La Municipalidad de Guatemala, el pasado 25 de febrero, brindó el diagnóstico del histórico Árbol de los Lamentos, ubicado en la Plaza El Güipil sobre la avenida del Cementerio en la zona 3 capitalina, y destacó que está «enfermo» de sobremadurez.
A raíz de esto, la MuniGuate declaró que no talará el árbol, sino que planea únicamente una poda general, para evitar que más ramas caigan a la vía pública, como ya ha ocurrido, y puedan ocasionar un percance.
En un inicio, la comuna capitalina indicó que el amate había comenzado a desplomarse, por lo que se tomó la decisión de talarlo para evitar accidentes, puesto que también se observa que tiene una inclinación hacia la calle; sin embargo, la publicación fue eliminada y la MuniGuate descartó esta idea.
QUÉ SIGNIFICA LA SOBREMADUREZ
Erik Alvarado, Técnico en Manejo de Bosques y Vida Silvestre del Consejo Nacional de Áreas Protegidas (CONAP), explicó que la sobremadurez es una etapa en la que un árbol comienza a perder la vitalidad y resistencia, tal como está ocurriendo con el amate de la zona 3.
«Un árbol sobremaduro experimenta una disminución en su capacidad de regeneración, lo que puede traducirse en una reducción del follaje y menor producción de hojas y ramas nuevas», explicó.
Diagnóstico de MuniGuate sobre el «Árbol de los Lamentos» revela que está enfermo de sobremadurez
CÓMO SABER QUE UN ÁRBOL LLEGÓ A SOBREMADUREZ
El técnico del Conap indicó que un amate puede empezar a considerarse sobremaduro entre los 50 y 60 años, aunque este rango puede variar según las condiciones ambientales.
La municipalidad capitalina detalló que este árbol tiene al menos 100 años. En esta etapa, el árbol puede presentar varios síntomas:
Desgaste estructural: La madera del árbol pierde su firmeza, lo que puede provocar aparición de cavidades y ramas quebradizas.
Mayor susceptibilidad a enfermedades: El debilitamiento del árbol facilita el ataque de hongos, plagas e infecciones.
Riesgo de caída: La estructura del árbol puede volverse inestable, aumentando el peligro de que se desplome total o parcialmente.
FORMAS DE MANEJAR LA CONDICIÓN DEL ÁRBOL
Alvarado indicó que, aunque la sobremadurez no significa que el árbol esté a punto de morir, su manejo debe hacerse con precaución, en este caso, el que MuniGuate realice mientras se poda.
«Si bien la poda o tratamientos pueden prolongar su vida útil, en algunos casos la tala se convierte en una medida necesaria si representa un peligro para la seguridad pública», afirmó.
Según la MuniGuate, el árbol tiene aproximadamente 100 años, y este es un dato que, según Alvarado, es una estimación razonable dadas las condiciones urbanas en las que ha crecido.
«Determinar la edad exacta de un árbol es complicado, pero en un entorno urbano, donde los árboles enfrentan factores como contaminación y restricciones de espacio, su longevidad puede verse afectada», indicó el técnico de CONAP.
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