Tradicional carrera de caballos en Cuchumatán supone un reto sanitario

Ana Lucía González

La tradicional carrera de caballos conocida también como “Juego de Gallos” que se realiza cada 1 de noviembre en Todos Santos Cuchumatán, Huehuetenango, fue suspendida por las autoridades locales en cumplimiento a las restricciones que buscan evitar la propagación del COVID-19, sin embargo, los vecinos mantienen su intención de llevarla a cabo.

La Municipalidad de Todos Santos Cuchumatán informó por medio de un comunicado que este año por las restricciones vigentes del Ministerio de Salud Pública (MSPAS), para evitar más casos de coronavirus, se suspenden las actividades sociales y culturales con motivo de la feria titular del municipio.

Esta celebración que incluye fiestas, bailes, conciertos y otras actividades que generan aglomeración y por ello no están autorizadas. La alerta institucional decretada a nivel nacional, departamental y municipal indica que el plazo de esta medida sanitaria comprende del 15 de septiembre al 15 de diciembre de este año.

 

En una población estimada de 38,303 habitantes, la alerta más reciente del semáforo COVID-19 para este municipio marca el color amarillo, con un total de 109 casos de contagios acumulados. En cuanto a vacunación, el 56.6% de su población está vacunada con primera dosis y un 27.6% con el esquema completo, según el tablero del MSPAS.

ASEGURAN QUE AVISO DE ALCALDE LLEGÓ TARDE

Uno de los vecinos manifestó que desconocerán esta medida y continuarán con sus planes. Argumentan que el aviso del alcalde Martín Jiménez Jerónimo, llegó tarde; es decir hasta el pasado 15 de octubre, cuando muchos de los participantes, migrantes en Estados Unidos, se han preparado e invertido hasta Q60 mil en cada equipo para la celebración de esta tradición.

Esto incluye la contratación de la marimba, los caballos, el convivio, comida y otros gastos del capitán del equipo.

“Los jinetes solicitaron una reunión con el alcalde municipal para comentarle sus planes, pues esto significaría pérdidas económicas para los participantes, como también en los ingresos turísticos que representan el arribo de unos 5 mil visitantes (años previos) que implican alojamiento, comidas, venta de artesanías y demás”, explicó el vecino que pidió reservarse su nombre.

La carrera de caballos en Cuchumatán, Huehuetenango fue cancelada por las autoridades. Foto: Inguat/Archivo

También comentó su molestia con el jefe edil, pues cometió la “tontería” de pavimentar la calle donde se realizaba la carrera, por lo que los equipos se vieron obligados a buscar una nueva pista de tierra, aún incompleta, cerca del campo de fútbol, agregó.

A la vez, manifestó su molestia por el trato preferencial que reciben las industrias de alimentos y bebidas quienes desde ya ingresan al pueblo a comercializar sus productos en estas fechas.

Pero también extendió su enojo hacia las autoridades del INGUAT y del Ministerio de Cultura y Deportes (MCD), ya que, como punto turístico de gran atracción, no los han apoyado, pero “ni con un bote de basura o una pelota”.

ALCALDE: SI QUIEREN HACER LA FIESTA NO ES MI PROBLEMA

Por su parte, el alcalde Jiménez Jerónimo informó que la feria no se llevará a cabo por la pandemia, aunque hay vecinos que se oponen y quieren celebrarla a como dé lugar.

 

“Si quieren hacer la fiesta no es mi problema, de mi parte no les dará licencia ni seguridad en el lugar, de lo contrario sería comprometerse” afirmó y añadió, “busco el bien común de todos, no voy a ser sancionado por incumplir la ley”.

CABALGATA MORTAL

La carrera de caballos que se realiza cada 1 de noviembre no es en sí una competencia deportiva. Los pobladores la conocen como Juego de Gallos.

Aunque sus orígenes no están documentados, se estima tiene unos 300 años de historia y pues comenzó como una protesta hacia los antiguos conquistadores, relata el cronista y maestro de historia, Pablo Mendoza.

Explica que los caballos fueron un elemento esencial para la movilidad y opresión de los invasores hacia los pueblos mayas. En ese entonces, les prohibieron montarlos y criar ganado caballar como estrategia de defensa.

 

La respuesta de los sacerdotes mayas fue que tenían que sangrar sobre la madre tierra. Por eso este es un sacrificio en donde los jinetes llevan gallos mientras cabalgan y en algunos casos se ofrece la vida durante la cabalgata. “No hay que malinterpretar, explica Mendoza, los jinetes no están borrachos, están conscientes cuando montan el caballo”.

Los capitanes -jefe del equipo- se preparan para la cabalgata a lo largo del año en la que se van sumando jinetes al equipo, cada uno con su propia marimba. La elección depende de la confianza y reputación del capitán del equipo, explica.

Por esa razón se preparan la noche previa, cuando llegan alrededor de 150 caballos y se hace un desfile. Se llora, se convive con un baile en casa del capitán, porque algunos no saldrán vivos de la actividad. El 2 de noviembre, los comunitarios acostumbran a visitar el cementerio, bailan, y se toca marimba en honor a los muertos.

EL ANTIGUO CUCHUMATLÁN

• En las faldas de la sierra de los Cuchumatanes, a 2,470 m.s.n.m se encuentra el pueblo mam de Todos Santos Cuchumatán. Se documenta que el más antiguo de sus visitantes fue fray Alonso Ponce, quien lo conoció en 1586 con el nombre de Cuchumatlán.

La carrera de caballos se realiza en Cuchumatán, Huehuetenango. Foto: Inguat/Archivo

También pasó por allí el Padre Thomas Gage en 1625 y hacia 1690 el corregidor y cronista Francisco de Fuentes y Guzmán, quien lo describe como Cuchumatlán y Todos Santos, el nombre que ha conservado hasta la fecha, de acuerdo con Adrián Recinos en su Monografía del departamento de Huehuetenango.

• Su indumentaria es distintiva, colorida y motivo de orgullo para sus habitantes, especialmente el traje masculino de pantalón rojo con líneas blancas verticales y camisa blanca con líneas rojas y cuello de colores, que complementan con un sombrero. Las mujeres usan un huipil de colores sobre un corte azul marino.

Foto: Cortesía