olvidar que siguen existiendo personas en Guatemala, algunas muy poderosas, que prefieren el olvido y el silencio al conocimiento de la verdad, que prefieren la impunidad y la ignominia colectiva a la responsabilidad y la rendición de cuentas”, afirmó el mandatario.

Al mismo tiempo, señaló que una parte importante de la captura del sistema de justicia, así como de los intentos “inútiles” de socavar la legitimidad de su Gobierno, se dan desde el OJ y desde el ente investigador, entidades que responden al objetivo de perpetuar el “pacto de silencio”.

Dicho pacto, permitió que la violencia y el terror reinara en Guatemala, según Arévalo. “El gobierno que presido entiende esta realidad. Sabemos que el monstruo de la corrupción es hijo de la impunidad, que sobrevive en la oscuridad y que se alimenta del olvido, que nos mantiene encadenados al pasado para pensar en la Guatemala del futuro, para enfrentar a los monstruos del pasado y para derrotarlos, es una condición indispensable que no haya olvido y que no haya silencio”, agregó.

Arévalo continuó expresando que «conocer nuestra historia con precisión, con todo el peso de la verdad, es una necesidad nacional, aunque sea dolorosa, para poder así cimentar la paz y asegurar un futuro sin violencia”.

Al mismo tiempo, recordó que los Acuerdos de Paz son una invitación a la ciudadanía guatemalteca, y en especial a los jóvenes para enfrentar el pasado con gallardía, así como para caminar por la vía de la reconciliación sabiendo que “solo con una justicia verdadera y con un desarrollo incluyente se construye una paz duradera”.

SEÑALA ROL DE LA JUVENTUD

Asimismo, Arévalo destacó que el cambio de la rosa de la paz estuvo a cargo de Margarita Gutiérrez, líder estudiantil, cuya familia fue desplazada por la violencia del Conflicto Armado Interno.

“Y que en su trayectoria de vida representa a los nuevos protagonistas y constructores de la paz. Esa juventud audaz que desde la sociedad civil ejerce su ciudadanía, llevando adelante el esfuerzo de movilizarnos como sociedad hacia un nuevo destino de paz, desarrollo y vida digna para todos y para todas”, agregó.

También resaltó que en Guatemala, el 60% de la población tiene menos de 30 años, mientras que la edad media de los habitantes es de 28 años.

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“Este acto, en consecuencia, simboliza el relevo gradual, pero indefectible entre generaciones que sirve para renovar los sueños de una Guatemala democrática, de una Guatemala respetuosa de los derechos humanos, de una Guatemala consecuente con la promesa de una paz firme y duradera, formulada hace 28 años y presente en la concepción de nación democrática plasmada en nuestra Constitución”, añadió.

“Esto significa que hoy la consolidación de la paz y la construcción de la justicia y el desarrollo que la sostienen concierne, sobre todo al presente y al futuro, y en consecuencia a los y las jóvenes, y que sobre ellos y ellas recae la responsabilidad de darle forma a esta paz”, concretó.

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Engelberth Blanco
Creo en la democracia y apelo por una educación de calidad para todas las personas, el acceso al agua y la tierra.
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