Margarita Xoy tiene 65 años y ha recibido la inmunización contra el COVID-19. Foto: OPS/OMS

La Organización Panamericana de la Salud (OPS) en Guatemala está por concluir un estudio etno-antropológico sobre los posibles escenarios de aceptación o rechazo de la vacuna contra el COVID-19 en el área rural. Esto en respuesta a una solicitud de apoyo por parte del Ministerio de Salud Pública y Asistencia Social (MSPAS) que permita entender las razones de no-vacunación en los departamentos del país.

Esta evaluación fue solicitada después de observar las diferencias importantes que existen en las coberturas de vacunación entre zonas urbanas y rurales. Se está llevando a cabo por un grupo de especialistas en etnografía y antropología de la Universidad del Valle de Guatemala en 26 áreas de salud del país. A la fecha, han recibido los informes completos de 7 áreas de salud. Se espera tener el informe final de país a mediados de diciembre.

Hasta la última actualización el país ha administrado 9,059,336 de vacunas, fraccionadas en 5,520,839 primeras dosis y 3,538,497 segundas dosis. La mayoría de las personas vacunadas han sido del sexo femenino (54%) y de 60 a 69 años (64.79% de su población cubierta).

 

El epidemiólogo Marc Rondy, Asesor de Inmunización para la OPS/OMS en Guatemala, aclara algunas dudas sobre este estudio en la siguiente conversación y cuáles son las estrategias más adecuadas para ampliar la cobertura de vacunación en áreas rurales, con base a estos hallazgos.

LH: ¿Cuáles han sido los principales hallazgos del estudio?

Los hallazgos principales en materia de las creencias que provocan renuencia a vacunarse son múltiples: Prevalece el miedo hacia y desconfianza: algunas razones mencionadas por las personas son que “Causa la muerte»; “Es el sello de la bestia»; “esteriliza» (control de la población); creencia que no es efectiva; «Trae pura agua, es para robar»; “Te la pones e igual te da COVID»; “no es necesaria, la medicina natural cura».

También existe temor a los efectos secundarios, principalmente en la segunda dosis. Se nota una falta de información para conocer las diferencias entre las vacunas, efectos, comorbilidades, y riesgos. Por otro lado, existen rumores fuertes de que la vacuna es nociva (veneno) y reduce el tiempo y calidad de vida. Otros mitos incluyen que trae un chip para controlar, o que es falsedad del gobierno, entre otros.

La vacunación ha permitido reducir el riesgo de tener complicaciones de COVID-19. Foto: OPS/OMS

LH: ¿Cuándo tendrán las conclusiones finales del estudio? ¿Piensa que este trabajo pueda contribuir a generar algún tipo de impacto en las políticas del MSPAS?

Se finalizan y entregan los informes por cada área de salud, a un plazo de unos siete informes cada 3 a 4 semanas. Priorizamos las áreas de salud con las coberturas de vacunación más bajas. Los resultados de la evaluación y las recomendaciones inherentes pueden ser usadas inmediatamente por el nivel local. Además, podemos obtener información de tendencias que pueden ser usadas por el MSPAS y otras autoridades para guiar sus estrategias de comunicación y que incluyan la pertinencia cultural.

LH: ¿Qué escenarios visualiza hacia fin de año, cuando los niveles de vacunación se han incrementado, ya se han reducido casos de COVID-19?, ¿Qué hace falta para contribuir a terminar por aplanar la curva de casos? ¿vacunación en menores?

La curva de incremento de las coberturas de vacunación hasta la fecha ha sido positiva, gracias a la demanda espontánea. En Guatemala, una proporción importante de la población estaba esperando el acceso a la inmunización y acudió de forma voluntaria a los puestos de vacunación. Sin embargo, observamos que, en todos los grupos etarios, llegamos a una meseta de 55 a 65% de cobertura. Entramos ahora en una fase importante de generación de demanda: tenemos que informar a la población de la importancia de la vacunación.

La prioridad no es abrir la vacunación a la población menor de edad, sino aumentar la cobertura de vacunación en los adultos, en particular en los mayores. Es importante recordar que el objetivo principal de la vacunación contra COVID-19 es la prevención de las muertes y de los casos graves. En Guatemala, desde el inicio de la pandemia, los adultos de 50 años y más representan el 75% de los casos fallecidos, y solo representan el 14% de la población. Para tener el mayor impacto de salud pública con la vacunación, es crucial priorizar los esfuerzos en estos grupos.

 

La vacunación es una de las herramientas de las cuales disponemos para reducir la circulación del SARS-CoV2 y aplanar la curva de casos. Es importante que sigamos con las medidas de bioseguridad a las cuales ya estamos acostumbrados, especialmente en este periodo de fin de año.

LH ¿Cuáles han sido los departamentos, o comunidades donde se ha encontrado más rechazo a la vacuna?

La evaluación aún no está finalizada. Sin embargo, según los datos del tablero nacional, los departamentos con las coberturas más bajas de vacunación son Alta Verapaz y Quiché. En general, los municipios más rurales. Las bajas coberturas pueden ser resultado de una resistencia a la vacunación, pero también de un acceso limitado o de información pertinente acerca de la misma.

LH ¿A qué atribuyen este comportamiento, qué tipo de escenarios y reacciones han encontrado?

Los estudios aún están en proceso y no se han finalizado, pero entre las principales barreras detectadas se encuentran:
• Lejanía de centros de vacunación, principal razón dada en zonas rurales. – Falta de información sobre elegibilidad, horarios, y condiciones especiales. Algunos municipios vecinos tienen criterios diferentes entre sí y eso genera confusión.
• El costo de oportunidad de ir a vacunarse es muy alto. No tienen permisos en el trabajo, el precio del transporte y ausentarse del trabajo genera una pérdida de ingreso.
• Los tiempos de espera demasiado largos para poder vacunarse.

