Con hasta una proyección de US$120 millones de aumento, el Banco Mundial prevé que los flujos de remesas hacia los países de América Latina y el Caribe aumentarán un 21.6% en 2021, con respecto al año anterior. En Guatemala estos ingresos sirven para sustento para miles de familias y que se logran con el trabajo de los connacionales que residen principalmente en Estados Unidos.
En síntesis, a nivel global a casi dos años desde que inició la crisis del COVID-19, los envíos de migrantes a los países de ingreso bajo y mediano registran un sólido crecimiento del 7,3% para alcanzar los US$589,000 millones.
Superando todas las estimaciones previas y confirmando la resiliencia de los flujos que se observaron en 2020, ya que, a pesar de la profunda recesión mundial desencadenada por la pandemia, las remesas apenas disminuyeron un 1.7%.
De acuerdo con las estimaciones que figuran en la Reseña sobre migración y desarrollo del Banco Mundial, por segundo año consecutivo, se prevé que el envío de remesas a las regiones de bajos y medianos ingresos, superen la suma de la Inversión Extranjera Directa (IED) y la asistencia externa para el desarrollo.
BRINDAN ALIVIO A LOS HOGARES
Según el Banco Mundial, el hecho que las remesas superen el IED hace subrayar su importancia como medio de sustento vital que permite a las familias cubrir sus gastos esenciales relacionados con la alimentación, la salud y la educación, en especial, durante períodos críticos en sus países de origen.
“Facilitar los flujos de remesas a fin de brindar alivio a los ajustados presupuestos de los hogares debería ser un componente fundamental de las políticas públicas para propiciar la recuperación mundial tras la pandemia”, señaló Michal Rutkowski, director del Departamento de Prácticas Mundiales de Protección Social y Trabajo del Banco Mundial.
Aunado a esto, Rutkowski recalcó que los flujos de remesas que envían los migrantes han sido un complemento fundamental de los programas públicos de transferencia de efectivo, que buscan ayudar a las familias que enfrentan dificultades económicas por la pandemia.
¿A QUÉ SE DEBE EL CRECIMIENTO DE REMESAS?
Entre los factores que han contribuido al sólido crecimiento de las remesas el Banco Mundial resalta la determinación de los migrantes de ayudar a sus familias en épocas de necesidad y la recuperación económica en Europa y Estados Unidos, que, a su vez, fue respaldada por los estímulos fiscales y los programas de promoción del empleo.
Sobre lo último, es importante mencionar que la tasa de desempleo en EE. UU disminuyó un 4,2% en noviembre, la primera vez que, en casi dos años, se sitúa por debajo de la registrada al inicio de la pandemia en marzo de 2020 (4,4%).
De la misma forma, los efectos adversos del COVID-19, los huracanes Grace e Ida y las remesas que se recibieron del exterior como ayuda para los costos de estadía, parecen haber sido otros factores que explican este marcado incremento.
REGISTRO DE REMESAS A NIVEL REGIONAL:
Además de Latinoamérica y el Caribe, varias regiones a nivel mundial registraron aumentos significativos en la recepción de remesas, tal es el caso de Oriente Medio (9.7%), Asia Meridional (8.0%) y África subsahariana (6.2%).
PROYECCIONES PARA AMÉRICA LATINA Y EL CARIBE
La estimación del Banco Mundial sobre un alcance máximo de US$126,000 millones de remesas en 2021 con destino a América Latina y el Caribe, posiciona a México como el principal receptor abarcando un 42% (USD 52,700 millones) del total de la región.
Por otra parte, el valor de las remesas como porcentaje del PIB excede el 20% en varias de las economías más pequeñas: El Salvador (26,2%), Honduras (26,6%), Jamaica (23,6%) y Guatemala (18,0%).
Se espera que en 2022 las remesas en esta región aumenten un 4,4%, principalmente debido a las perspectivas de un menor crecimiento económico en Estados Unidos.
EXPECTATIVAS MUNDIALES
Finalmente, el Banco Mundial espera que internacionalmente, las remesas aumenten un 2,6% en 2022, en consonancia con las previsiones macroeconómicas mundiales.
Por ello, también reconoce que un resurgimiento de los casos de COVID-19 y la imposición de nuevas restricciones a la movilidad pueden plantear nuevos riesgos para las perspectivas de crecimiento mundial, el empleo y una menor recepción de remesas a los países en desarrollo.
“El paulatino desmantelamiento de los paquetes de estímulos fiscales y de promoción del empleo, en un contexto de recuperación económica, también podría perjudicar los flujos de remesas”, recalcó el Banco Mundial.