Doctor Marc Rondy, es Asesor de Inmunización para la Organización Panamericana de la Salud y Organización Mundial de la Salud en Guatemala OPSOMS. Foto: OPS/OMS

Estos hallazgos operativos han sido trasladados a las direcciones de áreas de salud del MSPAS correspondientes, para que puedan tomar acciones para que no permanezcan esas barreras de acceso. Sin embargo, las principales razones para no vacunarse continúan siendo el temor, debido a una falta de confianza en su seguridad y temor a efectos secundarios graves.

LH: ¿En qué regiones, comunidades del país han encontrado aceptación a la vacuna?, ¿Cuáles son las principales diferencias o similitudes?

La aceptación suele ir más en función de la calidad de la información con que cuenta la población (en su idioma materno), y que esta se entregue en forma oportuna. En las áreas más remotas se determinó que era crítico disponer de traducciones adecuadas del material de consentimiento informado y del material de comunicación pertinente. Ello para que los rumores y mitos negativos no avancen más rápido que la información sobre los beneficios y seguridad de la vacuna.

Hasta el momento, entre las entrevistas que se han realizado a representantes de hogar, líderes y terapeutas tradicionales y personal de salud, existe una creencia positiva a la vacunación.

Según el área de salud, un 45-55% de ellos dicen que es efectiva para protegerse de la enfermedad COVID-19. Esto repercute en que un 41-62% de las personas entrevistadas sientan una alta preocupación por la seguridad y el bienestar de sus seres queridos, ya que temen los contagios del COVID-19.

 

Lo anterior constituye una ventana de oportunidad importante para que las campañas de comunicación sean orientadas no solo al motivante de la protección individual, sino también al motivante de proteger a la familia y los seres queridos. Además, es importante comunicarlo con identificadores concretos que hagan referencia a este enfoque familiar en variantes dialectales locales.

LH: ¿Se falló con las campañas de comunicación, o hubo factores como la tardanza en el abastecimiento?

Se han realizado importantes acciones de comunicación desde lo local y lo nacional. Hemos visto cómo los trabajadores de salud salen con sus equipos de perifoneo a las comunidades para motivar la vacunación, el MSPAS ha divulgado spots en idiomas mayas. Hasta el momento, como lo han reflejado los primeros datos del estudio, la pertinencia lingüística es importante para poder comunicar mensajes sobre vacunación en áreas y comunidades, sobre todo rurales.

Además de los mensajes que se hayan trabajado con la Academia de Lenguas Mayas en los 22 idiomas oficiales, se deben grabar mensajes usando las variantes dialectales de cada distrito y localidad. Eso es importante para que la población pueda reconocerse en el mensaje a través de su propia identidad comunitaria, para atender, comprender, aceptar. Esas estrategias de comunicación se deben validar a nivel de cada dirección de área de salud y distrito municipal de salud.

 

Otra de las recomendaciones es que se puedan enfatizar alianzas con actores locales para que “coloquialmente’ se logren contar historias de éxito de la vacunación que tienen pertinencia cultural localmente. En este sentido, el involucramiento fuerte de líderes comunitarios legítimos es clave.

Por otro lado, es importante reconocer el sistema plurimédico. Por ejemplo, entre líderes y terapeutas tradicionales, para propiciar el uso de “plantas para tratar síntomas» de la mano con la promoción de la vacunación.

LH: En cuanto a las soluciones de este panorama rural producto del estudio ¿Qué tipo de recomendaciones pueden dar a las autoridades de salud para que no se repitan situaciones como la del ataque a las brigadas en Alta Verapaz?

El personal de salud sigue siendo una fuente consultada para información de la vacunación (hasta el 50%), pero deben fortalecerse las campañas de capacitación para el personal y dotar de materiales que se identifiquen como necesarios en el primer nivel de atención.

En algunas áreas debe diversificarse a los actores que entregan los mensajes, así como generar alianzas con líderes locales, tomando en cuenta y al detalle cada particularidad y recomendación que surgirá por cada DAS; de esta forma se percibirá más natural. En cada reporte se presentan mapas de actores con credibilidad a nivel comunitario que deben tomarse como aliados importantes.

Por si no lo vio:| GRACIAS POR TODO

 

Además, es imperativo generar mecanismos para informar y educar a líderes comunitarios y terapeutas tradicionales: sesiones en COCODEs, reuniones intersectoriales, y crear/dotar de materiales a los mismos.

Los líderes religiosos también son actores clave y sería bueno ver cómo podrían involucrarse más en la promoción de la vacunación en medios o en sus actividades. Buscar apoyo a través del personal docente, con alianzas con MINEDUC, es otro abordaje que valdría la pena investigar.

FRASE: “La pertinencia lingüística es importante para comunicar mensajes sobre vacunación en áreas y comunidades rurales”.

PERFIL MARC RONDY

• Epidemiólogo especializado en enfermedades infecciosas. Estudió en EPIET (European Programme for Intervention Epidemiology Training) en Holanda; y cursó el Doctorado en Epidemiología en la Universidad de Burdeos, Francia).
• Ha trabajado en institutos de salud pública en Francia, España y Países Bajos, así como con Médicos sin Fronteras y en la OMS.
• Trabajó durante 7 años en Epiconcept de París, Francia; donde desarrolló redes de institutos de salud pública para medir la efectividad y el impacto de varias vacunas en Europa (influenza, PCV, Pertussis, HPV).
• Actualmente es Asesor Internacional de Inmunización en la OPS/OMS Guatemala.

Artículo anteriorBiden y Xi se reunirán virtualmente la semana próxima
Artículo siguientePodcast, el acompañamiento ideal para el tráfico de la ciudad